La Identidad del Maestro: Una Característica Camaleónica en Constante Construcción

 

Diego León Durango Oquendo[1]

diegodurango.est@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0000-0002-1001-0144

Universidad Metropolitana de Educación,

Ciencia y Tecnología (UMECIT)

Panamá

 

RESUMEN

 

La identidad del Maestro proviene de muchas aristas y cada una de ellas tiene un peso fundamental a la hora de esculpir sus características. El arraigo familiar y el contexto social durante el desarrollo formativo y personal, fungen como las primeras en marcar el derrotero para dicha formación, seguido a esto, se haya la orientación académica a la cual pertenece el Maestro, a renglón seguido, y adentrándonos un poco en el mundo curricular, se encuentra el nivel académico en el cual el Maestro desea enseñar; bajo esta perspectiva, se analizarán cada una de las particularidades que nutren la identidad profesional del Maestro. Durante el desarrollo de este artículo se encontrará que la identidad profesional del Maestro está surcada por diferentes circunstancias, propias y ajenas a él, estas diferencias hacen del Maestro un ser poli-identitario, es decir, su identidad se forma con diferentes fichas, simulando un rompecabezas que a la postre dará una figura terminada, dicha figura es el compendio de un ser que desarrolla su profesión utilizando cada una de estas estructuras.

 

Palabras Clave: el maestro; la escuela; identidad profesional; desarrollo de la profesión.

 

    

 


 

The Teacher's Identity: A Chameleon-Like Characteristic in Constant Construction

 

ABSTRACT

 

The characterization of the teacher comes from many sides and each one of them has a fundamental weight when it comes to sculpting the teacher's identity. The family roots and the social context during the formative and personal development act as the first to mark the path for such formation, followed by the academic orientation to which the teacher belongs, and then, going a little deeper into the curricular world, there is the academic level at which the teacher wishes to teach, under this perspective, each of the particularities that nurture the professional identity of the teacher will be analyzed. During the development of this article it will be found that the professional identity of the teacher is crossed by different circumstances, own and alien to him, these differences make the teacher a poly-identity being, that is to say, his identity is formed with different pieces, simulating a puzzle that in the end will give a finished figure, this figure is the compendium of a being that develops his profession using each of these structures.

 

Keywords: the teacher; the school; professional identity; development of the profession.

 

 

 

Artículo recibido 20 agosto 2023

Aceptado para publicación: 27 septiembre 2023

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

INTRODUCCIÓN

Deformadas por el tiempo las prácticas educativas de los Maestros siempre han tenido una relación simbiótica con el ámbito social, no solo porque la escuela tiene unas características particulares que emulan una micro sociedad, sino también, porque se convierte en el exilio de los estudiantes hacia el mundo social (Núñez, 2012); esta relación resultante entre la escuela y la sociedad tiene al Maestro como su principal conector, ergo la identidad del Maestro está supeditada al contexto social que lo rodea; la permeabilidad que está expuesta la profesión docente, en relación con las vicisitudes culturales, sociales, políticas y económicas (Olave, 2020).

Continuando con este hilo conductor, enmarcando la relación existente entre la escuela y la sociedad, se le cederá la palabra a Billart (2002; p. 167) quien aduce, “La escuela (…) trasmite cultura para formar ciudadanos, miembros productores y consumidores para la sociedad civil y formadores de una futura familia”. Este pensamiento insta a mirar la escuela como una hacedora de futuros ciudadanos. Ella los prepara desde sus particularidades y formas de educar, tratando, en los más posible, en la construcción de un futuro social cada vez mejor y, donde se responsabiliza al maestro para que esta actividad llegue a su cometido. La escuela asegura la entrada en la cultura y en la sociedad civil (Billart, 2002).

Desde otra mirada despunta la acotación de Parra (1986; p. 146) quien plantea, “El maestro dentro de su actividad en la escuela, se enfrenta con situaciones planteadas por dos de los objetivos más importantes de su profesión: la trasmisión eficaz de conocimientos y la formación del niño como ciudadano”. Se puede inferir que ya se le da un papel protagónico al maestro dentro de su labor formativa, ya no solo se habla desde la institucionalidad, en este caso la escuela, sino que se personifica esa responsabilidad en el maestro.

