La Gerencia Educativa de la Calidad Pedagógica y Pertinencia Social en la Educación Secundaria Colombiana
Westminster Manyoma Donado[1] https://orcid.org/0000-0003-1232-8858 Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología Panamá
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Egle María González https://orcid.org/0000-0001-7851-8924 Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología Panamá |
RESUMEN
Palabras clave: gestión educativa; calidad pedagógica; pertinencia social
Educational Management in the Context of Pedagogical Quality and Social Relevance in Colombian Secondary Education
ABSTRACT
Nowadays, the work of managers and teachers must be developed around the managerial aspects of quality management. Hence, the objective of this article was to analyze the educational management executed at the managerial and teaching levels in terms of pedagogical quality and social relevance in the Colombian Secondary Education scenario. It was based on the hermeneutic documentary analysis of primary and secondary sources. The results showed the need to understand educational management as a multidimensional construct leveraged on the complexity of the educational scenario, where the concept of pedagogical quality contributes at the same time the sense of an anthropological perspective that seeks excellence in the formation of the human being, and an administrative or functionalist perspective, which measures the efficiency of the educational system based on the results achieved in the quality indicators. It is in the first vision of quality where social relevance finds its purpose, in the search for an education for sustainable development, its purpose being to enable the educational community to acquire and put into practice the values, capacities, skills and knowledge necessary to contribute to a more sustainable society.
Keywords: educational management; pedagogical quality; social relevance.
Artículo recibido 18 setiembre 2023
Aceptado para publicación: 25 octubre 2023
INTRODUCCIÓN
La educación encuentra en los procesos gerenciales conceptos y prácticas como la gerencia educativa, que cobran relevancia para transformarse en procedimientos cotidianos que apuesten por la transformación de las organizaciones de las instituciones formadoras. Ese trabajo gerencial al interior de las instituciones educativas, debe apalancarse en principios fundamentales como la calidad pedagógica y la pertinencia social que den cuenta de un hacer centrado en la excelencia y congruencia con los fines educativos. La calidad de la práctica pedagógica se enraíza en el aprendizaje, de la mano de una pedagogía innovadora que piense y trabaje por los intereses y necesidades de los estudiantes para conducirlos hacia aprendizajes con significado. Esta significatividad da paso al segundo principio, la pertinencia social, representada por una educación con propósito, es decir, que aporte al desarrollo de una sociedad, de las comunidades, pues también al exterior de las IE la Gerencia Educativa está llamada a dinamizar con su hacer para encontrar el justo equilibrio entre ser, proceder y entorno social.
Las organizaciones humanas, en tanto espacios donde interactúan personas e involucran el uso de recursos y el desarrollo de procesos para cumplir con objetivos precisos, tienen en la gerencia una disciplina cuyo propósito primordial está orientado a la conducción de las diversas maneras de gestión, en atención a comprenderlas para explicar ese hacer, y además indagar a través de procesos investigativos en distintos niveles y en diversos escenarios para promover nuevas maneras de guiar de modo integral los elementos inmersos en las organizaciones. En ese sentido, autores como Drucker (2002) y Manes (2003), coinciden en afirmar que es en la gerencia donde las organizaciones deben apalancarse para definir un posicionamiento en su contexto de acción, requiriendo para ello la participación activa de todos sus miembros, a fin de alcanzar las metas comunes. De esa manera, se hace necesaria la integración de los actores organizacionales en torno a elementos como misión, visión, valores y objetivos que permitan trabajar juntos hacia el logro de las metas propuestas.
Para lograr ese cometido, la gerencia “debe funcionar sobre la base del esfuerzo humano, puesto que la producción de bienes y servicios no puede ser desarrollada únicamente por una o dos personas” (Prieto & García, 2017, p. 12). Para ello, ha de tenerse muy en cuenta el escenario donde se mueve la organización, a fin de poder responder a los cambios que se gestan continuamente y que demandan una actualización constante, así como el reconocimiento de las necesidades de ese entorno y de los propios miembros de la organización. Para determinar la magnitud de su importancia, se debe entender lo determinante de la gestión educativa para lograr resultados exitosos, asumiendo al recurso humano como lo más valioso de la organización (Rodríguez, 2011).
