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prótesis del pene, cirugía escrotal y testicular, hidrocelectomía, quiste de epidídimo, vasectomía,
varicocelectomía, biopsia testicular, orquiectomía y orquidopexia. (17)
Posteriormente, en 2019, Taopanta y colaboradores mencionan que, en el caso de cirugías de hidrocele,
estas pueden ser realizadas con anestesia local o local-sedación, por lo que la hidrocelectomia es uno
de los procedimientos urológicos en los que más se utiliza esta técnica de anestesia, debido a que el
riesgo quirúrgico y anestésico es bajo (18), beneficiando así el proceso de recuperación del paciente y
disminuyendo las posibles complicaciones que se puedan presentar.
Todos estos beneficios han contribuido a que esta técnica de anestesia gane popularidad en los pacientes
sin embargo, en la actualidad existe mucha desinformación y desconocimiento sobre esta técnica,
basadas principalmente en temores de los pacientes, como sentir dolor durante la cirugía, ansiedad por
estar despierto, dolor al pinchazo, etc,, tal como lo demuestra Lavado y colaboradores, quienes en su
estudio investigativo, evalúan la preferencia de la anestesia regional o general en un grupo de pacientes.
En total participaron 102 pacientes, los cuales debían rellenar una encuesta previa a su consulta
anestésica. De los 102 pacientes encuestados, el 54%, es decir, 55 pacientes preferían la anestesia
general, principalmente por considerarla más segura y por la ansiedad de estar despiertos durante la
cirugía. (19) Ahora bien, aunque la mayoría escogió la anestesia general, un 46%, es decir, 47 pacientes
escogieron la anestesia regional, lo cual es un porcentaje cercano a la mitad, lo que quiere decir que
aunque no fue la preferida, una gran cantidad de pacientes si conocen sus beneficios y su utilidad, por
lo que se considera que sus índices de preferencia vayan en aumento con el paso de los años.
Posteriormente, en el año 2019, Cayuelas y colaboradores, evalúan la seguridad y eficacia de la
aplicación del sistema Urolift bajo anestesia local. Este sistema es mínimamente invasivo, que se utiliza
para tratar pacientes con HBP sintomática, con el objetivo de aumentar el calibre de la uretra prostática
directamente retrayendo los lóbulos prostáticos obstructivos sin emplear incisiones, resección o daño
térmico sobre el tejido prostático (20), con el fin de disminuir los síntomas que se dan a partir de esto.
En su estudio prospectivo, Cayuelas evaluó a 20 pacientes tratados con Urolift bajo anestesia local y
sedación de abril de 2017 a abril de 2018, La técnica consistia en la colocación de 2 lubricantes con
lidocaína fríos, y a un tercio de los pacientes se les añadió bloqueo prostático. La puntuación media en
la escala visual analógica de dolor fue de 1,37 para la introducción del cistoscopio y de 1,19 para la