Inteligencia Emocional y Rendimiento Académico en el Perú: Revisión Sistemática Periodo 2020 al 2023 y Meta-Análisis
Jaime Llanos Bardales[1] https://orcid.org/0000-0002-4138-5475 Universidad Nacional de Cajamarca Cajamarca – Perú
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Yanet Jackelin Machuca Cabrera https://orcid.org/0000-0003-3284-4016 Universidad Nacional de Cajamarca Cajamarca – Perú
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Las investigaciones realizadas en el Perú han establecido una relación entre la inteligencia emocional y el desempeño académico. Esto se debe a que la educación y su supervisión juegan un papel crucial en los procesos cognitivos que involucran la concentración y gestión de situaciones que requieren autocontrol. El objetivo principal de este estudio meta-analítico consiste en examinar la correlación entre el rendimiento académico e inteligencia emocional en el contexto peruano. Además, el estudio plantea investigar la influencia de factores de control, como: el nivel de inteligencia emocional, el tipo de instrumento, el tipo de rendimiento y la etapa de desarrollo psicológico de los sujetos involucrados. En esta investigación, se realizó la revisión de literatura disponible en el país, que incluyó un total de 21 artículos en estudiantes universitarios publicados desde 2020 a 2023 siguiendo el método PRISMA. Los resultados obtenidos indican que la inteligencia emocional posee un valor predictivo relevante en relación con el rendimiento académico, demostrando un efecto significativo (r = 0,383, p < 0,001). Igualmente se resalta que algunos de los modelos de regresión utilizados en relación a las variables moderadoras produjeron resultados significativos. Como conclusión, se subraya la importancia de implementar programas que fomenten la inteligencia emocional en el ámbito escolar, ya que esto puede contribuir al desarrollo personal de los individuos y, a su vez, mejorar su rendimiento académico.
Palabras clave: inteligencia emocional; rendimiento académico; meta-análisis; educación superior
Emotional Intelligence and Academic Performance in Peru: Systematic Review and Meta-Analysis from 2020 to 2023
Research in Peru has established a relationship between emotional intelligence and academic performance. This is because education and its supervision play a crucial role in cognitive processes involving concentration and management of situations that require self-control. The main objective of this meta-analytic study is to examine the correlation between academic performance and emotional intelligence in the Peruvian context. In addition, the study proposes to investigate the influence of control factors, such as: the level of emotional intelligence, the type of instrument, the type of performance and the stage of psychological development of the subjects involved. In this research, a review of available literature in the country was conducted, which included a total of 21 articles on university students published from 2020 to 2023 following the PRISMA method. The results obtained indicate that emotional intelligence has a relevant predictive value in relation to academic performance, demonstrating a significant effect (r = 0.383, p < 0.001). It should also be noted that some of the regression models used in relation to the moderating variables produced significant results. Como conclusión, se subraya la importancia de implementar programas que fomenten la inteligencia emocional en el ámbito escolar, ya que esto puede contribuir al desarrollo personal de los individuos y, a su vez, mejorar su rendimiento académico.
Keywords: emotional intelligence; academic performance; meta-analysis; higher education
Artículo recibido 22 septiembre 2023
Aceptado para publicación: 30 octubre 2023
La globalización ha generado un creciente interés por parte de las personas en abordar las diversas situaciones asociadas a ella. En este contexto, se hace esencial poseer habilidades centradas en la gestión y regulación de las emociones, lo que se conoce como inteligencia emocional (IE). En ocasiones, esta capacidad puede verse alterada, lo que lleva a una pérdida de la toma de decisiones racionales y la adopción de conductas de riesgo (Cudris et al., 2020). En esta misma línea, Goleman (2019) subraya la importancia de desarrollar una sólida IE en tiempos recientes, dado el aumento percibido de múltiples factores que predisponen al desequilibrio emocional.
Según la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que una de cada ocho personas experimenta desequilibrios emocionales, lo que se traduce en tasas de trastornos de ansiedad y depresión que afectan al 9% y 8% de la población mundial, respectivamente (Ministerio de Salud, MINSA, 2021). Paralelamente, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2022), este problema de salud mental ha aumentado en los países latinoamericanos en los últimos años, en parte debido a la falta de recursos para gestionar las emociones y manejar el estrés.
Además de lo anteriormente mencionado, la evidencia científica y la literatura especializada indican que el desarrollo efectivo de la inteligencia emocional conduce a la obtención de mejores resultados en el ámbito académico. Este desarrollo se relaciona con aspectos tales como las emociones académicas y las relaciones sociales académicas (MacCann et al., 2020).
La relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico en estudiantes universitarios es un tema de investigación complejo y multifacético. Si bien la inteligencia emocional puede desempeñar un papel positivo en el rendimiento académico, también puede plantear desafíos y problemáticas. Amplias investigaciones sobre la inteligencia emocional han subrayado su relevancia para el bienestar general de las personas. Dado que la inteligencia emocional constituye un conjunto de habilidades, competencias y aptitudes no cognitivas, tiene un impacto significativo en la capacidad de las personas para adaptarse de manera exitosa a las demandas y presiones del entorno (BarOn, 2000). Sin embargo, en los últimos años, se ha observado una tendencia a descuidar la educación emocional de las personas, lo que ha llevado a que las generaciones más jóvenes enfrenten más conflictos emocionales en comparación con las generaciones anteriores. Este descuido se ha traducido en un aumento de aislamiento social, depresión, indisciplina, nerviosismo, ansiedad, impulsividad y agresividad en la población (Goleman, 2000).
Numerosos estudios confirman la presencia de una correlación entre ambas, y algunos sugieren que las puntuaciones de la inteligencia emocional pueden predecir el promedio de calificaciones de los estudiantes, lo que se refleja notablemente en la evaluación del rendimiento académico. Asimismo, sostienen que los estudiantes con puntuaciones más altas en inteligencia emocional obtienen mejores resultados académicos.
Algunos estudios han encontrado una correlación positiva entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico, el estudio de Quílez-Robres et al. (2023) seleccionando 28 investigaciones en el mundo extraídas con el método PRISMA, posterior con el meta-análisis realizado indican que la inteligencia emocional es una valiosa herramienta para predecir el rendimiento académico, teniendo un efecto significativo moderado (r=0.390), asimismo su modelo de regresión analiza que implementar programas de inteligencia emocional puede mejorar no solo el desarrollo social de los estudiantes, sino también su rendimiento académico.
Por otro lado, el estudio de Cañabi et al. (2022) donde consideraron 15 investigaciones publicadas en Iberoamérica, demuestran que el instrumento más utilizado para evaluar la inteligencia emocional es el TMMS-24 con un 53.33%, en tanto, para el rendimiento académico consideran el ponderado académico el 92.50% de las publicaciones. El 52.44% de las publicaciones consideran dentro de su fundamento científico las teorías de Salovey y Mayer, solo un 25.83% las teorías de Goleman. El 58.33% de las publicaciones manifiestan una existencia de una correlación entre las variables, en tanto, para el 40% de publicaciones dan a conocer que no existe correlación entre las variables. Referente a la población mencionan las publicaciones que son asociado a las carreras de ciencias de la salud, asimismo destacan el aspecto cognitivo el punto mas relevante en el estudio. Así pues, los estudiantes con habilidades emocionales bien desarrolladas pueden ser más efectivos en la gestión del estrés, la resolución de conflictos y la toma de decisiones, lo que puede contribuir a un mejor desempeño en sus estudios.
La inteligencia emocional puede ayudar a los estudiantes a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con las demandas académicas. Sin embargo, la falta de habilidades de inteligencia emocional puede llevar a problemas de salud mental, lo que a su vez puede afectar negativamente el rendimiento académico. La inteligencia emocional también influye en las relaciones interpersonales. Los estudiantes con habilidades de empatía y comunicación emocional pueden tener relaciones más saludables con sus compañeros y profesores, lo que podría influir positivamente en su entorno académico. La autorregulación es un componente clave de la inteligencia emocional. Los estudiantes que pueden mantenerse motivados y disciplinados, a pesar de los desafíos académicos, a menudo tienen un mejor rendimiento. Por otro lado, la falta de autodisciplina puede llevar a la procrastinación y la disminución del rendimiento.
La relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico puede verse influenciada por factores culturales y contextuales. Las expectativas culturales y las diferencias en la educación pueden afectar la forma en que se manifiesta la inteligencia emocional y su impacto en el éxito académico. Medir la inteligencia emocional de manera precisa es un desafío. Los instrumentos de evaluación varían y pueden no captar completamente la complejidad de esta habilidad. Esto puede dificultar la investigación y la interpretación de los resultados.
