Formación de Competencias Investigativas Sociocríticas: Una Evaluación del Desempeño Docente en la Carrera de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés

 

Vito Modesto Vargas Rodríguez [1]

drvitovargas@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-6233-7869

Facultad de Medicina

Universidad Mayor de San Andrés

La Paz - Bolivia

 

RESUMEN

Este estudio busca analizar la percepción estudiantil del desempeño docente y el compromiso social en relación con la formación de competencias investigativas sociocríticas en la carrera de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). A través de una metodología predominantemente cualitativa y un enfoque hermenéutico, se emplearon estudios conexos actuales y una encuesta estructurada para captar las opiniones de 40 docentes y 100 estudiantes; los resultados revelan una fuerte percepción de dominio temático y comunicación educativa por parte de los docentes, pero también destacan áreas de mejora, como la integración de medios didácticos modernos y la promoción de la investigación; la discrepancia entre las percepciones de docentes y estudiantes, sobre ciertas áreas sugiere la necesidad de una modernización curricular y una reevaluación de la importancia de la investigación en la formación médica.

 

Palabras claves: competencias investigativas sociocríticas; desempeño docente; investigación médica


 

Formation of Sociocritical Research Skills: An Evaluation of Teaching Performance in the Medical Career of the Universidad Mayor de San Andrés

 

ABSTRACT

This study seeks to analyze student perception of teaching performance and social commitment in relation to the formation of sociocritical research skills in the Medical School of the Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Through a predominantly qualitative methodology and a hermeneutic approach, related current studies and a structured survey were used to capture the opinions of 40 teachers and 100 students; the results reveal a strong perception of thematic mastery and educational communication on the part of teachers, but also highlight areas for improvement, such as the integration of modern didactic means and the promotion of research; The discrepancy between the perceptions of teachers and students in certain areas suggests the need for curricular modernization and a reevaluation of the importance of research in medical education.

 

Keywords: sociocritical research competencies; teaching performance; medical research

 

 

 

Artículo recibido 16 setiembre 2023

Aceptado para publicación: 18 octubre 2023


 

INTRODUCCIÓN

En el escenario actual de la salud global, nos encontramos en una encrucijada caracterizada por la coexistencia de enfermedades derivadas tanto de la opulencia como de la precariedad: esta dualidad también permea la educación médica, que se enfrenta al reto de adaptarse a una amplia gama de enfermedades y a las distintas realidades socioeconómicas de las poblaciones; en este marco, se reconoce cada vez más que la docencia médica debe trascender la mera transmisión de conocimientos clínicos y técnicos; es esencial fomentar habilidades y competencias investigativas sociocríticas que capaciten a los futuros médicos para abordar de manera integral y reflexiva los desafíos de salud actuales.

La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), con su destacada historia en la formación médica en Bolivia, se encuentra ante el desafío de modernizar su currículo para satisfacer las demandas del siglo XXI; a pesar de su misión explícita de formar médicos con un fuerte compromiso social, existe una disonancia entre esta visión y ciertos enfoques pedagógicos empleados, que en ocasiones favorecen prácticas memorísticas en detrimento del pensamiento crítico y reflexivo.

Ante esta situación, emerge la imperiosa necesidad de evaluar la congruencia entre la formación actual en la UMSA y el desarrollo de competencias investigativas sociocríticas; este estudio tiene como objetivo analizar, desde una perspectiva crítica, la relación entre la percepción estudiantil del desempeño docente y el compromiso social con el cultivo de estas competencias esenciales en la medicina moderna.

Nuestro análisis se guía por cuestiones fundamentales:

§  ¿Cómo la malla curricular de la UMSA integra y promueve la pedagogía y didáctica crítica en la formación médica?

§  ¿Qué criterios rigen la selección y evaluación de los docentes en cuanto a este enfoque pedagógico crítico?

§  ¿Refleja y promueve la política institucional de la UMSA un pensamiento y enfoque crítico en la formación médica?

Estas interrogantes subrayan la necesidad de reevaluar y, si es necesario, reconfigurar la orientación de la educación médica hacia un enfoque más crítico, reflexivo y centrado en el bienestar social.

METODOLOGÍA

La investigación adoptó un enfoque predominantemente cualitativo inductivo hermenéutico, orientado a explorar y comprender en profundidad cómo se reflejan las competencias investigativas sociocríticas en el desempeño docente; esta exploración tuvo lugar en la Carrera de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés, una institución con tradición en formación médica en Bolivia.

Se optó por una investigación descriptiva de corte transversal, con un diseño no experimental, para captar una instantánea del desempeño docente en relación con las competencias investigativas sociocríticas; la muestra estuvo compuesta por 40 docentes y 100 estudiantes seleccionados aleatoriamente de diferentes cursos, asegurando una representación diversa y abarcadora.

Para la recopilación de datos, se implementó una encuesta estructurada de 35 preguntas, distribuidas en seis secciones; estas, abordaban aspectos cruciales relacionados con el desempeño docente, como las competencias docentes, la responsabilidad docente, el grado académico, la capacitación pedagógica, la experiencia investigativa y la experiencia docente. Además, se incluyó una sección especial sobre el desempeño docente con un enfoque en el compromiso social, en sintonía con el objetivo de la investigación.

