Desigualdades
en Movimiento: Asentamiento el Refugio, Arauca, Colombia
Carlos Enrique Hoyos Mendoza[1]
https://orcid.org/0000-0003-1900-6720
Universidad de Córdoba
Montería, Córdoba
Colombia
RESUMEN
Esta investigación aborda las desigualdades en el asentamiento El Refugio, Arauca, Colombia, en un contexto marcado la migración venezolana y la pobreza. Este estudio analiza dimensiones de desigualdad utilizando un enfoque multidimensional, considerando ocupación laboral, acceso a servicios básicos y nivel educativo. El asentamiento, que alberga migrantes, comunidades locales y víctimas del conflicto, enfrenta carencias en servicios como agua potable, gas y educación. La migración venezolana ha introducido complejidad, aumentando la demanda de recursos y servicios. El análisis detalla patrones de ocupación, acceso a servicios y nivel educativo, resaltando la prevalencia de empleo informal y disparidades en servicios básicos. La interacción entre factores socioeconómicos y demográficos en El Refugio influye en su dinámica comunitaria. La gestión adecuada de desigualdades y una inclusión activa son esenciales para promover beneficios y minimizar efectos negativos. A medida que la crisis en Venezuela y los desplazamientos continúan, se requieren políticas sostenibles para abordar las desigualdades y promover el desarrollo equitativo en la comunidad.
Palabras claves: asentamiento; desigualdad; migración y el refugio
Inequalities in Movement: Settlement el Refugio, Arauca, Colombia
ABSTRACT
This research addresses inequalities in the El Refugio settlement, Arauca, Colombia, in a context marked by armed conflict, Venezuelan migration and poverty. This study analyzes dimensions of inequality using a multidimensional approach, considering labor occupation, access to basic services and educational level. The settlement, which houses migrants, local communities and victims of the conflict, faces shortages in services such as potable water, gas and education. Venezuelan migration has introduced complexity, increasing the demand for resources and services. The analysis details patterns of occupation, access to services and educational attainment, highlighting the prevalence of informal employment and disparities in basic services. The interaction between socioeconomic and demographic factors in El Refugio influences its community dynamics. Proper management of inequalities and active inclusion are essential to promote benefits and minimize negative effects. As the crisis in Venezuela and displacement continues, sustainable policies are required to address inequalities and promote equitable community development.
Key words: settlement; inequality; migration and el refugio
Artículo recibido 03 noviembre 2023
Aceptado para publicación: 12 diciembre 2023
INTRODUCCIÓN
La presente investigación aborda la compleja problemática de desigualdades en el asentamiento El Refugio, ubicado en Arauca, Colombia. Este estudio se desarrolla en el contexto de un país marcado por el conflicto armado interno, la migración masiva venezolana y la persistente pobreza multidimensional. En este contexto, el asentamiento El Refugio en Arauca se convierte en un mundo pequeño de estas desigualdades, donde cohabitan migrantes venezolanos, comunidades locales de acogida y víctimas del conflicto armado. La población asentada en este lugar enfrenta condiciones precarias y limitaciones en el acceso a servicios básicos, como agua potable y gas natural, así como a oportunidades laborales formales. Además, la falta de acceso a una educación de calidad y vivienda digna perpetúa ciclos de marginación y desventaja.
La migración venezolana a Colombia, producto de la crisis en su país de origen, ha introducido nuevas capas de complejidad a este panorama. La toma de decisiones de migrar ha sido influenciada por las profundas desigualdades existentes en Venezuela, las cuales han agudizado la búsqueda de una vida mejor en el exterior. La llegada de migrantes a El Refugio ha ejercido presión sobre los recursos y servicios locales, desencadenando retos adicionales en la distribución equitativa de recursos y oportunidades. Así mismo, las víctimas del conflicto armado interno que han llegado a El Refugio desde municipios de Arauca, enfrentan desafíos derivados de los enfrentamientos entre grupos armados y la falta de acceso a viviendas y empleos formales en sus lugares de origen.
En esta investigación se analizan las dimensiones de desigualdad presentes en el asentamiento El Refugio a través de un enfoque multidimensional, considerando aspectos como la ocupación laboral, el acceso a servicios básicos y el nivel educativo. A través del análisis de estos factores, se pretende comprender la dinámica socioeconómica de la comunidad y sus interacciones con las desigualdades preexistentes y las nuevas dinámicas introducidas por la migración. La investigación se estructura en tres secciones principales. En primer lugar, se describe el contexto y las problemáticas de desigualdad en Colombia, haciendo hincapié en la magnitud de la disputa armada interna, la pobreza multidimensional y la migración venezolana. En segundo lugar, se profundiza en la realidad del asentamiento El Refugio en Arauca, detallando las condiciones de vida, la infraestructura, la composición demográfica y las dinámicas laborales presentes en la comunidad. Finalmente, se analizan los resultados obtenidos de la evaluación de variables como la ocupación, el acceso a servicios y el nivel educativo en el asentamiento, con el propósito de identificar patrones y características que reflejen las desigualdades presentes en esta comunidad.
Contexto
Hasta agosto de 2023, de acuerdo con los datos de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV, 2023) en Colombia, se ha documentado un total de 9.537.920 personas que han sido afectadas por el conflicto armado interno que históricamente ha azotado el país profundamente el país. Lo que permite evidenciar que la magnitud del impacto humano producto de la disputa armada interna en Colombia ha experimentado consecuencias desastrosas a lo largo de los años. Ello sin contar la profundidad de los desafíos sociales y psicológicos que han enfrentados quienes han sido objeto de las diferentes tipologías que señala el conflicto armado en este país.
