Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar
Julio-Agosto, 2023, Volumen 7, Número 4.
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i4.6865

pág. 208

Bloqueo Perirrectal En Cirugía Anorrectal

Ariel herrera Ahumada
1
ari940803@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-5267-7150

Universidad del Sinú,

Cartagena

Valentina Giovanna Abendaño Legarda,

valentinagal1206@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3461-7848

Universidad Nacional de Loja.

German Guillermo Tamara Córdoba,

germantamara93@gmail.com
.
https://orcid.org/0000-0002-4627-5793

Universidad del Magdalena,

Colombia.

Raúl Causil Vega,

raulcausilvega18@gmail.com
.
https://orcid.org/0000-0001-7701-9701

Universidad del Sinú,

Colombia.

María Alejandra Ortiz Patrón

ale.ortizpatron@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-3398-5777

Universidad del Sinú,

Colombia.

Diana Marcela Acosta Agámez

dianamarcelabfg@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-8195-7389
.
Corporación Universitaria Rafael Núñez.

Sadam Jesús Vital González

savg@hotmail.es
.
https://orcid.org/0000-0003-2518-5390

Corporación Universitaria Rafael Nuñez.

Camilo Andrés Peña Sánchez

zanches897@gmail.com

https://orcid.org/0009-0009-5030-3142

Médico General de la Universidad del Sinú,
Colombia

Yureidy Tatiana Álvarez Jaime

Yureidy15@hotmail.com

RESUMEN

Las patologías de origen proctológico afectan aproximadamente al 5% de toda la población y repercuten
de manera negativa en la realización efectiva de las actividades básicas de la vida diaria por lo que su
prevención, diagnóstico y manejo oportuno son pilar fundamental de la atención médica brindada por el
personal asistencial. La cirugía anorrectal ha evolucionado a través de los años debido a la necesidad de
implementar técnicas rápidas, eficaces y específicas que permitan garantizar la recuperación oportuna y
total de los pacientes para el egreso hospitalario temprano por lo que, en la actualidad, el tipo de anestesia
a emplear es de igual manera foco de atención principal. La anestesia local como el bloqueo perirrectal solo
o combinado con analgosedación intravenosa ha sido el abordaje preferido debido a que logra garantizar la
comodidad del paciente reduciendo de manera significativa los efectos secundarios, el dolor y las estancias
hospitalarias prolongadas. En este documento se encontrará una revisión sistemática de datos específicos
sobre el bloqueo perirrectal en cirugía anorrectal como alternativa eficaz de la anestesia general o regional
con el fin de ampliar el conocimiento asociado y promover la optimización de los resultados alcanzados.

Palabras clave: cirugía; anorrectal; anestesia; bloqueo; recuperación; dolor.

1 Autor principal

Correspondencia:
ari940803@gmail.com
pág. 209
Perirrectal block in anorrectal surgery

ABSTRACT

Proctological pathologies affect approximately 5% of the entire population and have a negative impact on

the effective performance of basic life activities, which is why the prevention, diagnosis and prompt

management are a fundamental part of medical care
provided by care staff. Anorectal surgery has evolved
over the years due to the need to implement fast, effective and specific techniques that guarantee the timely

and total recovery of patients for early hospital discharge, therefore, today the type of a
nesthesia that is
used is the main focus of attention. Local anesthesia such as perirectal nerve block alone or combined with

intravenous sedation has been the chosen approach because it guarantees patient comfort by significantly

reducing side effects, pa
in and prolonged hospital stays. In this paper you will find a systematic review of
specific data on perirectal blockade in anorectal surgery as an effective alternative to general or regional

anesthesia in order to expand the associated knowledge and prom
ote the optimization of the results
achieved.