Es importante anotar que la labor desarrollada por el maestro, además de ser un eslabón que conecta los principios y necesidades de la escuela con las necesidades manifiestas de la sociedad, tiene una repercusión directa en la vida del estudiante, pues, la relación simbiótica entretejida por ellos (Maestro – estudiante), hace que se alcancen unos objetivos formativos en los estudiantes para la vida. En este orden de ideas, le cederemos la palabra a Durango (2013, p. 41) quien argumenta “El maestro siempre se ha caracterizado por tener una superioridad importante en relación con sus estudiantes, esta característica la da, no solo un conocimiento previo, sino también una experiencia y un ejemplo de vida”. Esta característica del maestro, un poco más acentuada en la escuela y en su aula de clase, también hace parte de una adaptación manifiesta de acuerdo con las necesidades que lo requieran. 

Existe una necesariedad importante de anotar que el Maestro tiene la capacidad de adaptarse a cualquier tipo de contexto, estos contextos varían dependiendo de los arraigos culturales, sociales e incluso económicos; para hacer una labor comparativa en relación con las demás profesiones, tomaremos a un profesional de la salud, verbigracia, un médico puede desempeñar su labor en cualquier lugar del mundo, las características propias de la rama de la medicina hace que sus conceptos estructurales, académicamente hablando, sean aplicados sin importar el lugar donde se encuentre, es decir, el contexto social no influye de manera directa en la labor del médico, caso contrario a lo que ocurre con el Maestro pues su labor está directamente relacionada con el contexto social al que pertenece.

Los diferentes contextos, quienes influyen de manera directa en la estructuración de la identidad del maestro, son variados y cada uno de ellos, desde sus particularidades, requieren de Maestros versátiles para puedan desarrollar su labor formativa dentro la escuela, esta hibridad, hace del Maestro un ser abnegado, indispensable y fundamental para llevar a cabo el proyecto educativo social.

Existen distintas variaciones de contextos sociales, entre ellas se pueden encontrar contextos rurales, urbanos, violentos, otros que gozan de libertad de expresión, contextos académicamente más avanzados que otros, etc.; de igual manera existe un aspecto que es fundamental en la variabilidad de la identidad del Maestro y es las particularidades de la escuela, pues, en ella, se requiere de Maestros poli-identitarios, pues, las vicisitudes del mundo escolar así lo requieren; Tardif (2018, p. 2), lo corrobora, “La identidad docente no es independiente de otros aspectos que definen hoy en día el beneficio del trabajo: el estatus social de los profesores, sus roles y tareas, las misiones que le son conferidas, su lugar en la organización de la escuela con sus numerosas subdivisiones por grados, cursos, niveles, públicos regionales (…)”.

DESARROLLO

La escuela y particularmente los maestros en su quehacer pedagógico, debe explorar los diferentes caminos y rutas para desarrollar procesos educativos pertinentes y acordes a las realidades y necesidades de los sujetos en formación, desde los ámbitos culturales, sociales, tradicionales y religiosos, entre otros factores relacionados con los contextos (…) (Chacón, 2019; p.36)

Uno de los objetivos fundamentales de este artículo es mostrar las diferentes situaciones que se pueden presentar en la vida profesional de los Maestros y, de la misma manera, destacar las formas de adaptabilidad de ellos al contexto que se presente. Para una mejor comprensión por parte del lector y con el fin de facilitar el proceso escritural, el artículo de investigación se desarrollará en tres momentos: el primero de ellos, traerá consigo una amplia mirada acerca de la identidad profesional del maestro, allí se conocerán todas las categorizaciones que influyen de manera directa e indirecta en la construcción de la identidad del Maestro; el segundo momento, estará encaminado a conocer algunos contextos en los cuales el Maestro debe trasegar durante su vida laboral y las distintas adaptaciones que debe tener para llevar a cabo su labor magistral; el tercer, y último momento, dará cuenta de las características del mundo escolar y de sus variadas facetas en las cuales el Maestro debe incursionar y adaptarse a ellas.          