Sumado a ello, según el informe del Boletín Técnico de Pobreza multidimensional en Colombia para el año 2022 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2022), se registró que la tasa de pobreza multidimensional alcanzó unas cifras de 12.9%. Lo anterior indica que, un porcentaje significativo de la población colombiana se encuentra en situación de privación de múltiples dimensiones, incluyendo factores que van más allá del ingreso económico. Además, esto indica que hay un grupo considerable de personas que día a día luchan por acceder a servicios esenciales como educación, atención médica y vivienda digna y en condiciones adecuada, lo que sin duda perpetua ciclos de desigualdades sociales y limitaciones de desarrollo.
Como tercera situación, hoy Colombia, según cifras de Migración Colombia (2020a, 2020b, 2022), alberga 2.477.588 migrantes venezolanos, de los cuales 295.038 se encuentran en situación irregular, 333.806 poseen estatus regular, 1.231.675 están en proceso de obtener el Estatus de Protección Temporal y 617.069 ya cuentan con la autorización del Permiso de Protección Temporal (en adelante, PPT). Del total de venezolanos en Colombia, el 51% son mujeres, el 49% hombres. Así mismo, el 53.3% de los migrantes se encuentran en edad entre 18 a 39 años, grupo poblacional que representan un rango alto de población en edad de trabajar (Migración Colombia, 2022). Situación que agrega otra capa de complejidad al panorama colombiano.
El conjunto de todos estos factores recalca la cruda realidad que enfrenta Colombia en la actualidad, donde el promedio de personas que requieren asistencia humanitaria se eleva a aproximadamente 13 millones, según informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, 2023). Esta cifra pone de manifiesto la magnitud del desafío humanitario que el país está afrontando y destaca la urgente necesidad de respuestas integrales y efectivas para abordar las complejas problemáticas que enfrentan estas personas en todo el territorio nacional.
Desigualdades en arauca: análisis en el asentamiento refugio
Desde los años 50 Arauca ha sido uno de los departamentos de Colombia fuertemente azotados por la violencia (Plazas, 2017). Desde esa época la migración interna, asociada al desplazamiento forzado y otras tipologías del conflicto armado, ha causado miles de movimientos de personas de una región a otra dentro de Colombia. Lo anterior significa que, quienes asumieron el desplazamiento forzado como un mecanismo de protección, buscaron establecer una nueva residencia en otras zonas del departamento. La capital de Arauca tiene 17 barrios de autoconstrucción por causa del conflicto armado.
A la par de las acciones del conflicto armado en contra de la población civil y que ha causado la migración forzada interna que se menciona en el párrafo anterior, Arauca hoy vive las consecuencias de la migración proveniente de Venezuela. Situación que vivieron también diferentes Estados de Venezuela cuando en la época recrudecida del conflicto armado miles de personas de este departamento decidieron migrar hacia el vecino país. En palabras de Koechlin, J., y Eguren, J. (2018), sería “la deuda histórica (…) con Venezuela, gracias a su generosidad en épocas pasadas en la acogida de inmigrantes” (p. 354).
A corte de octubre de 2022, según Migración Colombia (2023), el departamento de Arauca ocupaba el puesto onceavo, en el ranking nacional, con el mayor número de población migrante venezolana. Si bien ese puesto corresponde solo al 2,8% del total de población migrante en Colombia, es decir, 80.443 personas, la cifra cobra relevancia porque representa el 27,4% de la población de Arauca según el Censo de población del DANE de 2018 (2023a), incluso, es el departamento del país con el mayor número de población migrante venezolana en comparación a la población colombiana del censo 2018. Del total de migrantes en este departamento, y que serían con vocación de permanencia, 51.563 se encuentran en la ciudad de Arauca, es decir, el 64,1%, como se observa en la tabla a continuación.
Tabla Nº 1 Población migrante venezolana en el departamento de Arauca, octubre de 2022
Municipios[2] |
Población |
Arauca |
51.563 |
Saravena |
9.157 |
Arauquita |
8.471 |
Tame |
8.181 |
Fortul |
2.629 |
Cravo Norte |
442 |
TOTAL |
80.443 |
Fuente: Migración Colombia (2023)
Como consecuencia de la migración venezolana en Colombia, la ciudad de Arauca tiene hoy 11 asentamientos humanos de autoconstrucción reciente. Brisas del Puente, El Refugio, Pescadito, La Gloria, Puerto Alegre, Los Guires, Monserrate, San Vicente de Paúl, Buenos Aires, Bello Horizonte y Barrancones, son asentamientos construidos por población migrante proveniente de Venezuela. Brisas del Puente es el más antiguo, este data desde el año 2008, mientras de los demás iniciaron a partir del año 2015.
Todos estos procesos de reconfiguración territorial asociados a la migración venezolana corresponden a nuevos núcleos urbanos no planificados, algunos en terrenos de propiedad de la administración municipal y/o departamental donde se pensó o proyectó la construcción de zonas francas y/o proyectos de desarrollo para la ciudad. Otros, fueron construidos en las riberas del río Arauca, e incluso, en zonas de servidumbre del río Arauca, tal como son los casos de Pescadito, La Gloria, Los Guires y Brisas del Puente, este último ubicado en áreas con una alta y muy alta susceptibilidad a inundaciones, las cuales carecen de infraestructuras que mitiguen esta amenaza (PBOT, 2015, p. 27). Puerto Alegre es un asentamiento de autoconstrucción reciente al frente de la laguna de oxidación del municipio, donde muchas veces reciben las aguas de escorrentía que se rebosan de la laguna en épocas de lluvia e inundaciones.