En el ámbito educativo, la noción de Gerencia Educativa (GE), es de reciente data dado el propósito social que tienen las instituciones educativas donde se ha trabajado con un enfoque administrativo más que gerencial, en el cual el énfasis es hacia la eficacia y no a la eficiencia. No obstante, las transformaciones educativas que se han dado en las últimas décadas, están orientadas hacia una formación con igualdad de oportunidades para que las personas sean competentes, con capacidades de actuación en el ámbito laboral con pertinencia social. Esta visión requiere entonces de un proceso gerencial que conduzca lo educativo con criterios de flexibilidad, formación progresiva, democrática y de calidad. Lo anterior, se ve sustentado en el hecho que la gerencia educativa está llamada a focalizar sus acciones para tratar de involucrar a toda la comunidad educativa hacia el logro de los objetivos académicos (Hormaza, et al., 2022).
La Gerencia Educativa debe asumir como propios los procesos de diseño, comunicación y revisión constante de la implementación de los planes y programas orientados a la materialización de la misión y visión institucionales, determinando modelos de desempeño con criterios precisos para alcanzar resultados educativos financieros exitosos como parte de las metas propuestas hacia niveles de calidad (Lepeley, 2007). En este sentido, el gerente educativo encamina su acción a transformar el hacer institucional, para lo cual se necesita organización y coherencia en las funciones de todos los miembros en las diferentes instancias. En consecuencia, se requiere de una GE eficiente en los niveles directivo y docente, capaces de vincular teorías organizativas con pedagógicas desde una perspectiva social, buscando superar modelos de concentración del saber para preocuparse por diversos subprocesos involucrados en el proceso educativo gerencial como vía para mejorar los resultados.
De las afirmaciones anteriores, se interpreta que para entender y actuar con competencia para hacer a las organizaciones verdaderos centros de la calidad educativa, se exige entonces una organización moderna dinámica, participativa, estratégica y contextualizada. Según esto, se estaría ante una nueva lógica del funcionamiento de las instituciones educativas, dado que las incursiones innovadoras en el ámbito educacional resultan más interesantes cuando se hacen en el terreno social, donde ayudan a desarrollar los entornos educativos pues se fortalecen los liderazgos, se dinamizan los recursos humanos y se valora el pensamiento estratégico. Todos estos elementos, estarían contribuyendo a hacer de las instituciones educativas (IE), organizaciones realmente productivas centradas en una pedagogía de calidad.
Es así como, el concepto de calidad pedagógica puede entenderse como la capacidad que manifiesta el sistema escolar y la gerencia educativa, donde se inserta la práctica docente, para lograr que los estudiantes alcancen aprendizajes significativos y socialmente relevantes. Para que esto ocurra, se requieren ciertas condiciones y procesos que hagan posible el logro de los resultados buscados (Cassasus, 2000). Es aquí donde entra en juego el concepto de calidad que, contextualizada al escenario educativo, viene determinada por el derecho a una educación de excelencia, garantía que histórica y sesgadamente ha sido asociada a la cantidad de estudiantes que ingresan y egresan al sistema educativo, sin tener en cuenta la calidad de esa formación (García Hoz, 1980). Para ese autor, la calidad educativa está determinada por criterios de integridad, coherencia y eficacia, términos asumidos como imprescindibles para que se pueda hablar de calidad
De esa manera, se asume la Gerencia Educativa como la gestión de las organizaciones involucradas directamente en el área educacional, en el interés de planificar, comunicar y supervisar los planes y proyectos educativos para lograr las metas planteadas; siendo la búsqueda de la calidad una de esas metas, donde la calidad pedagógica debe ser el bastión para alcanzar ese logro. En ese sentido, Sánchez (2002) plantea que la visión de calidad educativa tiene que ver con conocer todo el espectro educativo, tanto los actores involucradas como el escenario donde se desenvuelven en términos de la cultura, la sociedad como organización, lo político y lo económico, aunado a los valores y competencias que se requieran para una libre convivencia en democracia y solidaridad.