Los datos recopilados fueron sometidos a un análisis estadístico utilizando el software SPSS; en búsqueda de estadísticas descriptivas para obtener porcentajes y ofrecer una visión general de la percepción de estudiantes y docentes sobre las competencias investigativas sociocríticas en la formación médica.

Cabe destacar que la estructuración de los resultados se orientó en función de las secciones de la encuesta; por lo tanto, se presentarán hallazgos relacionados con cada una de las secciones mencionadas, poniendo especial énfasis en cómo estos resultados se relacionan con el desarrollo y promoción de competencias investigativas sociocríticas en la educación médica.

Hermenéutica

La praxis pedagógica contemporánea, imbuida de complejidades y desafíos, exige una introspección crítica y reflexiva sobre sus fundamentos teóricos y metodológicos. Carr y Kemmis (1986) argumentan que la teoría y la práctica educativa no son entidades discretas, sino que están intrínsecamente entrelazadas en un diálogo continuo que configura y redefine la naturaleza de la educación (Sandin, 2003). A medida que la investigación educativa evoluciona y se adapta a las demandas cambiantes del siglo XXI, se hace imperativo reconsiderar y cuestionar los paradigmas dominantes que subyacen en nuestro entendimiento y enfoque de la pedagogía.

El paradigma positivista ha ostentado una posición dominante, configurando ampliamente las metodologías y enfoques adoptados en la exploración de fenómenos pedagógicos, caracterizado por su firme convicción en una realidad educativa única y estable, este paradigma se inclina hacia un enfoque hipotético-deductivo, que busca destilar leyes universales y generalizables a partir de observaciones empíricas (Bernabeu Rico & Colom, Cañellas, 2005); inherentemente, el positivismo prioriza la objetividad en la adquisición del conocimiento, postulando que la realidad puede ser medida, cuantificada y categorizada de manera imparcial, sin la influencia de factores subjetivos o contextuales. Esta perspectiva se manifiesta en su énfasis en metodologías cuantitativas, que se esfuerzan por capturar datos objetivos y generar conclusiones basadas en análisis estadísticos; no obstante, el paradigma positivista no ha estado exento de críticas, en el ámbito educativo, particularmente, se ha señalado que este enfoque puede ser reduccionista, al pasar por alto eventos de individualidades, experiencias y complejidades inherentes a los fenómenos sociales y educativos (Bernabeu Rico & Colom, Cañellas, 2005).

Por otro lado el paradigma Interpretativo-Hermenéutico emerge como una contraposición al positivismo, centrando su enfoque en el reconocimiento de las diferencias inherentes entre los fenómenos sociales y los fenómenos naturales (Sandin, 2003). Esta perspectiva epistemológica sostiene que la realidad educativa es, por naturaleza, subjetiva y dinámica. A diferencia de los fenómenos naturales que pueden ser considerados estáticos e inmutables, la educación se reconoce como un fenómeno social fluido, influenciado por una multiplicidad de factores socio-culturales (Bernabeu Rico & Colom, Cañellas, 2005); frente a la predilección positivista por los métodos cuantitativos, el paradigma interpretativo-hermenéutico favorece enfoques cualitativos, estos métodos buscan capturar la riqueza y complejidad de las experiencias educativas, permitiendo una mayor profundidad en la comprensión de los fenómenos estudiados (Sandin, 2003), mientras que el positivismo aspira a explicar y predecir comportamientos y resultados, el enfoque interpretativo-hermenéutico se centra en comprender y asignar significado a las acciones y comportamientos humanos, enfatizando la relevancia de la interpretación en este proceso (Gadamer, 1993); no obstante, este paradigma tampoco está exento de críticas; una de las más recurrentes es que, al centrarse intensamente en la interpretación y comprensión, puede correr el riesgo de adoptar una postura conservadora, es decir, en lugar de cuestionar o buscar transformar estructuras y prácticas existentes, podría simplemente aceptarlas y perpetuarlas (Sandin, 2003).

La hermenéutica, entendida como el arte de interpretar, ha desempeñado un papel crucial en la investigación educativa, brindando herramientas y perspectivas valiosas para comprender fenómenos educativos complejos. Carr y Kemmis (1986) subrayan cómo la interpretación permite una comprensión profunda de fenómenos socio-históricos y educativos; Hans-George Gadamer, en su propuesta de neo-hermenéutica, resalta la centralidad del lenguaje en la interpretación; pues para Gadamer, el lenguaje no es simplemente un medio de comunicación, sino que revela significados y es fundamental para entender cómo los individuos y las comunidades comprenden y experimentan el mundo (Gadamer, 1993); es el debate entre el enfoque interpretativo y el positivista en las ciencias sociales el que ha puesto a la hermenéutica como un antídoto en contra de las limitaciones del positivismo; mientras que el positivismo busca patrones y regularidades, el enfoque interpretativo busca significado y comprensión (Hernández, 2003).