La identidad profesional del maestro ha sido un tema que se ha abordado desde varios puntos de vista, no solo desde el punto de vista profesional, sino también desde el arraigo personal y familiar de cada Maestro, en este orden de ideas,

abordar el problema de la identidad profesional (o de las identidades profesionales) de los profesores según una perspectiva internacional y comparativa es una empresa compleja y, por decirlo todo, arriesgada. Efectivamente, a menos que se reduzca la identidad solo a sus dimensiones sociológicas e intra-individuales, es claro que esta se conjuga estrictamente a los sistemas sociales y escolares en los que obran los profesores. (Tardif, 2018, p. 1).

Esta es una mirada profunda que hace referencia a la identidad de los maestros, no solo la tipifica desde el punto de vista personal y profesional sino también, desde una mirada contextual en la cual se desempeña el Maestro, es decir, los rasgos de identidad de los Maestros también son marcados de acuerdo con el contexto social.

Partiendo desde otro punto de vista y con el fin de nutrir el concepto de identidad del maestro emerge la siguiente apreciación realizada por Chaves M. (2015; p. 44) “Los docentes tienen identidades y roles diversos que los hace miembros de una familia, (…) reconocer estos distintos rasgos identitarios contribuyen a verlo en su integralidad, como un ser humano y no solo como ejecutor de programas”. Esta es una mirada un poco más humana hacia el maestro donde su personalidad se resalta y forma parte fundamental del constructo como persona y como profesional.    

Para una mayor y mejor comprensión, es menester ir hasta la génesis del tema central para comprender su terminología y, a partir de ahí, prefijar el perfil que desea ahondar en el desarrollo de dicho artículo. Etimológicamente hablando la palabra identidad proviene de identitas, es decir, “Igual a uno mismo”, “Ser uno mismo”; en un primer momento, se podría pensar que la identidad es lo que diferencia, individualiza y particulariza los acciones y pensamientos de las personas; desde otra perspectiva, se puede inferir que la identidad es lo que nos identifica frente a los demás, con la diferencia que puede estar caracterizada por un rasgo personal y profesional, es decir, las particularidades de las profesiones, verbigracia, le dan identidad profesional a las personas, cabe anotar, que, tanto la identidad personal como la profesional van de la mano y tienen unos rasgos semejantes.

Desde el punto de vista social, y con el fin de ampliar el concepto de identidad, se le dará paso a Yáñez (2006, p. 13) quien acota “La identidad es reconocida como un producto social se crean las condiciones para una individualización de los mecanismos de atribución y de reconocimiento de la identidad (…)”. En evidencia, la sociedad perfila la identidad de las personas que pertenecen a ella, partiendo desde el punto de vista de sus costumbres culturales hasta llegar a los arraigos más intrínsecos familiares.

La sociedad, además de influir directamente en el perfil del ciudadano, permite que él se adapte a diferentes espacios donde pueda congeniar con sus demás coterráneos; la identidad social permite participar en los procesos colectivos como la educación, el consumo, la política, tiende a coincidir con la condición del actor social (Yáñez, 2006).    

 Muchas son la caracterizaciones que nos identifica de los demás, la frase que por años nos ha acompañado que reza, somos seres únicos e irrepetibles, destaca que los seres humanos tienen una forma de ser y de estar que los diferencia de los demás, esta diferencia, además de nutrir la diversidad, abre las puertas a un mundo completamente distinto desde el punto de vista individual; las actuaciones individualizadas, las preferencias, los puntos de vista divergentes, hacen que se abra el espectro de las posibilidades y, además, insta a tener un respeto reciproco y consciente de las personas que nos rodean.