La inteligencia emocional guarda una sólida correlación con el rendimiento académico, dado que las emociones desempeñan un papel fundamental en la cognición humana (Mudiono, 2019; Dolev & Leshem, 2017; Suberviola, 2012). Desde la perspectiva de la psicología del aprendizaje y la enseñanza, el desarrollo evolutivo y la corriente de la psicología positiva, se ha observado una correlación fuerte entre ambas, ya que la inteligencia emocional facilita los procesos mentales, la concentración y el autocontrol, especialmente en situaciones estresantes, tal como concluye el metaanálisis de Puertas-Molero et al. (2020).
La inteligencia emocional según Salovey y Mayer (1990), es la habilidad para reconocer, comprender, manejar y utilizar las emociones de manera efectiva en nosotros mismos y en las relaciones con los demás. Por su parte según Goleman (1995), es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como las emociones de los demás, de manera efectiva y constructiva. Para Bradberry y Greaves (2009), es su capacidad de reconocer y entender sus emociones y las de los demás, y su habilidad para usar esta conciencia para gestionar su comportamiento y relaciones. Boyatzis (2009) es la habilidad de reconocer y entender sus propias emociones y las de los demás, y usar este conocimiento para guiar su pensamiento y acciones y las de los demás. Actualmente, Mayer (2018) indica que es la habilidad de percibir, utilizar, comprender y gestionar las emociones personales y las de los demás, de manera efectiva en uno mismo y en las relaciones con los demás. Asimismo, el estudio de Llanos et al. (2022), determinaron que la inteligencia emocional que presentan los estudiantes universitarios es normal, no obstante, determinan que la atención y regulación emocional son puntos clave que los estudiantes deben mejorar, en tanto, la claridad emocional para la mayoría de estudiantes evidencian que si es adecuada.
Por su parte, la otra variable que debemos definir es el rendimiento académico, como lo analizó Orejarena-Silva, 2020), como "el conocimiento demostrado a través de la evaluación de las diversas asignaturas que cursa el estudiante, y está vinculado a variables como la edad y el nivel académico en el que se encuentra". En consecuencia, podemos afirmar que el rendimiento académico refleja el nivel de conocimiento de los estudiantes, evaluado cuantitativamente a través de las calificaciones obtenidas en diversas materias. Además, a través de estas calificaciones, se revelan las habilidades del estudiante que le permiten actuar eficazmente para alcanzar sus metas, como resultado de su proceso de formación. Es importante destacar que el rendimiento académico también guarda relación con otras variables.
Hoy en día, refleja el grado de compromiso de las personas involucradas en el proceso de aprendizaje, y es relevante señalar que los resultados obtenidos se traducen en una calificación
Varios autores argumentan que el rendimiento académico es un concepto que abarca diversas dimensiones, influenciadas por múltiples factores como la inteligencia, la motivación, la personalidad, entre otros. Además, se ve afectado por numerosos elementos de naturaleza personal, familiar y escolar. En este sentido, el rendimiento académico de los estudiantes es un constructo que se ve influenciado no solo por las calificaciones, ya que está moldeado por una combinación de factores internos y externos que afectan a los estudiantes (Pérez-Correa et al., 2017).
Por este motivo, en el presente estudio se plantea la evaluación de investigaciones acerca de la inteligencia emocional y su impacto en el rendimiento académico de estudiantes universitarios, a través de la revisión de artículos provenientes de diversas universidades en Perú que se encuentran disponibles en la base de datos RENATI. Con este propósito, se han aplicado estrategias de búsqueda para localizar las fuentes necesarias, y se han establecido criterios específicos para acotar el alcance de la investigación (Hernández, et al. 2018), los cuales serán detallados más adelante.
La investigación, tal como señala Ávila (2001), se enmarca principalmente en el ámbito básico, con su principal objetivo siendo la generación de conocimiento, sin necesariamente conducir a resultados de aplicación práctica inmediata. De acuerdo a Carhuancho et al. (2019), esta investigación sigue un enfoque cuantitativo, centrado en la contrastación de hipótesis a través de la recopilación de datos numéricos y el análisis estadístico, con el propósito de examinar comportamientos y poner a prueba teorías.