Keywords:
surgery; anorectal; anesthesia; nerve block; recovery; pain.
Artículo recibido 05 junio 2023

Aceptado para publicación: 05 julio 2023
pág. 210
INTRODUCCIÓN

La proctología, siendo un derivado especializado de la medicina y la cirugía general, se ocupa del
tratamiento de las enfermedades localizadas en la parte terminal del aparato digestivo, específicamente los
últimos 20 centímetros del intestino grueso en donde también se incluye el ano (1,2). Los trastornos
anorrectales afectan aproximadamente al 5% de toda la población generando alteraciones significativas en
el transcurso de la vida cotidiana debido a la aparición de signos o síntomas relacionados con sangrando,
incontinencia fecal, estreñimiento, prurito, dolor o sensación de presión (3). Condiciones médicas como
abscesos, fístulas, condilomas, fisuras, hemorroides o pólipos son algunas de las más frecuentes en el
desarrollo de la práctica clínica conociendo que aproximadamente el 10% de estas patologías requieren
intervención quirúrgica siendo la hemorroidectomía, la cirugía de fístula anal y la esfinterotomía lateral las
de mayor importancia en la cirugía colorrectal (4).

En 1909 el concepto “Cirugía de Día” fue establecido por primera vez por Nicoll en el Hospital Real de
Glasgow (2). Desde ese momento la cirugía ambulatoria ha tomado especial relevancia en países
desarrollados de Europa, Estados Unidos y Canadá encontrando que en la actualidad la iniciativa ha ido
creciendo de manera exponencial y se espera que hasta el 60% de todas las intervenciones quirúrgicas a
nivel mundial sean realizadas bajo este método. Los procedimientos quirúrgicos de origen proctológico se
encuentran entre las intervenciones médicas más comunes y hasta en el 90% de todos los casos el paciente
puede ser manejado bajo el concepto de un entorno ambulatorio ya que no se necesita de un cuidado
postoperatorio especializado (4,5).

La anestesia se refiere al conjunto de procedimientos requeridos para la realización de técnicas quirúrgicas
sin dolor y se encuentra constituida por un total de tres modalidades (Figura 1) (3). Para el desarrollo de la
cirugía anorrectal se han utilizado de manera predominante técnicas de anestesia regional (espinal o
epidural) o general (2,6), sin embargo, en las últimas décadas y debido al creciente aumento de las cirugías
ambulatorias ha sido necesario la instauración de técnicas sencillas y seguras que tengan la capacidad de
proporcionar un cubrimiento adecuado del dolor, con mínimos efectos secundarios postoperatorios y corta
estancia hospitalaria. Lo anterior ha generado gran debate en los expertos ya que a pesar de que las
intervenciones suelen ser de corta duración, el suministro sensorial denso del perineo dificulta el periodo
pág. 211
de recuperación y el restablecimiento o reintegración del paciente a las actividades básicas de la vida diaria
(7).

Figura 1. Modalidades de anestesia (3).

A principios de la década de 1950 Schneider (1) fue el primero en introducir una técnica de infiltración de
anestesia local modificada que fue aceptada de manera posterior por expertos en coloproctología ya que se
evidenció que minimizaba de manera satisfactoria las molestias postoperatorias del paciente y el dolor
derivado del procedimiento. En ese momento los efectos secundarios derivados del uso de la anestesia
regional y general como la retención urinaria, la hipotensión arterial sistémica, las lesiones nerviosas, la
cefalea o la lumbalgia entre otras, eran frecuentes y entorpecían el proceso exitoso de la recuperación lo
que promovió aún más la implementación de técnicas como el bloqueo perirrectal (independiente o
combinado con analgosedación endovenosa por medio de benzodiazepinas u opioides) cuyas
complicaciones son poco frecuentes y se acompañan de beneficios significativos tanto para el paciente
como para la entidad sanitaria encargada de la prestación del servicio debido a que se han demostrado
disminución significativa de los costos relacionados (8). Es importante mencionar que para la
implementación efectiva de este tipo de métodos es necesario contar con un equipo quirúrgico bien
estructurado con experiencia suficiente que pueda garantizar la correcta selección de los pacientes (9).