Después de los asentamientos La Pista en Maicao y La Esperanza en Uribia, El Refugio en la ciudad de Arauca es el tercero con población migrante venezolana más grande que tiene Colombia. Según datos de las Juntas de Acción Comunitaria del asentamiento, y que integran los diferentes sectores, a corte de diciembre de 2020 habían más de 4.769 habitantes, donde el 69,2% corresponde a población venezolana y el 30,8% son colombianos receptores o comunidad de acogida afectada por la crisis migratoria. Como resultado de lo anterior, la presencia de este asentamiento humano ejerce una presión significativa sobre los servicios e infraestructuras sociales y económicas de la ciudad de Arauca. Esta presión excede la capacidad de respuesta de las entidades gubernamentales locales y departamentales, así como de los organismos de cooperación internacional presentes en la zona. Esto se debe al impacto generado por la migración venezolana en dicha ciudad.
En el asentamiento El Refugio en Arauca, así como en otros asentamientos conformados en el país en los últimos 10 años, no solo hay migrantes venezolanos, sino también comunidades de acogida y víctimas del conflicto, e incluso, muchas de estas personas presentan doble impacto ya que también fueron afectadas por desastres naturales. El asentamiento El Refugio fue construido de manera ilegal en terrenos invadidos, lo que ha resultado en la falta de servicios básicos como agua potable, alcantarillado y gas natural. El asentamiento El Refugio se compone de 10 sectores y se encuentra en una zona propensa a inundaciones. Las viviendas fueron inicialmente improvisadas con materiales reciclados, pero con el tiempo han sido mejoradas utilizando materiales de construcción más sólidos. En cada sector, hay líderes y organizaciones sociales y comunitarias de base que, representados por los presidentes, forman parte de la Junta de Acción Comunitaria del asentamiento. Es importante tener en cuenta que la creación de una Junta de Acción Comunal (JAC) está destinada a barrios legalmente constituidos.
Imagen 1. Mapa
A medida que la población migrante venezolana, colombianos de acogida y víctimas del conflicto llegan al asentamiento El Refugio en Arauca, se encuentran con un nuevo entorno que, si bien puede ofrecer ciertas oportunidades, también presenta sus propias manifestaciones de desigualdad. En este contexto, las desigualdades vividas en sus lugares de origen no desaparecieron del todo, sino que se transformaron y reconfiguraron en función de las nuevas dinámicas. La limitación en el acceso a trabajos formales en Arauca y servicios básicos en el asentamiento, sumada a la percepción de ser invasores, llevó a esta población a enfrentar obstáculos adicionales para integrarse plenamente en la sociedad local, especialmente para los migrantes. Las desigualdades en términos de educación y vivienda digna se entrelazan en el nuevo entorno, creando una compleja red de factores que determinan las oportunidades disponibles para los migrantes, colombianos de acogida y víctimas del conflicto y su capacidad para superar las desigualdades.
Para el caso de la población proveniente de Venezuela, la decisión de migrar hacia Colombia, ha sido en gran medida un intento de buscar una mejora en sus condiciones de vida. Las desigualdades preexistentes en Venezuela, tanto en términos de acceso a recursos como en la distribución de oportunidades, han jugado un papel fundamental en la toma de esta decisión. La falta de perspectivas económicas y la disminución en la calidad de vida han impulsado a muchos a emprender el difícil viaje en busca de mejores horizontes en otro país. En este sentido, la migración se convierte en una estrategia de supervivencia ante un contexto de carencias y desigualdades profundas (Arango, 2014). Sumado a ello, el contexto social, económico y político en el cual se desarrolla la migración venezolana hacia el asentamiento El Refugio, en la ciudad de Arauca, Colombia, presenta una serie de factores determinantes que han influido en las dinámicas migratorias y en la configuración de desigualdades. En Venezuela, el deterioro económico, la inestabilidad política y la falta de acceso a servicios básicos han contribuido a un panorama marcado por la escasez de empleo, la inflación descontrolada y la insuficiencia de sistemas de salud y educación. Estas desigualdades estructurales se han acentuado con el tiempo, creando un entorno en el que las oportunidades para una vida digna y próspera se han vuelto cada vez más limitadas para amplios sectores de la población.
La población afectada por el conflicto armado, incluyendo a comunidades indígenas, que ha llegado al asentamiento El Refugio en Arauca, proviene de municipios del mismo departamento. Estas personas han sido desplazadas debido al recrudecimiento de la disputa armada en sus lugares de origen, donde las condiciones de vida se tornaron insostenible debido a los frecuentes enfrentamientos entre grupos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estas disidencias son grupos que surgieron después de la desmovilización de la FARC y que han continuado operando de manera ilegal, compitiendo por el control de los territorios.