Búsqueda y criterios de inclusión
Se emplearon diversas tácticas de búsqueda, en concordancia con los lineamientos establecidos por Botella y Sánchez Meca (2015). La etapa inicial de la investigación tuvo lugar en septiembre de 2023, y se efectuaron consultas en el Registro Nacional de Trabajos de Investigación (RENATI). En la etapa inicial del metaanálisis, es esencial consultar una base de datos científicamente relevantes para llevar a cabo la búsqueda y selección. La base de datos seleccionada alberga investigaciones de todas las universidades públicas y privadas del Perú, estas instituciones gozan de una amplia reputación y abarcan una diversidad de disciplinas. Esto aseguró que la base de búsqueda fuese amplia, mitigando la posibilidad de sesgos en la selección.
Figura 1. Diagrama de flujo de la
estrategia de búsqueda
Por último, se procedió a una revisión manual de los títulos y resúmenes, y aquellos títulos elegidos se incorporaron en una tabla que fue confeccionada por el equipo investigador.
Los criterios de inclusión establecidos fueron los siguientes: (a) la presencia de estadísticas de correlación entre la inteligencia emocional (IE) y el rendimiento académico; (b) fecha de publicación dentro del período comprendido entre 2020 y 2023; (c) la expresión del rendimiento académico en términos y calificaciones estándar. Por otro lado, los criterios de exclusión se definieron de la siguiente manera: (a) una muestra compuesta por un grupo de población no universitaria; (b) datos cualitativos, (c) un enfoque parcial de la inteligencia emocional, es decir, estudios que solo abordaron uno de sus factores o dimensiones. Como resultado del proceso de selección, se identificaron 22 estudios que comprendieron 21 muestras y un total de 2597 estudiantes universitarios (Véase Figura 1).
Codificación
La codificación siguió las pautas establecidas en la guía PRISMA (2015). El proceso de búsqueda y selección se llevó a cabo por dos investigadores y se dividió en tres fases, en las cuales ambos investigadores participaron activamente. Este protocolo arrojó un nivel de acuerdo prácticamente perfecto (0.85) en la selección de la muestra final, siguiendo el estándar de Landis y Koch (1977). Además, se estandarizó la forma de puntuar la Inteligencia Emocional, que en algunas publicaciones se presentaba como una sola entidad y en otros se desglosaba en factores. Finalmente, el procesamiento de los demás datos se llevó a cabo siguiendo el método PICOS establecido en PRISMA, lo que garantizó un enfoque uniforme en la revisión de la literatura, de acuerdo con el criterio unificado establecido por Hutton et al. (2016).
Análisis estadístico
Para llevar a cabo el análisis estadístico, se empleó el software R. A pesar de que los detalles de estos análisis se explican de manera más exhaustiva en las secciones siguientes, es relevante destacar que el estudio tenía como propósito principal calcular el tamaño del efecto en la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico, considerando posibles niveles, estudios, tipos de universidades, carreras, tipos de instrumentos y estadísticas como variables moderadoras. Se empleó el coeficiente de correlación de Pearson (r) para evaluar el tamaño del efecto. Luego, se realizó un análisis de heterogeneidad y variabilidad en la muestra con el fin de detectar posibles sesgos.
Los resultados describen las características específicas de las investigaciones según la universidad: pública o privada, según la ciudad de la investigación en el Perú (Arequipa, Ancash, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Lima, Puno y Tacna), según el nivel de investigación licenciatura, maestría, doctorado. Según el tamaño de muestra mínimo 30 y máximo 620 estudiantes universitarios, según el área donde se investiga: Administración. Educación, Posgrado, Salud y todas las carreras. según el instrumento utilizado: Bar-On Ice, Cuestionario, Test Goleman y TMMS-24, según el estadístico de correlación empleado: Pearson, Rho de Spearman y Tau-Kendall muestra, según el p-valor, la significancia y si el estudio asevera correlación o no. La selección incluyó a 21 publicaciones, comprendiendo un total de 2597 estudiantes universitarios.
Figura 2. Histograma y grafico de densidad de las variables
El análisis estadístico indica que la mayoría de publicaciones se llevaron a cabo en 2021 y en universidades privadas, pocas en universidades públicas, asimismo el área donde más se realiza investigaciones es en Salud, la cuidad con más se realizaron es Lima, dentro del estadístico más utilizado para evaluar la correlación es el coeficiente de Rho de Spearman, seguido del coeficiente de Pearson.
Los instrumentos más utilizados son el test de Bar-On Ice y el TMMS-24, la muestra en las investigaciones son menos 100 estudiantes universitarios. La mayoría de investigaciones son de Licenciatura seguido de investigaciones en maestría. El p-value de correlación oscila entre 0.5 y 0.6 con una significancia menor a 0.025. asimismo, la mayoría de investigaciones dan a conocer de la existencia de correlación entre esas variables.