Desde esta perspectiva, la escuela se entiende como una microsociedad, un espacio donde se fomenta el diálogo y emergen prácticas pedagógicas liberadoras, donde la interacción entre estudiantes y docentes se convierte en un terreno fértil para la construcción colectiva de significados y aprendizajes (Informe Maestro III, 2010); esta interpretación crítica y la búsqueda de equidad entre teoría y práctica subrayan la necesidad de que ambos aspectos se nutran mutuamente en el proceso educativo (Marín, 2009).

En el núcleo del paradigma hermenéutico, la figura del docente trasciende la mera función de transmisor de información, el educador se erige no sólo como un mediador del conocimiento, sino también como un catalizador de procesos crítico-reflexivos que busca cultivar la autonomía y la capacidad deliberativa de los estudiantes; Habermas (1990), en su Teoría de la Acción Comunicativa, propone la idea de que la comunicación no es un mero intercambio de mensajes, sino un espacio donde se construyen consensos racionales y se negocian significados, en este sentido, el educador asume un rol trascendental al instaurar escenarios propicios para el diálogo, la argumentación y la construcción colectiva de conocimientos, esta función, lejos de ser neutral, implica una profunda responsabilidad social, donde el docente se compromete con la formación de ciudadanos críticos y participativos, capaces de intervenir de manera informada y ética en la esfera pública.

En el ámbito educativo, la figura del docente se ha transformado radicalmente desde el mero transmisor de conocimientos hacia un mediador crítico-reflexivo, esta transformación no es exclusiva del mundo educativo, sino que también tiene paralelismos en el ámbito de la salud, al igual que un educador, un médico no solo transmite o aplica conocimientos técnicos; también interpreta, comprende y negocia significados con sus pacientes. Habermas (1990) destaca la importancia del diálogo y la construcción de consensos en la comunicación, si extrapolamos esto al ámbito médico, podemos ver cómo la relación médico-paciente se convierte en un diálogo crítico donde ambos buscan entendimiento mutuo, en este diálogo, la interpretación y comprensión hermenéutica son esenciales para una práctica efectiva y ética.

La medicina, tradicionalmente considerada como una disciplina basada en la ciencia y la objetividad, está intrínsecamente ligada a procesos interpretativos, cada paciente presenta un conjunto único de síntomas, historias y contextos, y la capacidad del médico para interpretar y comprender estas presentaciones es esencial para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Gadamer (1984, 2000) en sus obras Verdad y método y La educación es educarse, destaca la centralidad de la interpretación en la comprensión, estos principios hermenéuticos pueden ser aplicados de manera pertinente en el ámbito médico, la relación médico-paciente no es simplemente una interacción de experto a cliente, sino un diálogo en el que ambas partes buscan comprender y ser comprendidas (Gadamer, 2000). Además, la interpretación no se limita solo al diagnóstico, sino que también juega un papel en la forma en que los médicos comprenden y se comunican con sus pacientes, colegas y la comunidad en general. Por otro lado, las competencias investigativas, especialmente en el ámbito de la medicina, no se limitan simplemente a la adquisición y aplicación de conocimientos técnicos, en esencia, la investigación es un proceso interpretativo, donde el investigador busca comprender y dar significado a los datos y fenómenos observados. García (2000, 2012) en sus trabajos sobre la educación como actividad interpretativa y la filosofía de la educación, resalta la naturaleza interpretativa de la educación y la importancia del diálogo en el proceso educativo, esta perspectiva hermenéutica es esencial para las competencias investigativas en medicina. Los médicos e investigadores no solo recolectan datos, sino que también interpretan esos datos a la luz de sus conocimientos previos, la literatura existente y el contexto específico de su investigación (García, 2012); esta interpretación es esencial para formular hipótesis, diseñar experimentos y, finalmente, para entender y aplicar los resultados, así, desde una perspectiva hermenéutica, las competencias investigativas en medicina no solo requieren habilidades técnicas, sino también la capacidad de comprender e interpretar de manera profunda y contextualizada.

La hermenéutica, tal como lo presenta Gadamer (1984, 2000), se centra en la interpretación y comprensión de textos y contextos, esta perspectiva es particularmente relevante cuando se considera la evaluación del desempeño docente en la carrera de medicina, pues la enseñanza en medicina, dada su naturaleza intrínsecamente compleja, exige una evaluación que vaya más allá de criterios cuantitativos y objetivos, es aquí donde las perspectivas hermenéuticas ofrecen una valiosa contribución; la evaluación del desempeño docente, desde un enfoque hermenéutico, no se limita a medir la eficacia de la transmisión de conocimientos, implica comprender el contexto en el que se lleva a cabo la enseñanza, las interacciones entre docentes y estudiantes, y las múltiples interpretaciones que pueden surgir en este proceso (Gadamer, 2000). García (2012) en su reflexión sobre la filosofía de la educación, subraya la importancia del diálogo y la interpretación en el proceso educativo, al aplicar estas ideas a la evaluación del desempeño docente, se reconoce que cada docente, estudiante y situación educativa es única y, por lo tanto, la evaluación debe ser sensible a estas particularidades y contextos; de esta forma, la evaluación hermenéutica del desempeño docente reconoce la riqueza y complejidad de la enseñanza en medicina, valorando no solo el contenido transmitido, sino también la calidad del diálogo educativo, la capacidad del docente para adaptarse e interpretar diferentes contextos y la profundidad con la que se promueve la reflexión crítica entre los estudiantes (García, 2012).