Otro grupo de víctimas del conflicto armado, que ya residía en Arauca, al igual que la población local en estado de vulnerabilidad alta, cuando se comenzaron a ocupar los terrenos del asentamiento, aprovecharon la coyuntura para hacer lo mismo. Vieron la oportunidad de finalmente tener un lugar "propio" donde construir sus viviendas. Muchas de las familias de este segundo grupo se encontraban viviendo en casas y terrenos alquilados, pero sus recursos económicos no eran suficientes para seguir pagando los alquileres. Algunos de ellos fueron desalojados de sus viviendas debido a la imposibilidad de afrontar los pagos mensuales.
Desigualdad multidimensional de la población asentada en el refugio
Soportado en la información primaria utilizada en esta investigación, el asentamiento El Refugio, cuya población alcanza las 5.379 personas, distribuidas en 10 sectores, revela un panorama diverso en términos condiciones de vida y acceso a servicios básicos. En este análisis, se examinan diferentes aspectos que permiten comprender la situación socioeconómica de la comunidad objeto de estudio. A través de la evaluación de variables de ocupación, servicios y educación, se obtiene una visión más completa de la realidad en términos de desigualdad de este asentamiento.
En cuanto a los datos de ocupación de la población mayor de 12 años en el asentamiento El Refugio, se observan patrones interesantes, tal y como lo muestra la gráfica a continuación. La mayoría de los habitantes se encuentran trabajando (31,5%) o dedicados a los oficios del hogar (28%), lo que indica una parte significativa de la población involucrada en labores productivas o domésticas. Por otro lado, el 18,6% se encuentra estudiando, el 13% busca empleo, mientras que el 7.7% hace parte de la categoría NiNi (ni estudia ni trabaja). Además, 1% no desarrollan ninguna actividad y la presencia de personas con incapacidad permanente representa el 0,2% del total poblacional.
Fuente: Elaboración propia (2023)
Entre los jóvenes de 12 a 17 años, un 74.3% se encuentra estudiando, lo que refleja una alta prioridad en la educación para esta franja de edad. Por otro lado, el 13.6% se encuentran en la categoría de (NiNi), que no estudian ni trabajan, el 11.7% está dedicado a oficios del hogar, mientras que un pequeño porcentaje (0.4%) se encuentra trabajando. En el grupo de 18 a 28 años, se observa que la mayor proporción de personas está dedicada a oficios del hogar, representando el 33.1%, lo que sugiere una participación significativa en tareas domésticas. Seguidamente el 24.6% se encuentra estudiando y el 21.9% está trabajando, lo que podría indicar una etapa de inserción laboral activa para esta población joven, incluyendo la venezolana. Así mismo, el 20.1% de la población en este grupo etario no estudia ni trabaja y finalmente el 0.3% se encuentra buscando trabajo.
Para el grupo de 29 a 59 años, la mayoría se encuentra trabajando con un 47.5%, lo que destaca la importancia de la población en edad laboral en la economía del asentamiento. También se identificó que el 27.6% se encuentra desarrollando actividades del hogar y el 24.9% está buscando trabajo, lo que indica la existencia de un grupo de personas en búsqueda activa de empleo. Y por último, en el grupo de mayor de 60 años, el 45% se encuentran desarrollando actividades del hogar, el 29.2% trabajando, el 12.5% se encuentra en la categoría de ninguna actividad, el 11.2% manifestó estar buscando trabajo y el 2.2% de las personas son incapacitadas permanentemente.
El análisis de los sectores generadores de empleo para las 1375 personas que se encuentran trabajando muestra una distribución interesante y relevante, como lo muestra la siguiente gráfica. Por un lado, el sector terciario o de servicios es el que presenta el mayor número de personas empleadas, con 832 trabajadores, lo que representa aproximadamente el 60.5% del total. Esto indica que la mayoría de los habitantes del asentamiento se dedican a actividades relacionadas con el comercio, transporte y otras áreas de servicios. En segundo lugar, el sector secundario o industrial cuenta con 471 personas empleadas, lo que equivale al 34.2% del total. Estas personas están involucradas en actividades de fabricación de bienes de consumo, construcción, industria textil, industria alimentaria y otras. Y por último, el sector primario o agropecuario es el que cuenta con la menor cantidad de personas empleadas, con 72 trabajadores, representando alrededor del 5.2% del total. Estos trabajadores se dedican a actividades tales como agricultura, pesca y minería.
Gráfica No. 2
Fuente: Elaboración propia (2023)
En términos de categorías o tipos de trabajo en el asentamiento, hay una marcada disparidad entre el empleo formal y el informal. La gran mayoría de las personas (alrededor del 95%) están involucradas en el sector laboral informal, con un total de 1312 trabajadores. Por otro lado, el empleo formal solo representa un pequeño porcentaje, con 63 trabajadores, equivalente al 4.5% del total. Esta brecha entre el empleo formal e informal tiene implicaciones significativas para el bienestar económico y social de los habitantes del asentamiento. El sector laboral informal en Araca a menudo está asociado con condiciones precarias de trabajo, falta de seguridad social y beneficios laborales, lo que sin duda afecta negativamente la calidad de vida de las familias del asentamiento.
En cuanto al nivel educativo más alto alcanzado o grado aprobado por la población en el asentamiento El Refugio, se observa una distribución diversa, reflejando una variedad de perfiles educativos entre los residentes. Un porcentaje significativo de la población, el 43.2%, ha alcanzado el nivel de educación básica primaria (1 a 5), el 24.1% ha completado la educación básica secundaria (6 a 9). El nivel de educación media (10 a 11) es alcanzado por el 20.3% de la población. Por otro lado, se identificó que un 3.9% de los residentes ha recibido educación técnica o tecnológica, un 2.2% de la población ha alcanzado educación universitaria, y un pequeño porcentaje (0.1%) de personas tiene estudios de postgrado. La cifra de aquellos que solo saben leer y escribir es notable (6,2%).