Tabla 1: Correlación entre inteligencia emocional y aprendizaje significativo
N° |
Año |
Ciudad |
Nivel |
Muestra |
Carrera |
Instrumento |
Estadístico |
Pvalue |
Sig. |
Corr. |
1 |
2023 |
Ancash |
Pregrado |
116 |
Enfermería |
Test Goleman |
Rho-Spearman |
-0.061 |
0.513 |
No |
2 |
2023 |
Cajamarca |
Pregrado |
63 |
Psicología |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.332 |
0.007 |
Si |
3 |
2023 |
Lima |
Pregrado |
620 |
Medicina Humana |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0.096 |
0.017 |
Si |
4 |
2022 |
Lima |
Maestría |
43 |
Administración |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0.226 |
0.146 |
No |
5 |
2022 |
Lima |
Maestría |
62 |
Pedagogía |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0.282 |
0.027 |
Si |
6 |
2022 |
Lima |
Maestría |
76 |
Administración y Ser. Turísticos |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0.08 |
0.451 |
No |
7 |
2022 |
Huánuco |
Pregrado |
130 |
Administración |
Cuestionario |
Rho-Spearman |
0.15 |
0.088 |
No |
8 |
2022 |
Cusco |
Maestría |
30 |
Psicología |
Test Goleman |
Rho-Spearman |
0.511 |
0.000 |
Si |
9 |
2022 |
Arequipa |
Pregrado |
150 |
I Ciclo Universidad |
Cuestionario |
Rho-Spearman |
0.122 |
0.000 |
Si |
10 |
2021 |
Cusco |
Pregrado |
165 |
Enfermería |
TMMS-24 |
Tau-Kendall |
0.476 |
0.000 |
Si |
11 |
2021 |
Lima |
Maestría |
78 |
Matemática Física e Informática |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.878 |
0.000 |
Si |
12 |
2021 |
Lima |
Pregrado |
35 |
Tecnología Médica |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0 |
0.61 |
No |
13 |
2021 |
Tacna |
Maestría |
158 |
Todas las carreras |
TMMS-24 |
Rho-Spearman |
0.852 |
0.000 |
Si |
14 |
2021 |
Arequipa |
Pregrado |
41 |
Enfermería |
Bar-On Ice |
Pearson |
0.6 |
0.000 |
Si |
15 |
2021 |
Lima |
Doctorado |
343 |
Administración y Gerencia - Psicología |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.02 |
0.86 |
No |
16 |
2021 |
Cusco |
Maestría |
67 |
Psicología |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.347 |
0.035 |
Si |
17 |
2021 |
Lima |
Doctorado |
100 |
Maestría |
Cuestionario |
Rho-Spearman |
0.676 |
0.000 |
Si |
18 |
2020 |
Ancash |
Maestría |
58 |
Maestría |
Bar-On Ice |
Pearson |
0.572 |
0.000 |
Si |
19 |
2020 |
Puno |
Pregrado |
70 |
Educación Primaria |
TMMS-24 |
Pearson |
0.857 |
0.000 |
Si |
20 |
2020 |
Lima |
Maestría |
132 |
Medicina Estomatológica |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.573 |
0.000 |
Si |
21 |
2020 |
Lima |
Maestría |
60 |
Maestría |
Bar-On Ice |
Rho-Spearman |
0.454 |
0.000 |
Si |
Las habilidades emocionales se consideran un factor clave en el rendimiento académico. Desde finales de la década de 1990, autores como Goleman (1998) han abogado por la inclusión de la enseñanza de la inteligencia emocional (IE) en las escuelas como un medio para mejorar el desempeño académico y reducir el fracaso escolar. Por lo tanto, esta relación debe considerarse una prioridad en la investigación.
Los resultados estadísticos del meta-análisis sugieren que la relación entre la IE y el rendimiento académico es de magnitud moderada y que no se ve influenciada por variables como el tipo de universidad, el área de estudio, el nivel donde se hace investigación, el tipo de instrumento y la prueba estadística empleada. No obstante, es importante contextualizar estos resultados al examinar sistemáticamente tanto la muestra del meta-análisis (k = 21) como estudios similares que sean experimentales, meta-analíticos o revisiones.