Consiste en el bloqueo de los receptores nociceptivos a
través de la infiltración de un fármaco en los tejidos por
medio de inyección percutánea.

Consiste en el bloqueo de la transmisión de información
captada a nivel de los receptores impidiendo su llegada a
la médula. Se puede infiltrar un anestésico local en la
vecindad de un tronco nervioso.

Consiste en la anulación de la consciencia del paciente
junto con el bloqueo en la percepción del dolor a nivel del
sistema nervioso central

ANESTESIA
LOCAL

ANESTESIA
REGIONAL

ANESTESIA
GENERAL
pág. 212
METODOLOGÍA

Se realiza una búsqueda sistemática de artículos originales, reportes de casos y revisiones bibliográficas en
bases de datos especializadas en el tema expuesto como ScienceDirect, Pubmed, Elsevier, Scielo y Medline.
Se utilizan palabras claves de búsqueda como: “Cirugía”, “Anestesia”, “Coloproctología”, “Anorrectal”,
“Bloqueo” y “Dolor” seleccionando de manera minuciosa un total de 18 referencias bibliográficas en los
idiomas español e inglés que resultaron relevantes para el desarrollo del presente artículo de revisión.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Desde 1986 se ha defendido la posibilidad de que la mayoría de procedimientos quirúrgicos de origen
proctológico sean realizados bajo el régimen conocido como Cirugía Mayor Ambulatoria (CAM) sin
embargo según Cano (2016) (4), en la actualidad el porcentaje de pacientes intervenidos efectivamente
sigue siendo menor al deseable debido a que en la mayoría de las ocasiones los efectos adversos derivados
de la anestesia o las complicaciones propias del procedimiento realizado dificultan el egreso hospitalario
temprano.

Según diversos autores, la cirugía de la patología anorrectal con anestesia local puede ser realizada de
manera efectiva y segura por lo que constituye una importante solución para la gran problemática generada
a partir de las desventajas de la administración de anestesias generales y regionales. Rotigliano et.al (2020)
(5) comenta que en un estudio realizado en Estados Unidos con un total de 42 pacientes sometidos a
hemorroidectomía bajo anestesia local versus general se demostró que en el primer grupo se presentó una
mejor respuesta al dolor asociada a un menor tiempo de recuperación. Por su parte García (2012) (6)
aseguran que el uso de anestesia local ha demostrado ser un método confiable y fácil de reproducir que se
asocia con mínimas complicaciones recomendando tener cuenta que, al utilizar mayores proporciones de
medicamentos como atropina, propofol o fentanil, las comorbilidades de los pacientes podrían llegarse a
descompensar y repercutir de manera negativa en el proceso de la recuperación.

El bloqueo perirrectal tiene como objetivo anestesiar las fibras nerviosas terminales del ano y el esfínter
con el fin de facilitar la realización de procedimiento quirúrgicos indoloros. La posición del paciente es
parte fundamental del proceso (10) siendo aceptadas de manera general posiciones como la de Kraske
(también conocida como navaja sevillana) y la de litotomía. En la primera el paciente se encuentra decúbito
prono con los brazos dirigidos hacia la parte superior y las caderas elevadas con respecto al resto del cuerpo
debido a que la mesa se flexiona con un ángulo moderado o severo dependiendo de la necesidad del cirujano
pág. 213
(Figura 2) mientras que, en la posición de litotomía el paciente estará en decúbito supino con las
extremidades inferiores flexionadas y elevadas (Figura 3). Algunos autores como Saranga et.al (2010) (8)
comentan preferir la última teniendo en cuenta que, en caso de no poder realizar el bloqueo efectivo de la
zona, la conversión a anestesia convencional podría llevarse a cabo sin alterar la posición actual.