Para llegar a ello, en el contexto de las IE de Educación Secundaria, es inminente que se comprenda la importancia de la Gerencia Educativa, como proceso llamado a promover y garantizar la calidad pedagógica considerando el contexto, es decir, con pertinencia social. Al respecto, Sánchez (2002) refiere que la calidad pedagógica es un proceso que se manifiesta y produce resultados a mediano y largo plazo, debido a que los valores y conocimientos adquiridos durante el proceso educativo le permiten al estudiante desenvolverse en su vida futura, con pertinencia social. El conocimiento de los contenidos de la GE directiva y docente, debe aplicarse, como proceso y resultado de la gestión de la interacción social con una comprensión adecuada en el trabajo de la misma.
Con relación a lo anterior, Quintín (2003) comenta que la gerencia de la educación es un acto social, público, técnico y científico, en consecuencia, imprescindible para el desarrollo de las instituciones educativas. Por tanto, la formación y el desempeño especializado deben incidir positivamente en resultados y aportes tanto a la calidad pedagógica como a la pertinencia social, en el sentido de beneficios a la comunidad, con el fin de desarrollar en ella la igualdad y participación. Según esta opinión, la GE al indagar y aplicar maneras para lograr la calidad pedagógica y la pertinencia social, busca la correspondencia entre demandas sociales y oferta de servicios educativos, para una relación productiva entre comunidad, estudiantes, docentes, familia y escuela, pues es en sus ambientes naturales, donde cada uno aporta al desarrollo integral del estudiantado y de su entorno social.
Al respecto de la pertinencia social, Zafra et al., (2014) refieren que, para la UNESCO, este término involucra la educación para el desarrollo sostenible, con el propósito de desarrollar en las comunidades educativas un elenco de competencias que posibiliten a todos sus miembros aportar a la construcción social sostenible. La pertinencia social educativa se vincula con una imagen deseable de las instituciones educativas, ligada a los grandes objetivos, necesidades y carencias de la sociedad en la que están insertas y a los retos del nuevo contexto mundial (García, 2007). Desde esa articulación, está la visión de una educación caracterizada como sociedad del conocimiento, la información y el aprendizaje permanente, que exige revisión constante, en función de los objetivos y de la misión que la educación debe cumplir en el seno de la sociedad contemporánea.
Desde todas las consideraciones anteriores, se comprende que la calidad pedagógica y la pertinencia social educativa, se integran en la GE en función de un proceso que se manifiesta y produce resultados a mediano y largo plazo en el estudiantado, a partir de valores y conocimientos adquiridos por los estudiantes durante su formación educativa. Este andar, que les permite desenvolverse en su vida futura, conduce a pensar que el conocimiento sobre el trabajo gerencial educativo debe ser entendido y desarrollado tanto como un proceso, con una serie de secuencias lógicas, organizadas con un propósito definido; y como un resultado, es decir, un producto orientado por y para la calidad pedagógica con un sentido de pertinencia social.
Gerencia educativa, procesos y competencias que se desarrollan en las IE de Secundaria.
En el proceso del repensar de la gerencia, se requiere disponer de un capital humano dispuesto a realizar cambios constantes y adaptativos que permeen en el visón de una nueva gerencia para responder a las demandas sociales en su sentido amplio de formación desde los procesos de planificación, organización, coordinación y evaluación (Galarza, 2010). Procesos gerenciales que hacen énfasis en la visión proyectiva del gerente directivo y en los factores que convergen para llevar eficazmente su necesaria tarea de liderar, como práctica orientadora e integradora, a quienes hacen vida activa en la institución, de manera responsable y consciente para llegar a ser faro de armonía en la sincronización del hacer educativo y el subsecuente logro esperado como comunidad educativa.