Para darle un sentido académico y científico, se traerá a colación la siguiente acotación,

Un perfil idóneo para resumir el perfil o patrón de comportamiento de una persona es el de identidad; (…) Los modelos evolutivos generales de estadios de la identidad destacan en particular cómo se configura y cambia a lo largo de la vida la imagen o concepto de uno mismo (…) (Fierro, 1997; p. 21).  

La identidad que cada persona construye en su día a día, es el resultado de unas particularidades del contexto que lo rodea, sin dejar atrás, la mella que deja en ellos los arraigos familiares. La individualización en la caracterización de las personas es el resultado de una construcción de varios elementos, sin embargo, a partir de estos elementos, la persona desde su interioridad se perfila con unos signos identitarios que van encaminando su proceso de construcción hacia su desarrollo personal y profesional.

 Para adentrarnos en aguas de la identidad profesional, existe la necesidad de hablar de dos componentes que ayudan a prefijar el perfil del futuro profesional; cabe anotar que el desarrollo personal va de la mano con el desarrollo profesional, es decir, de acuerdo con sus preferencias y sus rasgos personales, se encuentra su desarrollo profesional. Los componentes a los que se hace mención al inicio del párrafo, es la división que, comúnmente se encuentra en la elección del campo profesional, estas son: las ciencias exactas y las ciencias humanas, ambas perfilan y se acomodan correctamente con las diferentes personalidades que se encuentran en el medio; por ejemplo: las personas que tienen un perfil tranquilo, que son parcos e introvertidas, normalmente, se orientan por las ciencias exactas, allí pueden encontrar profesiones que tiene que ver con la utilización, en gran medida, de los números y las matemáticas en general (ingenierías, contadores públicos, matemáticos, entre otros); en la otra orilla, hace su aparición las ciencias humanas, aquí se precisa de un perfil más espontáneo, extrovertido y con más contacto con las personas, entre ellos se puede encontrar (abogados, maestros, psicólogos, entre otros).

Este es, pues, el panorama que normalmente se encuentra en la sociedad, como toda regla puede tener su excepción, sin embrago, es el común denominador en relación con la comunión que existe entre el perfil personal y el perfil profesional, entonces, al tener un perfil personal bien definido la elección del campo profesional presentará dificultades mínimas, además, el desarrollo profesional y personal tendrá unos resultados muy positivos al momento de cumplir con sus compromiso laborales, seguido a esto, la persona disfrutará del cumplimiento de su labor, debido a que la profesión que escogió se acomoda en gran medida a su esencia personal y a su proyecto de vida.

En este orden de ideas las características identitarias de los Maestros no son ajenas a las particularidades antes mencionadas, todo esto relacionado al tema de las ciencias exactas y las ciencias humanas, incluso, en el vasto mundo magistral, esta diferencia se ve más surcada que en las demás profesiones, puesto que de acuerdo con la personalidad y el arraigo del Maestro, es la asignatura que dicta en el ámbito escolar (este tema se tocará, con mayor detenimiento, en los puntos venideros).                                   

Como se argumentó al inicio del artículo, el contexto social juega un papel fundamental en el desarrollo identitario del Maestro y de una manera directa el maestro tiene la facultad de acomodarse a cada uno de ellos; durante este apartado, se tipificarán cada uno de los contextos y con ello, de manera armoniosa y diáfana, se demostrará cómo el Maestro se adapta a ellos y que particularidades debe tener para poder incurrir en estos aspectos sociales; los contextos que se conocerán son los rurales, el urbano y el violento, cabe aclarar que, la mezcla de contextos también hacen parte de esta amplia gama. 

§  Contexto rural: la amplia y quebrada geografía colombiana ha hecho que el acceso a diferentes comunidades tenga unas características dificultosas, dentro de estas llanuras y montañas hay población civil que requiere y tiene el derecho, como cualquier colombiano, de tener un trato digno en relación con las necesidades básicas como lo son la salud y la educación. Para darle una mirada más amplia a la caracterización de la educación rural, se apoyará en los pensamientos de Arias (2017, p. 55) quien aduce “Las zonas rurales presentan condiciones desfavorables, desempleo, familias a temprana edad, extrema pobreza, analfabetismo, entre otros aspectos. Ello determina un patrón de poca permanencia en el sistema educativo de la población en edad escolar”; estas son algunas de las características sociales existentes en las zonas rurales de Colombia que influye de manera directa con la alfabetización y educación de estas comunidades.