Estudios como los de Ocrospoma (2021), Quispe (2020), Bengoa (2021) y Arrieta (2021), defienden sus hallazgos investigativos al manifestar una alta correlación y significativa entre las variables. Otras investigaciones evidencian una correlación moderada, asimismo otros estudios presentan una correlación muy débil asociado a que solo explican el bajo porcentaje de rendimiento académico en diversos temas. Por otro lado, se indica que otras investigaciones seleccionadas, sus hallazgos no exhiben correlación significativa, ya sea positiva o negativa.
En cuanto a las limitaciones de este estudio, es importante destacar la brecha sustancial en la investigación entre universidades privadas y públicas. La mayoría de la muestra se compone de investigaciones realizadas en Lima, predominantemente en el campo de la salud y en el sector privado, aunque también se incluyen algunos datos de otros departamentos de Perú. Además, el número de participantes en cada estudio es muy variable, y en cada nivel educativo, ya sea licenciatura, maestría o doctorado, no existe homogeneidad. Es crucial considerar las diferencias culturales y las particularidades de los diversos sistemas educativos antes de llegar a conclusiones sobre el impacto de la inteligencia emocional en los estudiantes. Por lo tanto, se debe respaldar la investigación en diversas universidades, proporcionando herramientas y fomentando colaboraciones dentro de la comunidad científica.
En el futuro, los estudios longitudinales desempeñarán un papel fundamental a la hora de establecer la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico. De manera similar, es esencial llevar a cabo comparaciones sistemáticas de las metodologías de enseñanza con el fin de mejorar la inteligencia emocional desde el nivel preescolar hasta el universitario.
Los resultados obtenidos nos brindan contribuciones tanto teóricas como prácticas. En términos teóricos, el hallazgo más significativo, que merece una discusión más profunda en futuros estudios con muestras más amplias y variadas pertenecientes a diferentes modelos educativos, se refiere a las diferencias en la relación y el poder explicativo de la inteligencia emocional (IE) sobre el rendimiento académico, dependiendo de si se considera como un factor general o específico. Esto nos lleva a cuestionarnos si la IE influye en el aprendizaje de conceptos generales y novedosos o si se relaciona principalmente con la adquisición de conocimientos específicos y mecanizados. Por otro lado, en lo que respecta a las diferencias culturales, surge la interrogante de si estas diferencias están vinculadas con la percepción de los sistemas educativos y cómo exactamente se configura y se comprende la IE desde una perspectiva cultural y educativa.
En lo que respecta a las implicaciones prácticas del estudio, los resultados sugieren la necesidad de desarrollar e implementar programas de mejora e intervención no solo para el fomento de la inteligencia emocional en relación con el proceso de aprendizaje y el rendimiento académico, sino también la posibilidad de que la inteligencia emocional ocupe un lugar central en el ámbito educativo desde edades tempranas, considerándola como una disciplina en sí misma.
El análisis de las publicaciones y la revisión de la literatura indican que el tamaño del efecto de la inteligencia emocional (IE) en el rendimiento académico es moderado, con un valor de 0.383. La investigación presenta que el 38.1% de investigaciones se realizaron en 2021, la mayoría de investigadores son hombres (66.7%), el 61.9% de investigaciones se realizaron en universidades privadas. El 47.6%, de investigaciones se desarrolló en Lima, el 47.6% y 42.9% de investigaciones se realizaron para licenciatura y maestría específicamente em el área de Salud (42.9%), media de la muestra en todas las investigaciones es 76 estudiantes universitarios. Los instrumentos más utilizados para evaluar la IE, son Bar-On Ice y TMMS-24 en un 38.1% cada uno. y el 71.4% de investigaciones demostraron la existencia de correlación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico.
La inteligencia emocional debe considerarse como un indicador del bienestar socioemocional, que se relaciona directa e indirectamente con otros constructos psicológicos que influyen en el rendimiento académico y la capacidad de adaptación a situaciones cambiantes. Además, dado que la educación se desarrolla en un entorno intrínsecamente social, la inteligencia emocional permite una adaptación más eficaz a entornos sociales, ya que los factores sociales y emocionales se influyen mutuamente. Por este motivo, las instituciones educativas deben fomentar aspectos positivos como la confianza en uno mismo, la empatía y la amabilidad para mejorar el estado de ánimo y la adaptabilidad de los estudiantes. Por lo tanto, la implementación de medidas destinadas a mejorar la inteligencia emocional en el ámbito universitario tendrá efectos beneficiosos tanto en el rendimiento académico como en el bienestar emocional.
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