Al vislumbrar las funciones de la gerencia en las Instituciones Educativas de Educación Secundaria con una población estudiantil netamente constituida por jóvenes adolescentes, diversos autores como Taylor, Drucker, Sallenave y Kliksberg, han analizado y escrito sobre las competencias necesarias que son requeridas por un gerente para poder ejercer las funciones y roles propios de la gerencia; esto requiere del gerente habilidades o competencias en áreas conceptuales, técnicas y humanas que le permitan ejercer diferentes papeles informativos, interpersonales y decisionales (Torres, 2016). Las competencias permitirán al gerente de una IE de Educación Secundaria desarrollar capacidades para observar la organización como un todo, reconocer sus elementos, las interrelaciones entre estos, y cómo los cambios en alguna parte de la organización afectan o pueden afectar a los demás elementos; así mismo, podrá desarrollar nuevos conceptos, resolver problemas en forma creativa, usar conocimiento técnico, métodos, técnicas y medios necesarios para la ejecución de tareas específicas.
Por otra parte, al trabajar en un contexto estudiantil juvenil-adolescente debe considerar tener capacidad analítica, facilidad para el uso de técnicas y herramientas; interactuar y ayudar principalmente a las personas a su cargo; relacionarse con los estudiantes y sus problemas, intereses, aficiones y pensamientos de cara a su desarrollo hacia la adultez que los lleva a hacerse preguntas, a comportarse de otro modo a partir de los cambios propios de sus edades: para ello, el gerente educativo deberá apoyarse en los docentes y su calidad pedagógica para ofrecer respuestas conjuntas a las exigencias comunes de unos estudiantes en procesos de cambios físicos y emocionales. La Gerencia Educativa deberá trabajar de manera efectiva como miembro de un grupo y lograr la cooperación dentro del equipo que dirige y de las personas de su comunidad social, proveedores, aliados, instituciones y organismos que ayuden en la gestión. Así, “las competencias le permiten al gerente ser un administrador de recursos de toda índole, ser negociador, un líder capaz de generar empatía y direccionar al equipo de personas, entre otros aspectos” (Torres, 2016, p. 51).
En el siglo XXI, la educación exige gerentes dispuestos a satisfacer las demandas de quienes hacen vida en las instituciones: directivos, docentes, estudiantes en procesos de cambios etarios, familias y sociedad en general, pues los hechos educativos son percibidos socialmente con calidad y pertinencia. Se asumen que “La gerencia es un medio de acción para lograr la consolidación de pertinencia y calidad en todos los procesos de una organización” (Hernández, 2018, p. 18); siendo significativo que, desde la Gerencia Educativa de Educación Secundaria, se dinamicen actos y procesos educativos para alcanzar la calidad pedagógica y pertinencia social como categorías que favorecen a quienes participan en ese nivel educativo.
Aproximación al concepto de calidad pedagógica
El concepto calidad hace referencia ¿a un paradigma?, entendido a la manera de Platón, cuando afirma que, en el mundo de las ideas, la idea es modelo, es perfecta, específicamente la más importante, es la idea del bien que guía todas las actividades, la práctica del bien por el hombre es la bondad y por el Estado el bienestar; ¿a un valor?, entendido como una idea que resume las características máximas de algo intrínsecamente y que de hecho está más allá del mundo empírico, o a un juicio evaluativo de algo; ¿a una regla de operación?, entendido como conjunto de directivas o mandatos de cómo proceder para hacer algo que se le atribuye, ser de calidad; ¿a un ideal? que hace referencia a cómo dirigirse hacia algo que es bueno, necesario o útil para cumplirlo, por ejemplo, en educación: formar al hombre, o formar la persona integralmente. Se interpreta entonces, como algo que proporciona satisfacción en un corto o largo espacio, o tiempo individual, o en una red de elementos interconectados que asumen un comportamiento de calidad (Vásquez, 2013, p. 53)
En lo concerniente a la educación, Ferrer et al., (2005) expresan que el concepto de calidad educativa, se basa en que los estudiantes sean servidos al máximo grado posible, significando que los servicios educativos satisfagan sus requerimientos y necesidades. Es el estudiante quien juzga si la calidad de los servicios es aceptable y satisface sus necesidades, siendo este, el estudiante mismo, quien debe fungir como centro de cualquier institución que busque la excelencia. De esa manera, la calidad educativa es un concepto subjetivo que requiere parámetros coherentes con los objetivos o propósitos que se le atribuyen a la escuela, de manera que luego puedan valorarse y desde allí planear la mejora. En ese servicio de calidad, está la búsqueda constante de la excelencia a través de elementos convergentes para materializarla a nivel educativo.