El desarrollo de competencias investigativas es un aspecto esencial en la formación médica, la habilidad de cuestionar, explorar y analizar es fundamental para un ejercicio profesional ético y basado en evidencia, sin embargo, al hablar de investigación, no solo nos referimos a la capacidad técnica, sino también a la habilidad interpretativa. Gadamer (1984, 2000) nos recuerda que la comprensión es un acto dialógico y que la hermenéutica nos invita a abordar la realidad con una mirada interpretativa; en el ámbito de la medicina, esto implica que el futuro profesional no solo debe ser capaz de recoger datos, sino también de interpretarlos a la luz de múltiples contextos: el paciente, la enfermedad, el sistema de salud, entre otros. Geertz (1987) propone que las ciencias sociales deben buscar una descripción densa, es decir, una comprensión profunda y rica de los fenómenos; esta propuesta es igualmente aplicable a la medicina, donde cada caso, cada paciente, es una narrativa rica que merece ser interpretada.

La praxis docente en medicina trasciende la simple transmisión de información científica y técnica, convirtiéndose en un diálogo crítico en, y de significados, donde cada paciente es un "texto" a ser interpretado; así, la formación médica exige habilidades técnicas y, esencialmente, la capacidad de interpretar y comprender historias clínicas, síntomas y el contexto socio-cultural del paciente, en este sentido, el concepto de "descripción densa" de Geertz (1987) se vuelve fundamental, subrayando la necesidad de penetrar más allá de la superficie para entender la complejidad cultural, emocional y social que envuelve al ser humano en su estado de salud y enfermedad. La evaluación pedagógica en el campo de la medicina, como indica Flórez (2001), rebasa la simple medición de conocimientos para abrazar una interpretación más amplia de competencias, habilidades y actitudes, este enfoque hermenéutico, ampliamente desarrollado por García (2000, 2012), proporciona un marco interpretativo que facilita una formación médica integral, poniendo al ser humano en el centro del proceso educativo.

De esta forma, puede evidenciarse que la hermenéutica se vincula con la investigación en más de un sentido, y no solo por el propósito de esta investigación; la hermenéutica, como un proceso metodológico, no se limita a ser una herramienta para la formación y el desarrollo de las actividades de un médico; va más allá, convirtiéndose en un paradigma fundamental que informa y guía la investigación médica y educativa, ofreciendo una perspectiva que reconoce y valora la complejidad y profundidad de las experiencias humanas.

RESULTADOS

La evaluación del desempeño docente en la educación superior trasciende la mera cuantificación y se sumerge en las percepciones y valoraciones compartidas por docentes y estudiantes; la encuesta, realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de Andrés, fue meticulosamente diseñada para indagar las competencias investigativas sociocríticas; los resultados, ofrecen una perspectiva sobre el desempeño docente y su vinculación con el compromiso sociocrítico.

Estos resultados, no son sólo cifras, son reflejos cualitativos de las aspiraciones, logros y desafíos de una comunidad académica en su constante búsqueda de excelencia; a través de estos hallazgos, identificamos no solo áreas de fortaleza sino también espacios vitales para el mejoramiento y por lo tanto implicaciones y oportunidades para el futuro de la educación médica en Bolivia.

Presentación de los datos

Dentro del panorama educativo contemporáneo, la percepción de competencias docentes se erige como un pilar fundamental para comprender y mejorar la calidad de la enseñanza; en este contexto, se ha llevado a cabo una meticulosa desagregación de los datos para discernir patrones y tendencias en las valoraciones de docentes y estudiantes.

Desde la perspectiva docente

El análisis revela que ciertas competencias ostentan una valoración notablemente elevada; específicamente, el dominio del tema y la comunicación educativa se ubican en la cúspide de la valoración con un promedio ponderado de 8,6 sobre 10 (Véase Tabla 1). Estas cifras sugieren que los docentes se sienten particularmente capacitados en estos dominios y confían en su habilidad para transmitir conocimientos y establecer canales de comunicación efectivos con los estudiantes.

No obstante, es crucial resaltar que no todas las áreas gozan de semejante aplomo; las competencias relacionadas con el uso de medios didácticos y la motivación hacia la investigación muestran márgenes de mejora, con puntuaciones de 5,93 y 6,18 respectivamente (Véase Tabla 1). Estas áreas podrían ser indicativas de brechas en la formación o en la adaptación a modalidades pedagógicas contemporáneas.

Desde la óptica estudiantil

Un robusto 75% de los estudiantes concede que sus docentes exhiben un dominio del tema coherente y bien fundamentado (Véase Tabla 3); esta cifra no solo refleja la percepción de competencia, sino que también puede ser indicativa de la confianza que los estudiantes depositan en sus instructores.