Gráfica No. 3
Fuente: Elaboración propia (2023)
De acuerdo con lo anterior, en el grupo de 12 a 17 años, se observa una baja proporción de personas que solo saben leer y escribir (0,1%) y una mayor participación en la educación básica primaria (15,4%). A medida que la edad avanza hacia el grupo de 18 a 28 años, el porcentaje de quienes solo saben leer y escribir aumenta ligeramente (0,4%), mientras que disminuye el porcentaje de personas en la educación básica primaria (6,4%) y aumenta el número de aquellos que han alcanzado la educación básica secundaria (12,1%). Ya en el rango de edad de 29 a 59 años, el nivel de educación más común es la educación básica primaria (17,6%), seguida por la educación básica secundaria (10,8%). Es relevante notar que hay una proporción considerable de personas en este grupo que solo saben leer y escribir (2,5%).
En el grupo de mayores de 60 años, se destaca una mayor prevalencia de personas con solo habilidades de lectura y escritura (3,2%), lo que puede ser atribuible a factores históricos o de acceso a la educación en su juventud. Además, hay un pequeño porcentaje con educación básica primaria (3,8%) y educación básica secundaria (0,8%). Importante resaltar que, en la anterior gráfica se muestra tanto la presencia de una base educativa sólida en la población, como la existencia de personas con niveles de educación más avanzados. Es relevante mencionar que los menores de 11 años, que constituyen el 18.6% del total, se encuentran principalmente estudiando. Sin embargo, de ese grupo se identificó que 245 personas en edad escolar no asisten a la escuela, lo que señala la existencia de desafíos en el acceso a la educación para algunos niños y adolescentes en el asentamiento.
En lo que respecta al aseguramiento de salud para la población del asentamiento El Refugio, que incluye a 2,791 colombianos de acogida, retornados y víctimas y/o afectados por el conflicto armado, se observa que el 88.9% de ellos cuenta con algún tipo de seguro médico a través de los tres regímenes de seguridad social en salud. En la siguiente gráfica se observa una distribución significativa hacia el régimen subsidiado (EPS-S) con un 94,8% de afiliados. En contraste, la afiliación al régimen contributivo (EPS) representa solo el 4,8%, y un pequeño porcentaje (0,4%) está afiliado al régimen de EPS indígena.
Fuente: Elaboración propia (2023)
El régimen más predominante es el subsidiado (EPS-S), que cuenta con el 29,5% de afiliados en el grupo de acogida, el 40,1% en colombianos retornados y el 25,2% en víctimas y/o afectadas por el conflicto armado. Esto sugiere una fuerte dependencia de este régimen para acceder a los servicios de salud entre estos grupos poblacionales. Por otro lado, el régimen contributivo (EPS) tiene una menor representación en comparación con el subsidiado, con un 3,1% de afiliados en el grupo de acogida y un 1,7% en colombianos retornados. En el caso de las afectadas por el conflicto armado, la afiliación al régimen contributivo es prácticamente inexistente (0,1%). Además, se observa que una pequeña proporción de la población está afiliada al régimen EPS Indígena, con un 0,1% en el grupo de acogida, un 0,1% en colombianos retornados y un 0,2% en víctimas y/o afectadas por el conflicto armado.
En cuanto al análisis de información de servicios básicos con los que cuentan los hogares en los diferentes sectores del asentamiento El Refugio, el principal medio de transporte y la percepción de seguridad que tiene los habitantes del El Refugio de su asentamiento, se observan variaciones significativas entre las distintas zonas. Para estas tres categorías se consideraron las respuestas de los jefes o responsables de hogares. En total son 1.248 hogares encuestados, distribuidos en los 10 sectores. En general, la energía eléctrica es un servicio ampliamente disponible en todos los sectores, con un 100% de cobertura en cada uno de ellos, lo que indica acceso a infraestructura eléctrica en toda la comunidad. Este servicio es brindado por la empresa de Energía de Arauca ENELAR E.S.P.
La recolección de residuos se presta tres veces por semana. Se cuenta una cobertura completa en la mayoría de las áreas, ya que los sectores de 20 de abril, Cinaruco, Javillos, La Paz, Los Naranjos y Villa Linda tienen una tasa del 100%. Sin embargo, es importante destacar que existen sectores con falta de acceso a este servicio, como Las Parcelas, Villa Linda, Resguardo indígena y San José, que tienen una cobertura del 0%. El sector de Llano Alto tiene una cobertura del 28.8%. Esto último se debe a que el carro recolector solo pasa por la vía principal del asentamiento. La recolección de residuos en el asentamiento no es una iniciativa voluntaria de la empresa de aseo municipal de Arauca EMAAR SA.E.S.P., sino el resultado de acuerdos alcanzados mediante protestas de la comunidad ante la administración municipal en el año 2019. La emergencia sanitaria y ambiental provocada por la falta de recolección de residuos en la entrada del asentamiento motivó estas acciones y condujo a la implementación del servicio actual.
