La Humanización de la Educación Superior por Medio de Técnicas Socioemocionales y Fomento de la Empatía

Jessica Elizabeth Montaguano Jiménez

jessica.montaguano@educacion.gob.ec

https://orcid.org/0000-0003-1110-8722

Ministerio de Educación

Ecuador

Wilson Patricio León Cueva

wleon@utmachala.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-5474-430X

Universidad Técnica de Machala

Ecuador

Gabriela Viviana Armijos Cabrera

gvarmijos@utmachala.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-8391-3048

Universidad Técnica de Machala

Ecuador

Susana Elizabeth Blacio Toro

sblacio@utmachala.edu.ec

https://orcid.org/0000-0003-0619-9578

Universidad Técnica de Machala

Ecuador

Jhon Eduardo López Velasco

academiasuperiordocente18@gmail.com

https://orcid.org/0009-0001-7694-2665

Investigador Independiente

Ecuador

 

RESUMEN

El paradigma educativo contemporáneo, enfocado en resultados medibles, ha descuidado aspectos emocionales y sociales, impactando el bienestar y desarrollo a largo plazo de los estudiantes. La humanización de la educación se presenta como una necesidad urgente. La integración de técnicas socioemocionales y la promoción de la empatía son cruciales para un desarrollo estudiantil integral. La obsesión por el rendimiento académico ha provocado problemas de salud mental, subrayando la importancia de repensar las prioridades educativas. La investigación, llevada a cabo en una universidad de Quito, encuestó a estudiantes y docentes de Psicología y Educación, explorando la integración de prácticas socioemocionales. Este estudio aboga por la implementación efectiva de estas estrategias en entornos educativos superiores, destacando el papel crucial de la educación en cultivar individuos equilibrados y empáticos para construir comunidades inclusivas y solidarias.

 

Palabras clave: educación contemporánea; desarrollo integral; técnicas socioemocionales


 

The Humanization of Higher Education Through Socioemotional Techniques and The Promotion of Empathy

 

ABSTRACT

The contemporary educational paradigm, focused on measurable outcomes, has neglected emotional and social aspects, impacting students' long-term well-being and development. The humanization of education emerges as an urgent necessity. The integration of socioemotional techniques and the promotion of empathy are crucial for comprehensive student development. The obsession with academic performance has led to mental health issues, emphasizing the need to rethink educational priorities. Conducted at a university in Quito, the research surveyed students and teachers in Psychology and Education, exploring the integration of socioemotional practices. This study advocates for the effective implementation of these strategies in higher education settings, highlighting the pivotal role of education in nurturing balanced and empathetic individuals to foster inclusive and supportive communities.

 

Keywords: contemporary education; comprehensive development; socioemotional techniques

 

 

 

 

Artículo recibido 03 noviembre 2023

Aceptado para publicación: 14 diciembre 2023


INTRODUCCIÓN

La educación contemporánea se ha enfrentado a una creciente presión para producir resultados medibles y cuantificables, a menudo priorizando la transmisión de conocimientos y habilidades académicas sobre el desarrollo humano integral. En este enfoque centrado en los resultados, los aspectos emocionales y sociales de los estudiantes a menudo se descuidan, lo que puede tener consecuencias perjudiciales para su bienestar y desarrollo a largo plazo. En medio de esta dinámica, surge la necesidad apremiante de reevaluar el paradigma educativo y considerar enfoques que fomenten la humanización de la educación (Franco & Zapata, 2022).

La integración de técnicas socioemocionales y la promoción de la empatía se establecen como elementos fundamentales en la transformación de la educación, orientados hacia una visión integral del desarrollo estudiantil. Al incorporar estas prácticas, la educación superior no solo busca transmitir conocimientos, sino también nutrir valores, habilidades emocionales y sociales que son esenciales para la formación de individuos íntegros y compasivos en la sociedad actual (Flores, 2023).

En la actualidad, los sistemas educativos se han convertido en entornos altamente competitivos, donde los logros académicos y los puntajes en exámenes estandarizados se han convertido en métricas dominantes para evaluar el éxito. Sin embargo, este énfasis excesivo en los logros académicos a menudo ha resultado en una visión estrecha de la educación, relegando el desarrollo emocional y social de los estudiantes a un segundo plano (Mitma, 2023).

Como consecuencia, se ha observado un aumento de problemas de salud mental entre los estudiantes, como ansiedad, estrés, depresión, así como un deterioro en la capacidad de los jóvenes para relacionarse empáticamente con los demás y resolver conflictos de manera constructiva. Esta realidad plantea la necesidad crítica de reevaluar las prioridades educativas y adoptar enfoques que promuevan una educación integral y humana (Durango & Vanegas, 2023).