Otro de los aspectos a considerar es el requerimiento o no de analgosedación como complemento de la
técnica la cual no es obligatoria para la realización del procedimiento, sin embargo, Saranga et.al (2010)
(8) mencionan que podría llegar a ser útil para el alivio de la ansiedad y el dolor asociado con la
intervención. Por otro lado, Guevara et.al (2021) (11) comenta que esta actividad no tendría el mismo
resultado en pacientes con condiciones especiales como obesidad mórbida, embarazos a término o
compromiso pulmonar por lo que se recomienda al médico cirujano elegir la opción que proporcione la
máxima seguridad y eficiencia para cada paciente de manera individual (12). Algunos autores como
Rotigliano et.al (2020) (5) aseguran que el empleo de pomadas tópicas previo a la inyección del analgésico
local podría presentar un acción similar.

Figura 2. Posición de Kraske o navaja sevillana.

Tomado de: Roig-Vila J, García-Armengol J, Bruna-Esteban M, Redondo-Cano C, Tornero-Ibáñez F,
García-Aguado R. Posición operatoria en cirugía colorrectal. La importancia de lo básico. Elsevier. CIR
ESP. 2009;86(4):204-212

Figura 3. Posición de litotomía
pág. 214
Tomado de: Roig-Vila J, García-Armengol J, Bruna-Esteban M, Redondo-Cano C, Tornero-Ibáñez F,
García-Aguado R. Posición operatoria en cirugía colorrectal. La importancia de lo básico. Elsevier. CIR
ESP. 2009;86(4):204-212

Las técnicas del bloqueo perirrectal pueden ser variadas y dependerán del concepto médico, así como de la
condición del paciente, sin embargo, de manera general existe la posibilidad de realizar infiltraciones
directas en el complejo del esfínter o infiltraciones periesfintéricas en las fosas isquiorrectales las cuales
pueden ser realizadas de manera posterior sola, anterior y posterior o alrededor del complejo del esfínter
(13). Es importante mencionar que el dolor agudo y el escozor producto del ingreso de la aguja se presentará
independientemente de la técnica empleada.

Díaz et.al (2011) (10) recomienda realizar el bloqueo perirrectal a través de 1 inyección a cada lado del
ano, específicamente en las posiciones 3 y 9 de la manecilla del reloj dirigiendo la infiltración hacia la
submucosa rectal, los tejidos perineales y el tejido subcutáneo localizado debajo de la unión mucocutánea
perianal. De esta manera se lograría incluir en la técnica el esfínter anal, las ramas nerviosas hemorroidales,
los nervios pudendos internos y anoccocigeos además de los glúteos inferiores y perineales (Figura 4).
Después de la asepsia y antisepsia se realiza la punción verificado la aspiración de la sangre y la baja
resistencia a la inyección para posteriormente aplicar de 5 a 7 ml de anestésico local en el tejido submucoso
e infiltrar 5 ml adicionales en los tejidos perineales de profundo a superficial a medida que se retira la aguja.
Después de realizar las dos inyecciones se mantiene presión en el punto de punción durante 3 minutos
pág. 215
observando la dilatación del esfínter anal casi de inmediato seguida por anestesia de la piel, mucosa anal y
recto. Por su parte autores como Poskus et.al (2021) (12) recomiendan la realización del bloqueo perirrectal
a partir de 3 o 4 inyecciones sin embargo se ha evidenciado que con la técnica inicialmente mencionada se
presenta de manera teórica menor riesgo de paso del

anestésico local hacia el espacio intravascular (13,14).

Figura 4. Sitios de punción del bloqueo perirrectal.