La comunicación educativa, un componente esencial para el aprendizaje efectivo, recibe una valoración del 64% (Véase Tabla 3); esto sugiere que, si bien la mayoría de los docentes logra establecer una comunicación efectiva, aún existe espacio para perfeccionar las técnicas y estrategias de interacción.

Sin embargo, un área que requiere atención inmediata es la relativa al uso de medios didácticos; solo el 49% de los estudiantes considera que sus docentes los emplean de manera efectiva (Véase Tabla 3), lo que podría insinuar una desconexión entre las metodologías pedagógicas tradicionales y las expectativas del alumnado contemporáneo.

Hallazgos principales

El análisis detallado de la información recolectada revela ciertos puntos clave que marcan la dinámica educativa actual y proporcionan pistas sobre áreas de mejora potencial.

Desde el ángulo docente

La conclusión de estudios superiores en educación ya sea Diplomado o Maestría en Ciencias de la Educación, por parte del 75.36% (Véase Tabla 5) de los docentes evidencia una tendencia clara hacia la profesionalización y mejora de habilidades pedagógicas; esta evidencia refuerza la idea de un compromiso institucional en pro de una educación de calidad.

En relación con el desempeño docente orientado al compromiso social, se observan cifras destacadas en áreas como la autoeducación y la actualización continua (5,15 sobre 10), así como en el seguimiento y monitoreo de la práctica docente (6,5 sobre 10) (Véase Tabla 4).

Desde la óptica estudiantil

Los estudiantes reconocen de manera palpable la responsabilidad docente en aspectos clave; un 55% en la gestión del curso y un 59% en el fomento del aprendizaje (Véase Tabla 3); estos datos subrayan la importancia de la figura del docente en la formación académica.

Sin embargo, la percepción estudiantil sobre la motivación para publicar aportes al conocimiento se encuentra en un modesto 45% (Véase Tabla 4); este dato subraya una oportunidad clara de fortalecer la promoción de la investigación y la divulgación académica entre los estudiantes.

DISCUSIÓN

La formación de competencias investigativas sociocríticas en el ámbito académico es esencial para desentrañar realidades y prácticas cotidianas, generando no solo datos cuantificables sino también percepciones, expectativas y valoraciones tanto de docentes como de estudiantes; en el caso de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés, se ha revelado un panorama mixto con áreas de fortaleza y oportunidad en cuanto al desempeño docente y su compromiso sociocrítico, la actitud hacia la investigación es un factor crucial en este contexto, como destaca Gálvez Díaz et al. (2019) en un estudio sobre estudiantes de enfermería en Perú, la investigación universitaria está estrechamente vinculada con la calidad educativa de los profesionales, y a pesar de la relevancia de la investigación en la formación, existe un desafío en motivar a los estudiantes hacia esta dirección; esta realidad se refleja también en la presente investigación, donde se identificaron áreas relacionadas con la motivación hacia la investigación que requieren fortalecimiento.

Adicionalmente, en el ámbito educativo contemporáneo, es vital desarrollar competencias investigativas que se alineen con avances tecnológicos y competencias digitales, así como destaca García Tarazona (2019), estos módulos autoinstructivos han mostrado ser efectivos en la enseñanza, especialmente en la educación superior, la relación entre investigación y práctica en el aprendizaje es una perspectiva teórica valiosa. Mora (2009) propone que la educación debe ser fundamentalmente investigativa, transformando a estudiantes y docentes en investigadores activos, y critica las teorías instruccionistas y constructivistas, resaltando sus falencias en relación con la realidad educativa actual; en este sentido, resulta crucial abordar la problemática de la formación investigativa desde un enfoque integrado y crítico, considerando tanto las percepciones de docentes y estudiantes como las teorías y prácticas educativas contemporáneas.

Reflexión y contraste: dominio temático y actitud hacia la investigación

Es indiscutible que la profundidad temática y la articulación educativa son pilares fundamentales en el quehacer académico; la calidad de la educación universitaria, en esencia, se encuentra arraigada a la capacidad del docente de dominar y transmitir el contenido temático y a la habilidad del estudiante de asimilar y aplicar dicho conocimiento. En la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés, tanto docentes como estudiantes, atribuyen un alto valor a estas dimensiones, evidenciando la crucialidad del dominio temático y de la comunicación educativa para el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Contrastando con las observaciones del estudio realizado por Gálvez Díaz et al. (2019) acerca de la actitud de los estudiantes de enfermería en Perú hacia la investigación, emerge una disonancia perceptible. Mientras que en Bolivia se evidencia un reconocimiento del valor intrínseco del dominio temático y de la comunicación educativa, el estudio peruano revela una preocupante antipatía de los estudiantes hacia la investigación científica, con un 81,2% de los encuestados manifestando tal desinterés. Este dato es especialmente alarmante si se considera que el 62,5% de ellos reconoce que la investigación científica es esencial para la construcción de conocimiento; en un contexto más amplio, la educación superior en América Latina, la investigación y la enseñanza no deberían ser percibidas como entidades mutuamente excluyentes. De hecho, la visión presentada por Moya Romero (2015) en su exploración de los desafíos de la universidad para la emancipación, sugiere una interdependencia intrínseca entre estas dos dimensiones; la universidad, según el autor, no solo debe ser un espacio para la transmisión de conocimientos, sino también un epicentro de investigación crítica que busque producir cambios significativos en la sociedad; mientras que la percepción del valor del dominio temático y de la comunicación educativa es esencial, es igualmente crucial fomentar una actitud positiva hacia la investigación desde el inicio de la formación académica, pues solo a través de este equilibrio se podrá garantizar una educación universitaria que sea verdaderamente transformadora y emancipadora.