Haciendo una introducción más exhaustiva sobre el contexto rural, despunta este pensamiento,

La sociedad colombiana se caracteriza por marcadas diferencias regionales, por la coexistencia de formas muy distintas de producir y por el establecimiento de vínculos interregionales signados por el intercambio desigual, la diversidad de situaciones dentro de las cuales se hace necesario mirar las variaciones en las funciones de la escuela está definida por los contextos sociales (Parra, 1986 p. 22).

Desde el ámbito social y las particularidades de sus contextos se evidencias la disparidad y la brecha existente entre el contexto urbano y el rural; a través de la educación y del trabajo abnegado del Maestro, se puede pensar en un cierre manifiesto de esta brecha.         

Por ser el tema que nos atañe, tomaremos la educación como referencia del contexto rural; a lo largo de la historia ha existido una necesidad constante por parte del Estado por suplir la necesidad de escolarizar las zonas más recónditas de nuestro país; incluso, desde su Carta Magna, así lo reza, Artículo 67 “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura”.

Desde una mirada sociológica Parra (1986; p. 11) argumenta “En una sociedad cada vez más educada la situación de los que no estudian o estudian menos años es de una clara desventaja. Este es el caso de los habitantes del campo colombiano”. Allí es donde se centra el esfuerzo del Estado colombiano para cerrar esta brecha tan amplia. 

El Maestro como primer representante del Estado es la persona encargada de llegar hasta estos lugares para academizar y civilizar a la población vulnerable de este derecho. Lo que se le pedía al maestro era que se transformara en el director de la formación de una nueva civilización en el campo, desde cualquier punto que se la viese (Córdova; 1974). 

El Maestro rural debe cumplir con dos elementos que suelen ser fundamentales para el desarrollo de su labor, para diferenciarlos se dividirán en formales e informales; los formales, hacen referencia a la profesionalización del magisterio cuyos componentes pedagógicos ayudan a la formación académica del Maestro, este necesita, impajaritablemente, de la asistencia, ya sea a una Escuela Normal o a una Facultad de Educación, después de alcanzar los logros y de superar cada uno de los componentes académicos, el Maestro, obtienen su título como licenciado o como normalista; en la otra orilla, desde el punto de vista de la informalidad, y es el tema que nos interesa apriori, son todos aquellos componentes que el Maestro debe conocer, comprender y manejar para desarrollar su labor en la ruralidad, es menester anotar que, este conocimiento empírico, facilitará su estadía y supervivencia en el contexto mencionado. Esta informalidad empirista, es la que se hace presente con mayor regularidad en la adaptación a los diferentes contextos, es decir, esta formación no la brindan, ni las Facultades de Educación, ni las Escuelas Normales, son aprendizajes que se adquieren a partir de la practicidad y del trabajo de campo.

A continuación, se nombrarán algunas características que debe tener el Maestro para adaptarse al ámbito rural:

1)     la manipulación de herramientas como picas, palas, machetes, limas, son de conocimiento esencial para su estadía, en muchas ocasiones a los maestros rurales les corresponde mantener la escuela en buenas condiciones, para que los niños pueden estar en un espacio agradable desarrollar su labor educativa, por ende, se requiere de la utilización de este tipo de herramientas para mejorar el paisajismo;

2)     la pericia para el transporte también hace parte esencial del conocimiento informal del Maestro, pues el acceso a los C.E.R (Centro Educativo Rural) son, comúnmente, en transporte mular, además, como se dijo en renglones anteriores las zonas son muy quebradas y el descender altas colinas, subir montañas resquebrajadas y atravesar ríos caudalosos hace parte de la vida común del Maestro, por tanto se requiere, además de pericia, de un espíritu temerario para poder salir avante ante cualquier situación de este tipo;

3)     conocimiento básico rural son todos aquellos aspectos que se deben conocer para la estadía rural, verbigracia, prender fogones en leña, conocer algunos remedios caseros, tener noción del qué hacer a la hora de la picadura de una culebra, amarrar la carga de las mulas, entre otros.