El acceso a gas propano (cilindro) varía en diferentes sectores de Arauca. Los sectores de Las Parcelas, Cinaruco, Javillos y Los Naranjos muestran los porcentajes más altos, con un 50%, 48%, 43.9% y 41.1%, respectivamente. En cambio, los sectores La Paz, 20 de abril, Villa Linda, Llano Alto y San José tienen cifras que oscilan entre el 22% y el 32%. Los hogares en el sector Resguardo indígena no cuentan con acceso a gas propano. Es relevante mencionar que este servicio es proporcionado por empresas prestadoras en Arauca. Una recarga del cilindro de gas tiene un costo estimado entre 60 a 75 mil pesos, dependiendo de la empresa. Sin embargo, se han identificado prácticas informales en el asentamiento El Refugio, donde algunas personas venden recargas de gas propano de manera irregular a partir de 10 mil pesos. Esta situación plantea un riesgo tanto para quienes realizan esta actividad como para sus familias y vecinos.
El servicio
de Internet y TV hogar revela disparidades significativas en la disponibilidad
de estos servicios. Algunos sectores, como Las Parcelas y el Resguardo
indígena, carecen por completo de acceso a Internet y TV hogar, mientras que
otros, como Los Naranjos, La Paz, Javillos, Cinaruco y 20 de abril, muestran
una mayor adopción con porcentajes de 12.3%, 10.8%, 6.8%, 6.7% y 5.7%,
respectivamente. San José, Llano Alto y Villa Linda presentan los porcentajes
más bajos de hogares con este tipo de servicio.
Los datos relacionados con el principal medio de transporte de las familias del asentamiento El Refugio muestra una alta dependencia de las motos particulares (mototaxis), representando el 70.2% de los medios de transporte utilizados, como se muestra en la gráfica No. 10. Este dato sugiere que los mototaxis son ampliamente utilizados como una forma común y accesible de movilidad dentro de la comunidad. A falta de un transporte de buses público hacia el sector, los mototaxis se convierten así mismo en una opción económica y conveniente para desplazarse en distancias largas o en zonas con infraestructura vial limitada, incluso, donde no existe ruta de transporte.
Fuente: Elaboración propia (2023)
La percepción de seguridad que tienen las familias del asentamiento muestra que existe una preocupante proporción de personas que perciben su entorno como inseguro o muy inseguro. La suma de las categorías inseguro y muy inseguro, como se muestra en la gráfica a continuación, representa el 39,8% de la población. Esto indica que aproximadamente el 40% de las familias en el asentamiento expresan niveles de inseguridad significativos, lo que tiene un impacto negativo en su calidad de vida y bienestar. Esta percepción está influenciada por varios factores, como la incidencia de delitos de hurto a hogares, presencia y control territorial de grupos armados ilegales, conflictos o problemas sociales en el área, asesinato de líderes sociales y comunitarios del asentamiento, como fue el caso de líder del sector de Llano Alto Salomón Durán, y de otros miembros de la comunidad que fueron asesinados al interior de El Refugio en los años inmediatamente anterior. Además, a inicios del año 2023, cuatro líderes de los sectores de 20 de abril, Los Naranjos, Llano Alto y San José fueron amenazados y forzados a abandonar el asentamiento. Por otro lado, el porcentaje de personas que se sienten seguras o muy seguras es del 60,2%. Aunque la mayoría de las familias manifiestan una percepción de seguridad, no deja de ser un lunar la preocupación, percepción y/o temor que se experimenta en el asentamiento, situación que no es ajena a lo que sucede en toda la ciudad de Arauca.
Fuente: Elaboración propia (2023)
Según datos de la Policía Nacional (2023) relacionado con criminalidad y estadística delictiva en la ciudad de Arauca, en lo recorrido del presente año existe una serie de preocupaciones en cuanto a la seguridad y la convivencia ciudadana. Entre los delitos reportados, se destacan varios incidentes de hurto, con un alto número de casos de hurto a personas (62) y hurto a residencias (29). Además, se observa una cantidad significativa de amenazas (38) y extorsiones (26), lo que indica la presencia de situaciones de intimidación y violencia en la comunidad. En cuanto a los delitos más violentos, se reportan 21 homicidios, lo que sería motivo de gran preocupación para las autoridades y la población en general. Además, se han registrado casos de terrorismo (1) y secuestro (2), lo que sugiere la presencia de actividades delictivas más complejas y peligrosas. Todos estos datos indican que la ciudad de Arauca enfrenta diversos desafíos en materia de seguridad y protección de los derechos humanos, incluyendo para la población local y migrante.
Con respecto a la infraestructura de servicios sociales disponible en El Refugio, es esencial destacar que, dado su carácter de asentamiento humano de autoconstrucción frecuente, este solo cuenta con cuatro hogares comunitarios de bienestar financiados por el ICBF y a cargo de madres comunitarias que atienden en promedio entre 12 y 14 niños y niñas. Estos hogares se encuentran ubicados en los sectores de 20 de abril, Llano Alto y San José. En concordancia con lo mencionado en el análisis del problema, los servicios de salud se reciben en el Hospital San Vicente de Arauca, mientras que otros servicios complementarios son proporcionados por organizaciones de cooperación internacional. En el ámbito educativo, los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en edad escolar acceden a la educación en instituciones cercanas al asentamiento, siendo el colegio Gustavo Villa Diaz una de las principales opciones.