Rol del docente y evaluación del desempeño; percepción de competencia y la imperatividad de la formación continua

Parece ser que la percepción que los estudiantes tienen de la competencia y confianza en sus docentes juega un papel cardinal en su proceso formativo y motivacional; esta interacción no es unidireccional sino recíproca, donde la evaluación del desempeño docente se convierte en un espejo que refleja la eficacia pedagógica y la resonancia en el alumnado; los resultados de la presente investigación, ha enfatizado la correlación significativa entre la percepción estudiantil de la competencia docente y los resultados académicos, subrayando la importancia de la formación continua y la actualización docente como pilares de la excelencia educativa.

Paralelamente, el estudio de Gálvez Díaz et al. (2019) ilustra cómo la actitud de los estudiantes hacia la investigación científica está intrínsecamente vinculada al perfil y la competencia del docente; el documento resalta que un 81,2% de los estudiantes muestra rechazo hacia la investigación científica, un hallazgo que, aunque alarmante, pone de relieve la crucial importancia del rol docente en la modelación de las actitudes de los estudiantes. Este fenómeno no solo subraya la necesidad de docentes altamente calificados y actualizados, sino también la imperatividad de una formación docente que abrace la pedagogía reflexiva y crítica, fomentando una actitud inquisitiva en los estudiantes.

Desde una perspectiva más amplia, la concepción de Moya Romero (2015) sobre los desafíos de la universidad para la emancipación coadyuva a esta discusión, aludiendo a la responsabilidad de las instituciones educativas de promover una educación liberadora; aquí, la universidad y, por extensión, los docentes, deben asumir un papel activo en la construcción de una sociedad equitativa, impulsando la formación de ciudadanos críticos y comprometidos; esta evaluación del desempeño docente y la percepción de los estudiantes sobre la competencia de sus instructores son indicadores críticos de la calidad educativa, sin embargo, más allá de estos indicadores, es la formación continua y la actualización docente las que aseguran la relevancia, la pertinencia y la eficacia del proceso educativo; la necesidad de un compromiso renovado con la formación docente es, por tanto, no solo deseable, sino absolutamente esencial para la evolución positiva del panorama educativo contemporáneo.

Modelos educativos, pedagogía crítica y calidad de la formación

Las brechas identificadas en la formación, especialmente en relación con el uso de medios didácticos y la motivación hacia la investigación, revisten una importancia capital, estas brechas, emergentes del análisis crítico, reflejan deficiencias en el paradigma educativo dominante, que, en muchos aspectos, se asemeja a los modelos conservadores, bancarios y neoliberales criticados por Mora (2014). Estos modelos, según el autor, perpetúan las condiciones socioeconómicas y políticas actuales, inhibiendo la emancipación pedagógica y, por ende, la transformación social.

La alternativa a estos modelos conservadores se halla en la pedagogía, didáctica, críticas y transformadoras; una pedagogía crítica, como la propuesta por Moya Romero (2015), sugiere un papel activo de la universidad en la construcción de una sociedad equitativa y justa, formando ciudadanos críticos y comprometidos con el bienestar colectivo, en este sentido, la universidad se convierte no solo en un espacio de transmisión de conocimientos, sino también en un espacio de liberación y transformación; es el enfoque emancipador de la pedagogía crítica, respaldado por teóricos como Paulo Freire y Henry Giroux, el que subraya la imperatividad de desafiar y deconstruir las estructuras de poder presentes en la educación; el modelo crítico de Mora (2014) propone, por tanto, una comprensión tridimensional de la calidad educativa, incluyendo el desarrollo del proceso de aprendizaje y enseñanza productivo e investigativo, resaltando la necesidad de una valoración crítica y contextualizada.

Incorporación de las tics y herramientas modernas

La percepción estudiantil hacia el uso de medios didácticos por parte de los docentes desempeña un papel crucial en la configuración de la experiencia educativa; esta, influenciada por la dinámica de un mundo cada vez más digitalizado, resalta la creciente necesidad de integrar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) en el proceso de enseñanza-aprendizaje; Quiroga (2017) examina esta problemática en el contexto de la enseñanza tradicional en la Universidad Privada NUR, sugiriendo que una adecuada incorporación de recursos digitales podría revolucionar y optimizar la educación; a pesar de que los estudiantes, especialmente en disciplinas como Ingeniería de Sistemas, están intrínsecamente familiarizados con herramientas digitales, Quiroga (2017) resalta que su potencial no es plenamente explotado en el ámbito educativo; esta disparidad entre la competencia tecnológica de los estudiantes y la reticencia o falta de habilidad de algunos docentes en integrar las TICs en su metodología pedagógica, provoca una brecha que puede ser perjudicial para el proceso educativo; esta dicotomía entre docentes tradicionalistas y aquellos que buscan la integración tecnológica evidencia una falta de uniformidad en la enseñanza y, por ende, una oportunidad para la reconfiguración y modernización de la pedagogía.