Al respecto de Colombia, el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2018) considera que la calidad educativa “desarrolla en los estudiantes las competencias de aprendizaje, personales y sociales, que les permite actuar de manera democrática, pacífica e incluyente en la sociedad” (p. 1). Este organismo, ha establecido diversas estrategias para intervenir distintos factores asociados a la calidad de los aprendizajes de los estudiantes; entre estas, destaca la construcción de un marco común curricular y metodológico representado por los Derechos Básicos de Aprendizaje (DBA) para contribuir a que los estudiantes alcancen un nivel similar de competencias; el Programa Colombia Bilingüe, que el MEN ha promovido para la inclusión de profesores nativos en los colegios oficiales para fortalecer el aprendizaje de una segunda lengua; una tercera estrategia, es la cualificación profesional de docentes y directivos docentes nacionales a través del Programa “Todos a aprender” (PTA) becando a docentes para realizar posgrados con el fin de que afiancen sus competencias profesionales.
Las perspectivas epistémicas sobre la calidad educativa, están en relación y se consideran en esta investigación para aproximarse al concepto de calidad pedagógica. Para Edwards (1991, como se citó en Cañizales, 2016) “los significados que se le atribuyen a la calidad de la educación dependerán de la perspectiva social desde la cual se hace, de los sujetos que la enuncian y desde el lugar donde se hace” (párr.17); desde esa visión, la calidad pedagógica está referida al ser y al hacer en un contexto determinado. Por otra parte, y en un sentido amplio, “puede aludirse a la pedagogía como el principal fundamento del quehacer educativo y el proceso que debe servir de base del pensamiento escolar en todas sus manifestaciones” (Cossío, 2014, p. 17). De ahí, que la pedagogía sirve de base al proceso educativo, siendo ella en sí misma un proceso para el desarrollo pensamiento y la calidad educativa.
Para intentar comprender el concepto de calidad pedagógica, se considera pertinente entender que la calidad permea la pedagogía y la educación, permitiéndole al sistema educativo actuar bajo parámetros establecidos. En un sentido amplio, la calidad es una filosofía que, en lo administrativo, involucra a toda la comunidad educativa, pues implica y compromete a todos en un proyecto común en el que se depositan toda expectativa de mejora y progreso (Cossío, 2014).
Al profundizar en el tema de la calidad pedagógica en las Instituciones Educativas de Educación Secundaria, Hernández (2018) afirma que el gerente educativo debe aprovechar el crisol de paradigmas y en sus accionar combinarlos de forma eclética para dar respuestas a la organización y a los fenómenos que en esta se circunscriben, donde lo importante es la calidad y su expresión organizacional a través de las eficientes relaciones entre todas las variables que en ella confluyen. En ese sentido, la calidad es un aspecto de importancia que toma en cuenta los factores y dimensiones relacionados con el talento humano, e involucra la eficiencia, eficacia, productividad y competitividad.
En el escenario colombiano de las Educación Secundaria, el MEN (2013), desde la prueba ICFES, hoy llamada prueba SABER 11°, empezó a utilizar, cada vez más, los resultados para evaluar la calidad de la educación impartida desde los niveles de Educación Básica Primaria y Secundaria. La aparición de los Estándares Básicos de las Competencias (EBC) (MEN, 2003) no supuso una redefinición del objeto de evaluación de la prueba SABER 11°, orientada hacia la evaluación de competencias, sólo ajustes menores para adecuarse a los referidos EBC. Además de la evaluación externa de la calidad de la educación realizada por el ICFES, Colombia ha participado en diferentes evaluaciones internacionales desde 1995, como son las pruebas PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, por su sigla en inglés) desde 2006 hasta el presente brindando información adicional y comparada de los desempeños de estudiantes de otros países.