En este contexto, las técnicas socioemocionales surgen como herramientas efectivas para fomentar el crecimiento personal y emocional de los estudiantes. Al integrar prácticas que fortalezcan la inteligencia emocional, la conciencia de uno mismo y la gestión de las emociones, las universidades pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar una comprensión más profunda de sus propias emociones y las de los demás. Al mismo tiempo, estas técnicas les brindan las habilidades necesarias para regular sus emociones y establecer relaciones significativas y saludables con sus compañeros y la comunidad en general (Sanmartín & Tapia, 2023).

Al adoptar este enfoque, la educación puede desempeñar un papel fundamental en el cultivo de generaciones futuras de individuos equilibrados, respetuosos y compasivos. Asimismo, el fomento de la empatía es una habilidad fundamental para la comprensión y la conexión humana. La empatía no solo implica comprender las emociones y perspectivas de los demás, sino también mostrar compasión y solidaridad en las interacciones cotidianas, promoviendo una cultura de respeto mutuo, tolerancia y apoyo emocional, creando comunidades más inclusivas y empáticas (Suárez y otros, 2020).

Esta investigación se desarrolló en una universidad privada de la ciudad de Quito. Se implementó una encuesta dirigida a estudiantes que cursaban el tercer año en las carreras de Psicología y Educación. Estos estudiantes, en su mayoría, tienen edades comprendidas entre 19 y 21 años, caracterizándose por encontrarse en una etapa clave de su formación académica y personal. Además, la encuesta fue administrada a los docentes de estas mismas carreras, considerando tanto su experiencia acumulada en la institución como su proyección a lo largo de los años de servicio, proporcionando una perspectiva integral que abarca tanto la percepción de los estudiantes como la experiencia docente.

El objetivo de este estudio es analizar críticamente cómo la integración de estas prácticas puede contribuir al desarrollo integral de los estudiantes, fomentando su bienestar emocional, social y cognitivo. A través de este análisis, se busca proporcionar recomendaciones prácticas para educadores y responsables de políticas educativas, con el fin de fomentar la implementación efectiva de estas estrategias en entornos educativos de nivel superior, promoviendo así una educación más humanizada y equitativa.

Humanización en la educación

La humanización en la educación es un concepto que aboga por una visión integral del proceso educativo, que va más allá de la simple transmisión de conocimientos y se enfoca en el desarrollo pleno y equilibrado de los estudiantes. Se basa en la premisa fundamental de que la educación no solo debe nutrir el intelecto, sino también cultivar los aspectos emocionales, sociales y éticos de los individuos. La humanización en la educación reconoce la importancia de promover valores como la empatía, la solidaridad, la ética y la responsabilidad, con el objetivo de formar ciudadanos conscientes y comprometidos con el bienestar colectivo (Ríos, 2020).

En un contexto educativo en el que a menudo prevalece una cultura centrada en la competencia y los resultados, la humanización se presenta como un contrapeso necesario para contrarrestar la presión excesiva y los enfoques unidimensionales del aprendizaje. Al priorizar la formación integral de los estudiantes, la humanización en la educación busca garantizar que los individuos no solo adquieran conocimientos académicos, sino que también desarrollen habilidades para la vida profesional y en si la vida cotidiana, como el pensamiento crítico, resolución de problemas, comunicación efectiva y la colaboración (Aldana, 2023).

Este enfoque integral se alinea con la idea de enseñar a los estudiantes no solo para el éxito personal y profesional, sino también para contribuir de manera significativa al progreso y bienestar de la sociedad en su conjunto. Además, la humanización en la educación se centra en crear un entorno educativo inclusivo y acogedor, que fomente la diversidad, el respeto mutuo y la aceptación de las diferencias. Reconoce la importancia de la sensibilidad cultural y la equidad, y aboga por la eliminación de barreras que puedan obstaculizar el acceso a la educación y el éxito académico de todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico, étnico o cultural. Al promover un entorno de aprendizaje que celebra la diversidad y valora las experiencias y perspectivas únicas de cada individuo, la humanización en la educación no solo enriquece la experiencia educativa, sino que también prepara a los estudiantes para vivir y trabajar en una sociedad globalizada y multicultural (Ríos, 2020).