Esta integración no solo beneficiaría a los docentes, proporcionándoles herramientas modernas y versátiles, sino que también promovería un aprendizaje significativo y colaborativo para los estudiantes; basándonos en el estudio "Uso de las tic's en el área de matemáticas de la carrera ingeniería de sistemas de la Universidad privada NUR", es viable postular que una estrategia similar podría ser instrumental en mejorar la integración de herramientas tecnológicas en la formación médica, adaptando y refinando las propuestas para ajustarse a las particularidades y necesidades de dicho campo educativo.

Desafíos actuales

En la contemporaneidad del ámbito académico, se observa un fenómeno creciente de expectativas hacia la universidad como entidad formadora y emancipadora de conocimientos; estas expectativas, entrelazadas con desafíos, emergen tanto de la perspectiva docente como de la estudiantil; específicamente, una de las áreas críticas identificadas en el estudio principal se centra en la motivación para publicar y cómo esta se relaciona directamente con el desarrollo de competencias investigativas.

Los hallazgos revelan que, mientras existe un compromiso intrínseco entre los docentes hacia la investigación, evidenciado en su formación y actualización continua, la percepción estudiantil sobre la motivación para contribuir al corpus del conocimiento se encuentra ligeramente disminuida; Moya Romero (2015) en "Los retos de la universidad para la emancipación", argumenta que la universidad debe jugar un papel activo en la construcción de una sociedad más equitativa, formando ciudadanos críticos y comprometidos con el bienestar colectivo, lo que sugiere que el estímulo hacia la publicación y la investigación es imperativo, no solo como una tarea académica, sino como un deber sociopolítico; al respecto, el enfoque ofrecido por García Tarazona (2019) en "Efectos del módulo autoinstructivo en las competencias investigativas de estudiantes de una universidad privada" es particularmente relevante; pues subraya la importancia de desarrollar competencias investigativas en el contexto de avances tecnológicos y competencias digitales. Si bien su estudio destaca la eficacia de los módulos autoinstructivos, su principal inferencia radica en la premisa de que la educación debe ser intrínsecamente investigativa; esta perspectiva se alinea con la propuesta de Mora (2009) en "Proceso de aprendizaje y enseñanza basado en la investigación", donde se sugiere que tanto docentes como estudiantes deben convertirse en investigadores activos, transformando la educación en un proceso investigativo per se.

Reflexiones conclusivas

A lo largo de esta discusión, se ha desplegado un panorama académico que refleja la intrincada interacción de percepciones, expectativas y valoraciones tanto de docentes como de estudiantes en relación a la formación de competencias investigativas sociocríticas; la profusión de datos y reflexiones surgidas en la investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés, complementados con estudios conexos, permiten trazar algunas conclusiones sustanciales.

Primero, es ineludible reconocer que el dominio temático y la comunicación educativa, pese a ser robustos pilares en el quehacer académico, no son suficientes para garantizar una formación investigativa integral y crítica; pues como Gálvez Díaz et al. (2019) y Mora (2009), han sugerido; es imperativo incitar una actitud proactiva hacia la investigación desde el inicio de la formación académica.

Segundo, la evaluación del desempeño docente, más allá de ser un reflejo de competencia, emerge como una herramienta dialéctica que demanda una formación docente continua, reflexiva y adaptada a las dinámicas contemporáneas; esta postura es respaldada por Moya Romero (2015) y Gálvez Díaz et al. (2019), quienes sugieren que la formación docente debe ser intrínsecamente crítica y liberadora, trascendiendo las estructuras tradicionales de enseñanza.

En tercer lugar, frente a las brechas identificadas en la formación, se hace patente la necesidad de una reconfiguración pedagógica que integre las TICs y otras herramientas modernas, como propone Quiroga (2017) esta integración, lejos de ser una mera incorporación tecnológica, debe ser vista como una estrategia holística que fortalezca la relación entre docente y estudiante, y catalice un aprendizaje significativo.

Por último, el reto que enfrenta la Universidad Mayor de San Andrés y, por extensión, el panorama educativo contemporáneo, es revitalizar la cultura investigativa; la promoción de la investigación y la divulgación académica, más que ser tareas de accesorio, deben ser consideradas como ejes centrales en la formación universitaria; en este sentido, el enfoque propuesto por García Tarazona (2019) y Mora (2009) ofrece una ruta clara y viable para reforzar la interconexión entre teoría y práctica.

Abordar la formación investigativa desde un enfoque crítico y moderno no es una opción, sino una imperatividad en la educación superior contemporánea; las sugerencias esbozadas en esta discusión, nutridas por diversos estudios, esbozan un camino de acciones concretas en la Universidad Mayor de San Andrés; la responsabilidad colectiva reside en no solo identificar las áreas de oportunidad, sino en actuar resueltamente para transformar la educación en un proceso emancipador y reflexivo.