En cuanto a las organizaciones sociales, en El Refugio existe una Junta Comunitaria compuesta por un líder o lideresa de cada uno de los diez sectores. Dentro de esta junta, se han establecido cuatro roles específicos: la presidencia, vicepresidencia, secretaría y tesorería. Los demás miembros no ostentan cargos, pero desempeñan funciones de liderazgo, y tienen voz y voto en las pocas ocasiones en que se toman decisiones. Estos líderes se reúnen de manera esporádica, generalmente en función de acontecimientos, eventos o cuando organizaciones de cooperación internacional solicitan encuentros para discutir proyectos y acciones en el asentamiento. Cabe señalar que esta junta no mantiene registros o actas de las reuniones, sin embargo, la secretaría ocasionalmente toma notas puntuales sobre tareas, nombres de funcionarios y sus contactos telefónicos, entre otros. Además, en cada sector existen subcomités conformados por 3 a 6 personas, los cuales operan bajo la coordinación del líder principal de su respectivo sector, quien es el único o única que asiste a las reuniones de líderes de Junta Comunitaria. En la junta comunitaria, así como en los subcomités, hay presencia de líderes indígenas, afros, migrantes y víctimas del conflicto armado. A pesar de los desafíos que enfrentan quienes ejercen liderazgos comunitarios, los miembros de la Junta han logrado realizar un trabajo a pulso de organización territorial del asentamiento y en defensa del arraigo construido. A ello se le suma la capacidad para movilizar a la comunidad en momentos de lucha social, donde la comunidad se une en torno a sus líderes para avanzar juntos hacia un objetivo común.
Igualmente, se encontró que en el asentamiento las comunidades indígenas Ingas, E'ñepás e Hitnü mantienen una organización interna sólida que les ha permitido preservar su identidad cultural y tradiciones, y realizar gestiones para acceder apoyos humanitarios. A excepción de la Junta Comunitaria y la organización de los miembros de los pueblos indígenas, en el asentamiento El Refugio no se encontró la existencia de organizaciones de migrantes, víctimas de conflictos, afros, ni grupos y/o cooperaciones asociativas. No obstante, de acuerdo con indagaciones en el terreno, se evidencia la presencia de personas que residen en el asentamiento y que participan en la mesa departamental o municipal de víctimas, así como en la mesa de migrantes. Cabe mencionar que en el asentamiento El Refugio se evidencia la presencia de diversas organizaciones de cooperación internacional. Estos proyectos han logrado establecer comités temáticos, como WASH, Protección, Salud, Seguridad Alimentaria, entre otros. Sin embargo, la mayoría de estos comités, o incluso casi la totalidad de ellos, tienden a disolverse una vez finalizada las intervenciones de las organizaciones internacionales, dejando de llevar a cabo acciones o actividades comunitarias. A pesar de ello, algunos miembros de estos comités aprovechan los refuerzos en liderazgo que reciben, interiorizan estos aprendizajes y pasan a formar parte activa de la Junta Comunitaria en el asentamiento El Refugio.
El análisis detallado de los patrones de ocupación laboral, acceso a servicios básicos, nivel educativo en el asentamiento, percepción de inseguridad e infraestructura de servicios en El Refugio arroja una visión integral de su dinámica social y económica. Se observan diferencias notables en la distribución de empleos por sectores y la prevalencia del empleo informal, lo que sugiere desafíos en términos de seguridad laboral y bienestar económico. La variabilidad en la disponibilidad de servicios básicos como la recolección de residuos y el acceso a gas propano resalta la necesidad de abordar disparidades en infraestructura. Así mismo, la diversidad en los niveles educativos refleja un rango amplio de perfiles educativos en la comunidad. Estos aspectos fundamentales se entrelazan para colorear un panorama completo de las dinámicas que enfrentan los migrantes en el asentamiento humano El Refugio, proporcionando una base sólida para futuras intervenciones y políticas que busquen mejorar la calidad de vida y promover el desarrollo sostenible en la comunidad.
Reflexión
El impacto de las desigualdades en el asentamiento El Refugio revela una interacción compleja entre factores socioeconómicos y demográficos que influyen en la dinámica de la comunidad. Las desigualdades previas, tanto en el acceso a servicios como en oportunidades, ejercen un determinado efecto en el desarrollo local. Por su lado, la migración venezolana introduce una capa adicional de complejidad al contexto, amplificando estas desigualdades y por el otro, la población desplazada y afectadas por las disputas armadas, hace lo propio. Por ejemplo, las disparidades en el acceso a empleo, educación y servicios de salud perpetúan ciclos de desventaja y marginación. Tanto como la llegada de migrantes venezolanos, población de acogida y víctima del conflicto a este asentamiento humano, impacta la oferta y demanda de servicios y recursos en la ciudad de Arauca, ejerciendo presión adicional sobre infraestructuras y servicios existentes, lo que afecta negativamente a la población local y aumenta la desigualdad en el acceso a dichos servicios. A pesar de esto, los habitantes de El Refugio también aportan diversidad cultural, habilidades y conocimientos, lo que podría tener efectos positivos en la economía y la comunidad en su conjunto.