Tomado de:
Díaz-Palacios GA, Eslava-Schmalbach JH. Perirectal block for out-patient anorectal surgery:
A new technique.
Vol. 31, Biomédica. 2011.
En cuanto a la elección del fármaco para la infiltración es importante mencionar que en la actualidad existe
gran heterogeneidad en los datos relacionados ya que pocos estudios se encuentran dirigidos a la
comparación de la efectividad de los mismos. Los anestésicos locales de manera general
pueden ser
clasificados según su peso específico como hiperbáricos, isobáricos o hipobáricos (15).
Poskus et.al (2021)
(12)
comenta que los considerados como más utilizados o recomendados son la lidocaína, la bupivacaína y
la mepivacaína; por su parte
Rotigliano et.al (2020) (5) recomiendan el uso de la lidocaína debido a su
mínima toxicidad especificando que la bupivacaína, ropivacaína o ketamina son de igual manera, una
alternativa eficaz; finalmente, el grupo PROSPECT (13) recomienda que la infiltración sea llevada a cabo
con medicamentos de acción prolongada sin embargo no aclara el tipo o la cantidad empleada. Estos
resultados contradictorios dificultan el establecimiento de una recomendación general por lo que sugieren
que en la actualidad se requiere del desarrollo de nuevos procesos investigativos.
pág. 216
Las complicaciones derivadas del bloqueo perirrectal son poco frecuentes presentándose en
aproximadamente el 1-3% de todos los pacientes (16,17,18). Los eventos principalmente relacionados son
el hematoma en el lugar de punción, hemorragia, infección, espasmos en el esfínter anal y dolor, sin
embargo,
Saranga et.al (2010) (8) aseguran que, con excepción del hematoma, las otras manifestaciones
son atribuibles a la cirugía anorrectal y no al empleo de la anestesia local. Por su parte, Jankovic y Marija
(2019) (1) comentan que el síncope y las reacciones tóxicas o de hipersensibilidad podrían presentarse al
alcanzar niveles elevados de la solución en la circulación sistémica.

La duración del efecto del bloqueo perirrectal ha sido controversial. Gorfine et.al (14) asegura que se
percibe una disminución del dolor incluso hasta 72 horas después de la intervención mientras que

Rotigliano et.al (2020) (5)
comenta que la eficacia no supera las 12 horas de acción.
CONCLUSIÓN

Las patologías anorrectales son consideradas condiciones de gran interés en salud ya que un alto porcentaje
de los pacientes que las presentan deberán de ser sometidos a diferentes intervenciones quirúrgicas. En la
actualidad, las técnicas de este tipo de procedimientos han evolucionado al promover, dentro del proceso
de recuperación, el desarrollo eficaz de regímenes ambulatorios tempranos con el objetivo de mejorar de
manera significativa la respuesta inicial y la calidad de vida. Teniendo en cuenta lo anterior, la anestesia
proctológica empleada debe tener la capacidad de proporcionar una analgesia adecuada además de
minimizar los posibles efectos secundarios asociados por lo que, se considera que la anestesia local
mediante la técnica de bloqueo perirrectal es segura y eficaz, sin embargo, es importante resaltar que
amerita un enfoque multimodal en respuesta a factores condicionantes propios del medio, el paciente, el
fármaco y el cirujano. De igual manera, se considera que es imperativo la implementación de nuevos
procesos investigativos que permitan el fortalecimiento del conocimiento ya establecido.
pág. 217
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Janković R, Stošić M. SPECIFIC ASPECTS OF ANESTHESIA IN PROCTOLOGY.
Facta Universitatis,
Series: Medicine and Biology. 2019 May 15;21.

García E. ANESTESIA LOCAL VERSUS ANESTESIA SUBARACNOIDEA EN CIRUGÍA
ANORRECTAL. Facultad de Medicina UNAM MEX. División de Postgrado e Investigación.
2012.

García-Alonso I, Herrero De La Parte B, González Bada A. Conceptos básicos de anestesia CONCEPTOS
BÁSICOS DE ANESTESIA.

Cano-Valderrama O, Hernández G, Soto-Sánchez A, Gambra L, Hernández M, Oaknin HH, et al.
Implementación de un programa de cirugía proctológica en régimen de cirugía mayor
ambulatoria: experiencia inicial. Revista Chilena de Cirugia. 2017 Mar 1;69(2):1516.