Tabla 1: Competencias docentes y compromiso sociocrítico

Aspecto

No. de Encuestados

Promedio ∑X

Dominio del tema

344

8,6

Organización del curso

284

7,1

Comunicación educativa

344

8,6

Uso de medios

237

5,93

Evaluación de los aprendizajes

273

6,83

Motiva a la investigación

247

6,18

Fuente: Elaboración propia basada en encuestas realizadas por el autor.

Nota: El Promedio (∑X) refleja la percepción promedio de los docentes en una escala de 1 a 10.

 

Tabla 2: Formación académica y capacitación pedagógica

Formación/Capacitación

No. de Encuestados

Promedio ∑X

Licenciatura

40

1

Especialidad en Ciencias de la Salud

14

0,35

Especialidad en otra ciencia

7

0,18

Maestría en ciencias de la Salud

2

0,05

Maestría en otra ciencia

4

0,1

Fuente: Elaboración propia basada en encuestas realizadas por el autor.

Nota: El Promedio (∑X) refleja la percepción promedio de los docentes en una escala de 1 a 10.


 

Tabla 3: Percepciones estudiantiles sobre las competencias docentes

Aspecto

No. de Encuestados

%

Dominio del tema

75

75

Organización del curso

63

63

Comunicación educativa

64

64

Uso de medios

49

49

Evaluación de los aprendizajes

38

38

Motiva a la investigación

41

41

Fuente: Elaboración propia basada en encuestas realizadas por el autor.

 

Tabla 4: Compromiso social y actualización docente

Aspecto

No. de Encuestados

∑X

Las asignaturas tienen competencias de compromiso social

137

3,43

Existe motivación para publicar aportes al conocimiento

89

2,23

Existe seguimiento y monitoreo a la práctica docente

260

6,5

Existe autoeducación y auto actualización en los docentes

206

5,15

Fuente: Elaboración propia basada en encuestas realizadas por el autor.

Nota: El Promedio (∑X) refleja la percepción promedio de los docentes en una escala de 1 a 10.

 

Tabla 5: Capacitación pedagógica – Participación en el programa de ciencias de la educación

Aspecto

No. de Encuestados

%

Está cursando el Diplomado en Ciencias de la Educación

1

1,45

Completó el Diplomado en Ciencias de la Educación

40

57,97

Está cursando la Maestría en Ciencias de la Educación

16

23,19

Completó la Maestría en Ciencias de la Educación

12

17,39

Fuente: Elaboración propia basada en encuestas realizadas por el autor.

 

CONCLUSIONES

La investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés ha desvelado una constelación de percepciones y valoraciones que, aunque enraizadas en la praxis cotidiana, tienen implicaciones trascendentales para el futuro de la educación superior; el dominio temático y la comunicación educativa, reconocidos como pilares de la enseñanza, señalan una tradición académica robusta; sin embargo, la insistencia en estos elementos podría estar eclipsando la necesidad de integrar competencias más contemporáneas, como el uso efectivo de medios didácticos y una actitud proactiva hacia la investigación.

La notable discrepancia entre las percepciones de docentes y estudiantes en cuanto al uso de medios didácticos sugiere una brecha generacional o metodológica en la enseñanza; mientras que las generaciones actuales de estudiantes crecen en un mundo interconectado y digitalizado, la academia podría estar lidiando con la inercia de métodos tradicionales; esta dicotomía no solo pone en juego la eficacia de la enseñanza, sino que también plantea interrogantes sobre cómo será la educación médica del futuro y qué papel jugarán las tecnologías emergentes en ella.

Por otro lado, la actitud hacia la investigación, aunque fundamental para la construcción del conocimiento, parece tener un espacio de mejora; si bien los docentes muestran un compromiso con la formación y actualización continua, la motivación para publicar y contribuir al acervo del conocimiento no se refleja con igual intensidad en la percepción estudiantil; esto, podría estar insinuando una dinámica subyacente menos evidente: ¿Es posible que la investigación, pese a su valor intrínseco, esté siendo percibida como un lujo o una actividad secundaria en medio de las demandas inmediatas de la formación médica? La respuesta a esta pregunta podría tener implicaciones profundas para cómo se estructura y prioriza la investigación en el currículo.

Una de las implicaciones menos evidentes pero igualmente cruciales es la interrelación entre la formación docente y la percepción estudiantil; si bien es intuitivo pensar que un docente bien formado será mejor valorado, la profundidad de esta relación sugiere que la percepción estudiantil no solo es un reflejo del desempeño docente, sino también un barómetro de las expectativas, necesidades y aspiraciones de una generación emergente de profesionales médicos; en este sentido, la Universidad Mayor de San Andrés tiene ante sí no solo el desafío de adaptarse, sino también la oportunidad de liderar y modelar la evolución de la educación médica en un mundo en constante cambio.

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[1] Autor principal

Correspondencia: drvitovargas@gmail.com