A partir de esos señalamientos nacionales, se considera que la calidad pedagógica en el estado colombiano está reglamentada a través de las diferentes leyes, estatutos o normativas establecidas con la finalidad de atender las necesidades desde el compromiso y responsabilidad social. Al respecto, Espinosa et al. (2020) señalan la necesidad importante de incorporarse a nuevos procesos de gestión de calidad en las IE, como prueba del cumplimiento de una serie orquestada de criterios determinados desde la dimensión pedagógica, como parte esencial de la calidad educativa, que sean representativos de la participación activa y efectiva docente para el aseguramiento de esa calidad.
Pertinencia social para la calidad en la Educación Secundaria
Para hablar de este término, que hace referencia a lo que pertenece o corresponde a algo, se debe tener en cuenta que la pertinencia siempre se da en relación con algo o alguien. Entre otros, son sinónimos de pertinencia, términos como propiedad, congruencia, conveniencia, correspondencia. En consecuencia, pertinencia es el significado que por adecuación adquiere algo en un determinado contexto, que puede ser académico, social, científico, económico, histórico o político. El concepto de pertinencia, de acuerdo con Arias et al. (2018) se caracteriza por ser relativo, por cuanto depende de cada contexto y momento. Es un concepto complejo y dinámico, que evoluciona permanentemente y cambia en función del entorno y la población. En la educación, la pertinencia implica el desarrollo sostenible para hacer posible que la comunidad educativa adquiera valores, capacidades, habilidades y conocimiento necesarios para contribuir a la construcción de una sociedad más sostenible. Este objetivo para la UNESCO (2015), implica revisión de programas educativos respondiendo a retos locales y globales, promoción de modelos de enseñanza que impulsen a los estudiantes al pensamiento interdisciplinario, planificación integrada, comprensión de la complejidad, toma de decisiones y participación en procesos locales, nacionales y globales para el desarrollo sostenible.
Estos elementos, convergen para que se desarrolle la educación en un sentido amplio desde su atención responsable para la sostenibilidad social. Al respecto, Pupiales (2012) argumenta que “la pertinencia está enfocada a lograr la responsabilidad social como valor agregado a la formación profesional, la cual deberá alcanzar la coherencia entre las necesidades del medio y el proyecto educativo institucional” (p. 123). En esa responsabilidad social, se asienta la calidad educativa como proceso garante de una formación idónea y con competencias. De ese modo, “para cumplir sus funciones sociales las categorías calidad y pertinencia serán claves si se busca construir un nuevo escenario educativo en cualquier sociedad” (Díaz 2008, como se citó en Martí et. al., 2018, p. 260).
Ese aspecto social, de acuerdo con Arias, et al., (2018), se “refiere al conjunto de acciones, comportamientos o hechos que se realizan u ocurren de forma generalizada en una sociedad, entendida esta última como el conjunto de personas que interactúan según determinadas normas y que comparten ideas, costumbres y valores” (p. 43). La educación permanente debe ser una restructuración continua del ser humano, de sus conocimientos, aptitudes y de su acción (UNESCO, 2019), debiendo entonces permitir tomar conciencia y desempeñar su función social en aras de lograr una trasformación en la sociedad (Martí et al., 2018).
En Colombia, el Ministerio de Educación Nacional (2012), en la justificación del Programa Todos a Aprender, valora la pertinencia en el marco de un contexto globalizado en función de las necesidades del país y la región donde se desarrolla el programa. Así, se valorará pertinencia y calidad de los estudios, con argumentos y referencias nacionales y regionales planteadas entre aspectos como relevancia que justifica la pertinencia en el marco de un contexto globalizado; articulación entre argumentos para demostrar la pertinencia con las necesidades del país y la región; metodología, si es a distancia, a través de tecnologías de información y comunicación, aportes relevantes y pertinentes para la solución de las necesidades del país o la región (Parra et al., 2013).