Muchos son los aspectos que debe conocer el maestro para poder desarrollar su labor, muchas de estas no tienen nada que ver con los que realiza día tras día en su aula de clase con sus estudiantes, pero son básicas y necesarias al momento de pertenecer a este tipo de contextos.

§  Contexto urbano: por ser un contexto en el cual la mayoría de las personas tiene la oportunidad de conocer, su adaptación requiere de un mínimo grado de dificultad, dicha familiaridad, facilita la labor, en gran medida, que el Maestro desarrolla con sus estudiantes. El contexto urbano comparado con el rural tiene unas diferencias abismales. El mundo rural ha estado en palpable indefensión, frente a la aplastante mayoría urbana -que representa el progreso y el bienestar- (Gil, 2011). Una de las características más fehaciente es la cercanía de las Instituciones Educativas y la otra es la facilidad de conseguir algunos elementos básicos para el aprendizaje de los niños; no es lo mismo conseguir un lápiz en la ruralidad a varias horas de camino de algún centro poblado, que conseguirla en la tienda más cercana de cualquier barrio de la ciudad. La adaptación a los contextos urbanos por parte del Maestro, en el papel se puede ver con cierta facilidad, sin embargo, las dificultades hacen su aparición al momento de producirse una combinación de contextos. Sin embargo, y no es tema de poca monta, aspectos como la drogadicción donde, se subjetivisa a la droga (objeto) y se objetiviza y se cosifica al sujeto que consume, se lo persigue, critica, excluye, pero no se proponen alternativas posibles en relación a formas de prevención, a estrategias de contención, a tipos de tratamiento etc. (Camarotti y otros, 2013), de la misma manera, el suicidio, desórdenes mentales, el microtráfico, la desnaturalización familiar, entre otros, hacen que el Maestro tenga unas cualidades que ayuden a identificar en sus estudiantes este tipo de problemáticas.  por tanto, el conocimiento de ciertas bases psicológicas también debe acompañar al Maestro.          

§  Contexto violento: este tipo de contexto se puede presentar en cualquier lugar ya sea urbano o rural, por tanto, el Maestro debe tener una adaptación de manera rápida y correcta; el conocer cómo se debe reaccionar ante un hostigamiento o una incursión violenta, qué debe hacer para orientar a sus estudiantes para que ellos mantengan la calma en este tipo de situaciones; el conocimiento básico de la estructura y cuidados que se deben tener ante una mina antipersonas[2] se convierte en algo vital para el Maestro, para sus estudiantes y la comunidad en general; son aspectos que el Maestro debe sortear y que su instinto y capacidad de adaptación al contexto le ayudará salir avante de estas eventualidades. En la urbanidad, cambia un poco el contexto, para profundizar acerca de este tema evocaremos a Castro y otros (2014; p. 35) “El conflicto armado se manifiesta continuamente en tiroteos, muertes de miembros de las bandas y de la comunidad, reclutamiento de niñas para a mensajería”.

Muchas son las formas en las que se manifiesta la violencia en las Instituciones Educativas, por ejemplo: el tráfico de estupefacientes, la violencia estereotipada desde sus distintas gamas, de género, de violaciones, de feminicidios, de homicidios; los enfrentamientos armados a la entrada y la salida de clases, se teme por la integridad d ellos estudiantes y de los maestros debido a las balas perdidas (Castro y otros, 2014). Esta gama de violencias caracteriza, en gran medida el contexto donde el Maestro desarrolla su labor, además, el acompañamiento por parte de él hacia sus estudiantes debe estar centrado en estas flagelaciones que se viven a diario 

Muchos son los contextos a los cuales el Maestro debe adaptarse, algunos de ellos son más fáciles que otros, sin embrago, requieren de un cambio que pocas personas se atreven a experimentar desde los diferentes campos profesionales, ya que esto implica, incluso, un cambio de 90° en el ámbito familiar, personal, profesional e intelectual, cambio que solo lo realizan los Maestros.