Rotigliano N, Füglistaler I, Guenin MO, Dursunoglu GB, Freiermuth D, von Flüe M, et al.
Perianal block
with ropivacaine as a supplement to anaesthesia in proctological surgery: double
-blind
randomized placebo
-controlled trial (PERCEPT). British Journal of Surgery. 2020 Jul
1;107(8):960
9.
Jouve P, Bazin J, Petit A, Minville V, Gerard A, Buc E, et al. Epidural versus Continuous Preperitoneal

Analgesia during Fast
-track Open Colorectal SurgeryA Randomized Controlled Trial.
Anesthesiology. 2013;118(3):622
30.
Ternent CA, Fleming F, Welton ML, Buie WD, Steele S, Rafferty J. Clinical Practice Guideline for

Ambulatory Anorectal Surgery. Vol. 58, Diseases of the Colon and Rectum. Lippincott Williams

and Wilkins; 2015. p. 915
22.
Saranga Bharathi R, Sharma V, Dabas AK, Chakladar A. Evidence based switch to perianal block for ano
-
rectal surgeries.
International Journal of Surgery. 2010;8(1):2931.
Benito González Ú. Complicaciones y prevención en las posiciones quirúrgicas más comunes.
Complicaciones y prevención en las posiciones quirúrgicas más comunes. Editorial científica
3Ciencias; 2016.

Díaz-Palacios GA, Eslava-Schmalbach JH.
Perirectal block for out-patient anorectal surgery: A new
technique.
Vol. 31, Biomédica. 2011.
pág. 218
Guevara Jabiles A. Recuperación mejorada después de cirugía en cáncer colorrectal. Instituto Nacional de
Enfermedades Neoplásicas. ACTA MEDICA PERUANA. 2021 Aug 23;38(2).

Poskus T, Jakubauskas M, Čekas K, Jakubauskiene L, Strupas K, Samalavičius NE.
Local Perianal
Anesthetic Infiltration Is Safe and Effective for Anorectal Surgery. Frontiers in Surgery. 2021

Sep 9;8.

Sammour T, Barazanchi AWH, Hill AG, Bonnet F, Fischer B, Joshi G, et al. Evidence
-Based Management
of Pain After Excisional Haemorrhoidectomy Surgery: A PROSPECT Review Update. Vol. 41,

World Journal of Surgery. Springer New York LLC; 2017. p. 603
14.
Gorfine SR, Onel E, Patou G, Krivokapic Z v. Bupivacaine extended
-release liposome injection for
prolonged postsurgical analgesia in patients undergoing hemorrhoidectomy: A multicenter,

randomized, double
-blind, placebo-controlled trial. Diseases of the Colon and Rectum. 2011
Dec;54(12):1552
9.
Bansal H, Jenaw RK, Mandia R, Yadav R. How to do Open Hemorrhoidectomy Under Local Anesthesia and

its Comparison with Spinal Anesthesia. Indian Journal of Surgery. 2012 Aug;74(4):330
3.
Patel S, Lutz J, Panchagnula U, Bansal S. Anesthesia and perioperative management of colorectal surgical

patients
- Specific issues (part 2). Vol. 28, Journal of Anaesthesiology Clinical Pharmacology.
2012. p. 304
13.
Rajabi M, Hosseinpour M, Jalalvand F, Afshar M, Moosavi G, Behdad S. Ischiorectal block with bupivacaine

for post hemorrhoidectomy pain.
Korean Journal of Pain. 2012 Apr;25(2):8993.
Roig-Vila J, García-Armengol J, Bruna-Esteban M, Redondo-Cano C, Tornero-Ibáñez F, García-Aguado R.
Posición operatoria en cirugía colorrectal. La importancia de lo básico. Elsevier. CIR ESP.
2009;86(4):204-212