Una educación pertinente se caracteriza entonces, por promover soluciones a necesidades del entorno socioeconómico y responder a problemas sociales, así como por diversificar permanentemente su oferta educativa para dar respuesta a las necesidades del mundo del trabajo. La educación debe entonces participar en procesos de regionalización, contribuir a minimizar desigualdades sociales, ser crítica, con conciencia nacional superando dependencias; siendo necesario desarrollar la educación permanente con planes de enseñanza formal y no formal.
La educación formal, en su conjunto, debe propender a formar profesionales con capacidad gerencial; tomar en consideración necesidades técnicas y sociales de su entorno; definir el perfil prospectivo del recurso humano a formar; establecer claramente un adecuado equilibrio entre el papel conservador y tradicional de la enseñanza y su función como agente de cambio en la construcción de una sociedad más humana. (Parra et al., 2013). Por otra parte, la educación debe mantener una vinculación permanente con el sector productivo como estrategia de aprendizaje corporativo, de aula abierta, donde confluyan recursos en busca de soluciones comunes; así como dar respuestas a otras modalidades del sistema educativo y asumir una función de dirección en la renovación del mismo; mantener una relación permanente con egresados para realizar programas de seguimiento, actualización y perfeccionamiento de conocimientos.
METODOLOGÍA
Se trabajó con una revisión documental que permitió el desarrollo de un análisis de documentos primarios como los emanados del MEN, la UNESCO y textos de autores versados en los temas de gerencia educativa, calidad y pertinencia social. Se revisaron igualmente, numerosas investigaciones y artículos científicos derivados de indagaciones, publicados en revistas arbitradas e indizadas en sistemas de información científica como Redalyc, Google Scholar, Dialnet y Latindex; recurriendo, además, a repositorios de instituciones universitarias. Por lo tanto el prente articulo se ajusto a la tipo de investigación documental documental, la cual, según Zorrilla, (2021), es un proceso a partir del cual se consulta, analiza y sistematiza la información existente para aprovechar el conocimiento generado previamente. Para el proceso investigativo, se realizó un proceso de búsqueda, selección, organización y sistematización de lo investigado, a los fines de poder llevar a cabo un análisis hermenéutico de la información de acuerdo a las categorías de estudio, lo cual permitió extraer criterios que posibilitaron el análisis de la gerencia educativa ejecutada en los niveles directivo y docente en función de la calidad pedagógica y la pertinencia social en el escenario de la Educación Secundaria colombiana.
RESULTADOS
La Gerencia Educativa es considerada un ejercicio, una práctica, un proceso y un resultado, a través del cual se lidera una institución para acercarse al logro de las metas planteadas, establecidas en coherencia con las de instancias educativas gubernamentales. Hablar de GE, implica entender que existen parámetros para definir la eficiencia y efectividad de las instituciones como factores que reflejan el desarrollo de la calidad educativa. Es menester de la gerencia adaptarse a las necesidades y cambios de la sociedad y de las organizaciones que la integran, sumada a las nuevas teorías y tecnologías emergentes que marcan un estilo diferente en la forma de planear, organizar, dirigir, controlar y valorar los procesos educativos, siendo esta una percepción más amplia de gestionar toda una institución marcada por la calidad pedagógica y la pertinencia social.
En ese sentido, la calidad pedagógica es entendida desde las concepciones de calidad como excelencia, centrada en la consecución de estudiantes sobresalientes, docentes destacados y aseguramientos del primer nivel; calidad como respuesta a los requerimientos del medio, basada en una definición donde prima la conveniencia de los procesos educativos de acuerdo con las oportunidades y necesidades del entorno institucional; y calidad como dependencia de los objetivos declarados de la Gerencia Educativa, asentada sobre principios de pertinencia social, exigencias y normas internacionales más generalizadas y comparación con estándares establecidos para satisfacer requerimientos sociales y estatales así como los de las propias instituciones.