Así mismo, el impacto de estas poblaciones en el desarrollo local depende en gran medida de cómo se gestionen las desigualdades. Un enfoque que promueva la inclusión, la participación activa de ambas comunidades y la distribución equitativa de recursos y oportunidades es fundamental para maximizar los beneficios y minimizar los efectos negativos. En cuanto a las perspectivas futuras, en el contexto de las desigualdades en El Refugio, plantea un escenario en constante evolución. Ante la continuación de la crisis en Venezuela y desplazamientos por el conflicto armado y otros factores regionales, es probable que la llegada de población a El Refugio persista en el futuro cercano, manteniendo las dinámicas de desigualdad como un desafío significativo. Bajo este enfoque, la implementación de soluciones sostenibles se vuelve crucial. Las políticas y programas que aborden las desigualdades deben estar en consonancia con las necesidades y capacidades de ambas poblaciones. Estrategias como invertir en programas de capacitación y formación, fortaleciendo su integración socioeconómica (Berry, 1997), podrían ser efectivas. La colaboración entre autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y agencias internacionales podría fortalecer la prestación de servicios básicos, reduciendo las brechas en el acceso y contribuyendo a la reducción de desigualdades (Buitrago 2022).
La planificación urbana y el desarrollo de infraestructuras deben ser inclusivos y sostenibles. La construcción de viviendas asequibles y el acceso equitativo a servicios básicos deben ser prioridades (Magliano y Perissinotti, 2020). Estos esfuerzos podrían respaldarse con la movilización de recursos financieros tanto a nivel local como internacional, asegurando una inversión adecuada en el desarrollo de la comunidad. En última instancia, el enfoque en soluciones equitativas no solo beneficiará a los migrantes venezolanos, sino que también promoverá el desarrollo integral de la comunidad local y víctima del conflicto. Al reducir las desigualdades y fomentar la inclusión, El Refugio podría convertirse en un ejemplo de coexistencia armoniosa y crecimiento sostenible en el contexto de la migración. No obstante, alcanzar esta meta requerirá un compromiso continuo y coordinado de las partes interesadas, así como una visión a largo plazo que priorice el bienestar de todas las personas que llaman hogar a El Refugio.
Por otro lado, la interlocución entre migrantes, la cooperación internacional y el municipio de Arauca presenta desafíos. Algunas veces se implementan proyectos sin una adecuada concertación y socialización con la comunidad, lo que resulta en una falta de alineación con las necesidades reales de la población. Por lo anterior, es esencial que los proyectos diseñados para la población migrante se basen en un diagnóstico situacional y sean producto de una concertación efectiva. Además, es necesario garantizar la sostenibilidad de los comités y grupos formados en el marco de estos proyectos, dotándolos de un propósito sólido que les permita funcionar de manera autónoma cuando los proyectos finalicen. En cuanto al plan de desarrollo municipal de Arauca 2020 – 2023, aunque menciona el contexto de la migración venezolana en el territorio, carece de acciones específicas que promuevan la atención e integración de esta población. Por lo anterior, resulta fundamental que el próximo plan de desarrollo de Arauca incluya estrategias concretas e inclusivas, a fin de abordar los desafíos planteados por la migración.
CONCLUSIÓN
La investigación realizada en el asentamiento El Refugio en Arauca, Colombia, ha permitido una comprensión profunda de las desigualdades multidimensionales que enfrenta esta comunidad en el contexto de un país marcado por el conflicto armado interno, la migración masiva venezolana y la persistente pobreza multidimensional. A través del análisis de aspectos socioeconómicos como la ocupación laboral, el acceso a servicios básicos y el nivel educativo, se ha puesto de manifiesto la complejidad de las interacciones entre desigualdades anteriores y nuevas dinámicas introducidas por la migración y la disputa armada.
Las desigualdades en El Refugio se manifiestan en diversos aspectos. El acceso a empleo formal es limitado, y la gran mayoría de la población se encuentra involucrada en el sector laboral informal, lo que impacta negativamente en la seguridad laboral y el bienestar económico. Aunque se observa una diversidad en los niveles educativos, la existencia de personas que solo saben leer y escribir destaca la necesidad de fortalecer el acceso a una educación de calidad. El acceso a servicios básicos también refleja disparidades. Mientras que la energía eléctrica está ampliamente disponible, servicios como la recolección de residuos, el acceso a gas propano y la disponibilidad de Internet y TV en los hogares varían significativamente entre los diferentes sectores del asentamiento. La dependencia en mototaxis como principal medio de transporte señala la falta de opciones de movilidad efectivas.
La llegada de migrantes venezolanos, colombianos de acogida y víctimas del conflicto al asentamiento ha ejercido presión sobre recursos y servicios locales, contribuyendo a la complejidad de las desigualdades. La migración venezolana, producto de las desigualdades en su país de origen, ha amplificado las desigualdades en El Refugio, al tiempo que las víctimas del conflicto armado interno también han aportado su propia historia de desplazamiento y marginalización. En este panorama, es esencial abordar las desigualdades desde una perspectiva integral. Las dinámicas socioeconómicas y demográficas son interdependientes y se influyen mutuamente. Para lograr un desarrollo sostenible y equitativo en El Refugio, se deben diseñar estrategias que promuevan la inclusión, la distribución equitativa de recursos y oportunidades, y la participación activa de todas las comunidades presentes en el asentamiento.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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[1] Autor principal
Correspondencia: carloshoyosm86@gmail.com
[2] En esta tabla no se incluye Puerto Rondón, municipio que en el mapa de calor del departamento de Arauca de Migración Colombia (2022), señala que tiene menos de 100 habitantes pero que en la descripción numérica no fue incluido. En la Distribución poblacional de agosto de 2021 (Migración Colombia, 2021), Puerto Rondón reportaba 18 venezolanos en su territorio.