En esta tercer y última fase del artículo se traerá a colación un término que muestra la facilidad y la amplia gama de adaptación que tienen el Maestro, incluso desde su personalidad, para llevar cabo el desarrollo de su labor escolar; la monodocencia[3] es un término que se acuña y que de acuerdo con las necesidades del contexto personifica al Maestro y lo inmiscuye con la pedagogía y los diferentes saberes. Con el fin de conocer otros conceptos acerca de la monodocencia, se le cederá la palabra a Navarro (1972, p. 44) “La monodocencia. Propia de la enseñanza elemental o primaria, que supone la dirección de un grupo de alumnos, del mismo o distinto nivel, a cargo de un solo profesor que imparte la totalidad del programa”.

Las características académicas de un Maestro monodocente, desde la formalidad, debe ser Normalista Superior o ser Licenciado en Educación Básica, esto significa que tiene la pedagogía suficiente para enseñar cualquier asignatura en la Básica primaria que esté contemplada en el modelo curricular que corresponda; es en este preciso momento donde la hibridad del Maestro alcanza su culmen, la multigradualidad dentro de una misma aula de clase, requiere de un Maestro adaptativo ante cualquier circunstancia que se le presente, no solo con las problemáticas relacionadas con la convivencia escolar, ya que al tener niños de diferentes edades se pueden presentar con mayor facilidad, sino también con las académicas, el abordar distintos temas en distintos niveles hace de su adaptación algo único. Otra característica de la multigradualidad, es precisamente responder a las demandas particulares, de tiempos, estrategias, formas de organización de los contenidos, requeridas por algunos y algunas estudiantes (…) (Restrepo, 2021)

En renglones anteriores se hablaba de los diferentes campos de acción en los cuales se puede desempeñar una persona de acuerdo con sus rasgos personales, para ello la dualidad presentada por las ciencias, en relación con lo humano y lo exacto facilita esta elección; dentro de la labor que el Maestro monodocente desarrolla con sus estudiantes hay una combinación única entre ambas personalidades, es decir, el Maestro precisa de una personalidad camaleónica para desarrollar sus actividades en el aula, debe contar con la seriedad y la precisión para enseñarle a sus alumnos el proceso de la división, en el área de matemáticas, por ejemplo; y a su vez, requiere de una delicadeza manifiesta para enseñarle a otro niño la técnica del sombreado en el área de artística. Este ejemplo detalla diáfanamente que la multipersonalidad del Maestro se hace presente en su diario vivir.

Abordando el tema de la multipersonalidad, que hace parte fundamental de las características identitarias de los Maestros, se encuentra que, como se ha evidenciado a lo largo del artículo, depende de muchos eventos y acontecimientos contextuales que prefija su perfil, ergo, se le cederá la palabra a Olave (2020, p. 381) quien argumenta “La identidad profesional docente no solo se enmarca en una identidad meramente personal, de vocación o social, o por interacción entre culturas de determinado contexto, sino también, por la memoria y las relaciones intersubjetivas que experimenta el individuo en su entorno y vida cotidiana”. La cotidianidad hace su aparición de manera clara en el moldeamiento de la personalidad del Maestro, aporta en la identificación de sus diferentes personalidades.

En todo este zarzal sobre el tema de la identidad del Maestro no se puede pasar de largo las características propias que están intrínsecas en el Maestro, es decir, la génesis de la personalidad del Maestro como tal; este es un tema que, tras bambalinas, deja unos interrogantes muy interesantes y que nutren la discusión; por ejemplo, ¿Debe el Maestro desarraigarse de su propia personalidad para poder ser Maestro? ¿Puede el Maestro tener una sola personalidad y crecer en su mundo pedagógico? ¿Las características identitarias de los maestros deben ser inevitablemente fluctuantes? Estos son interrogantes que, como se dijo anteriormente, nutren la discusión y amplían el espectro de la profesionalización del Maestro y sus rasgos personales.