En educación, la palabra calidad es de uso reciente, siendo expresada en un sistema de normas construidas y constituidas en constante revisión, referidos a la formación académica, como ser individual y como ser social, donde intervienen además dimensiones sociales, económicas, culturales y hasta políticas. De ahí, que la calidad pedagógica no pueda reducirse a un solo aspecto, pues su determinación en términos de presencia o ausencia de calidad, representa el resultado de una adecuada o inadecuada relación entre los múltiples factores, elementos, niveles y dimensiones de la educación. En el espacio pedagógico, el concepto de calidad puede visionarse en dos sentidos; desde una perspectiva antropológica, que busca la excelencia en la formación del ser humano; y desde una perspectiva administrativa o funcionalista, que mide la eficiencia del sistema educativo basada en los resultados alcanzados en los indicadores de calidad.
En el contexto de la primera visión de la calidad se involucra la pertinencia para una educación para el desarrollo sostenible, siendo su propósito posibilitar en la comunidad educativa la adquisición y puesta en práctica de valores, capacidades, habilidades y conocimientos necesarios para contribuir a la construcción de una sociedad más sostenible. Esta premisa, implica la revisión constante de los programas educativos respondiendo a retos locales y globales, invitando a la ejecución de modelos educativos flexibles, que permitan a los estudiantes adquirir competencias afianzadas en la crítica, pensamiento interdisciplinario, planificación integrada, comprensión de la complejidad, cooperación para la toma de decisiones y participación en la solución de problemáticas comunes.
Es el contexto de la Gerencia Educativa, apalancada en la calidad pedagógica y la pertinencia social, donde se afianza la repercusión social en la necesidad responder desde el accionar gerencial a las necesidades e intereses de los jóvenes adolescentes, así como de las comunidades donde hacen vida las IE de Secundaria. A partir de entender estas instituciones como colectivos organizacionales de aprendizaje, la Gerencia Educativa debe velar por la calidad pedagógica del proceso formativo de los estudiantes para que impregnen lo social en satisfacción de necesidades comunes.
CONCLUSIONES
La Gerencia Educativa constituye un constructo epistémico complejo y multidimensional, pues su definición proviene de diferentes fuentes discursivas, teorías y miradas desde lo administrativo, lo educacional y lo social. No podría hablarse entonces, en el plano educacional, de una gerencia administrativa, sino de una construcción social educativa que se afianza en la dialógica de los espacios institucionales para abarcar las dimensiones pedagógica, financiera y social de gestión de un programa educativo en pos de unas metas socialmente compartidas. Las nuevas realidades locales, nacionales y globales impelen a la Gerencia Educativa a ampliar su visión para abarcar las necesidades e intereses de la comunidad escolar, más aún cuando se trabaja con jóvenes adolescentes como es el caso de las IE de Educación Secundaria, en un contexto determinado por cambios físicos y emocionales propios de esas edades.
Al trabajar con criterios de calidad, en los ámbitos pedagógico y de pertinencia social demandan amplitud de visión, pues no solo se trata de la formación docente, sino también de la aplicación de estrategias de gestión que instrumenten una formación centrada en la calidad. La calidad pedagógica se corresponde entonces, con la búsqueda de garantizar una formación integral, con los más altos estándares científicos, académicos, pedagógicos y culturales, al servicio de la transformación de la realidad social y de la construcción de una atentica justicia social. Al hablar de la calidad de la educación, cada uno adopta teorías para elaborar sus modelos; de allí, se derivan sus correspondientes actitudes y prácticas diferentes, lo importante es que todos vayan en función de la calidad educativa de una persona, constituyéndose en marcos definitorios si se practican en alto grado.
Se comprende además, que la calidad pedagógica en las IE de Educación Secundaria lleva implícita una acción pertinente socialmente, pues cada acción desde la Gerencia Educativa debe orientar a la formación de un estudiante dispuesto a transformar realidades de manera activa y con un sentido de pertinencia social adaptativa, en función de dar respuesta a las demandas no solo individual sino colectiva, así como en lo político, económico y cultural de los contextos a nivel local, nacional y mundial con el fin de adentrarse en las competencias y demandas de la era globalizante.
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