Hilvanando con los interrogantes que se dejaron en el párrafo anterior, se retomará la siguiente voz autorizada, 

Muchos asumen la identidad profesional y la identidad docente como una misma; en cambio, esta última, se enmarca en una identidad establecida con la expresión ‘debe ser’, a diferencias de otras profesiones; el maestro ‘debe ser’ o asumir una identidad preestablecida, de lo contrario no puede llamarse maestro. Estos constructos de identidad están arraigados a características culturales y de contexto, por lo tanto, no es construida por quien desempeña la labor de docente, sino que se asume como una identidad ajena que se encasilla en cánones sociales, del ejemplo y de su rol en la sociedad (Olave, 2020, p. 384)

A partir de la explicación de los resultados, se empieza a vislumbrar que la identidad del maestro depende, en gran medida del contexto social al que pertenece, los arraigos familiares y académicos pasan a un segundo plano, es decir, sí hacen parte de la estructuración identitaria de la personalidad del maestro, pero de manera subyacente; esta aseveración es vista desde el punto de vista social y cultural. Entonces se debería preguntar si quien asume como proyecto de vida ser maestro, ¿Debe abandonar su identidad personal? ¿Hay una identidad social y cultural preestablecida para el maestro? (Olave, 2020).

Las caracterizaciones referentes a la identidad del Maestro son fluctuantes, al igual que lo es su adaptación a los diferentes contextos; el Maestro tiene una capacidad de adaptación que no la tienen otros profesionales en cualquier rama, es menester aclarar que, dichas adaptaciones, nacen de una entrega abnegada por parte del Maestro, en relación con el encargo social que le ha sido depositado y confiado a lo largo de su historia.  

CONCLUSIÓN

La identidad profesional del Maestro está en constante cambio, muchos son los eventos que confluyen en él, cada uno de ellos aporta en gran o en poca medida a que estos cambios se presenten frecuentemente. La variabilidad de esta característica hace del Maestro un ser en constante deconstrucción y construcción al mismo tiempo, esto le ayuda a la adaptación de cada contexto con cierto grado de facilidad; no obstante, este proceso constructivo genera unos surcos que marcan y prefijan el perfil del Maestro.

El desarrollo personal del Maestro, en la mayoría de los casos, tiene una concepción que lo hace único; la disposición para comprender que el desarrollo de su labor tiene un alto compromiso social y moral, hace que su labor tenga un alto grado de responsabilidad y de abnegación para cumplir con la labor que le fue endilgada.

En la búsqueda de la identidad profesional del Maestro se encuentra que ésta es marcada, ineludiblemente, por el contexto y por la sociedad que los rodea; estas marcas estereotipan la personalidad del Maestro, es decir, la sociedad fija el perfil del Maestro de acuerdo con las características sociales, dejando un margen muy limitado a la personalidad intrínseca del mismo. La identidad profesional se convierte en estereotipo ya que no es tratado con la con la profundidad que se requiere para lograr un acercamiento a lo que es. (Armendáriz, 2009) 

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[1] Autor principal.

Correspondencia: diegodurango.est@umecit.edu.pa

[2] Es necesario aclarar que este tipo de eventos se presentan con mayor frecuencia en la ruralidad, incluso, varias han sido las capacitaciones que desde la Cruz Roja Internacional, La UNESCO y algunas ONG han recibido los Maestros quienes laboran en la ruralidad para que ellos sean voceros y guías para sus comunidades a la hora de presentarse este tipo de acontecimientos.  

[3] Este tipo de pedagogía nace de la necesidad de tener un solo maestro en un aula multigradual, es decir, donde asisten diferentes grados desde el año preescolar hasta el grado quinto de primaria. Allí el Maestro debe dictar todas las 10 asignaturas que, desde la construcción curricular, requiere para poder realizar la labor de enseñanza en sus estudiantes.