Asimismo, la humanización en la educación reconoce la importancia de la relación entre estudiantes y educadores, y aboga por la promoción de una pedagogía basada en la empatía, apoyo emocional y la comunicación abierta. Los educadores desempeñan un papel fundamental como facilitadores del proceso educativo, no solo impartiendo conocimientos, sino también actuando como modelos a seguir, mentores y guías para el desarrollo personal y académico de los estudiantes. Al fomentar relaciones positivas y de confianza entre educadores y estudiantes, la humanización en la educación promueve un ambiente propicio para el crecimiento y el aprendizaje significativo, donde los estudiantes se sienten valorados, motivados y empoderados para alcanzar su máximo potencial (Reales & Príncipe, 2023).

Técnicas socioemocionales en la educación y fomento de la empatía

La integración de técnicas socioemocionales y el fomento de la empatía se han convertido en prioridades fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes. Estas estrategias se implementan con el propósito de promover un ambiente educativo enriquecedor y equitativo que reconozca la importancia de las habilidades sociales y emocionales en el crecimiento de los individuos y en la construcción de una sociedad más solidaria y compasiva (Suárez y otros, 2020).

La implementación de técnicas socioemocionales en las instituciones educativas ecuatorianas se ha centrado en el desarrollo de programas que fortalezcan la inteligencia emocional de los estudiantes. Estos programas buscan fomentar la conciencia emocional, la autorregulación y el manejo efectivo de conflictos, proporcionando a los estudiantes las herramientas necesarias para comprender y regular sus propias emociones de manera saludable. A través de actividades prácticas y educativas, se alienta a los estudiantes a explorar sus emociones y a desarrollar habilidades de resiliencia que les permitan enfrentar los desafíos personales y académicos con confianza y madurez (Sanmartín & Tapia, 2023).

Además, la promoción de la empatía ocupa un lugar central en la educación ecuatoriana, con el objetivo de fomentar una cultura escolar basada en el respeto mutuo y la comprensión. Los programas educativos se han diseñado para sensibilizar a los estudiantes sobre la importancia de entender las emociones y perspectivas de los demás, así como para fomentar actitudes de solidaridad y apoyo entre los compañeros. Mediante la promoción de la empatía, se busca cultivar una sociedad más inclusiva y colaborativa, donde los estudiantes aprendan a valorar la diversidad y a trabajar juntos hacia objetivos comunes (Suárez y otros, 2020).

La implementación de estas técnicas socioemocionales y el fomento de la empatía se han abordado desde un enfoque integral que reconoce la importancia de la participación de los educadores, las familias y la comunidad en general. Los docentes desempeñan un papel crucial como facilitadores del aprendizaje socioemocional, brindando orientación y apoyo a los estudiantes en su proceso de desarrollo emocional, social y por ende laboral. Además, se han establecido programas de capacitación para los educadores, con el fin de fortalecer sus habilidades pedagógicas y proporcionarles herramientas prácticas para la implementación efectiva de estas estrategias en el aula (Flores, 2023).

A pesar de los avances logrados, persisten desafíos en la implementación de estas técnicas y estrategias en todo el sistema educativo ecuatoriano. La necesidad de recursos adicionales, la capacitación continua del personal educativo y la evaluación efectiva de los programas son aspectos clave que requieren una atención continua. Además, la colaboración con las familias y la comunidad en general es esencial para garantizar la coherencia y la continuidad de estas prácticas tanto en el entorno escolar como en el entorno familiar.

METODOLOGÍA

La metodología propuesta para este estudio se fundamenta en un enfoque cuantitativo. De acuerdo con Vizcaíno y otros (2023) es un enfoque de investigación que permite la recopilación y análisis de datos numéricos, para describir el fenómeno en estudio. El objetivo de la investigación es analizar críticamente cómo la integración de estas prácticas puede contribuir al desarrollo integral de los estudiantes, fomentando su bienestar emocional, social y cognitivo.

Para abordar este análisis, se aplicó una encuesta estructurada a docentes y estudiantes de tercer año de las carreras de Psicología y Educación de una universidad privada de la ciudad de Quito, a fin de evaluar la implementación y la percepción de técnicas socioemocionales y el fomento de la empatía en el ámbito de la educación superior.

Tabla 1 Población de estudio

Carrera

N° estudiantes

N° docentes

Psicología

23

6

Educación

27

6

Total

50

12

Fuente: propia

Estas encuestas permitirán obtener información sobre la eficacia percibida de estas prácticas, así como identificar patrones y tendencias que puedan ofrecer una comprensión integral de la situación. Cada encuesta constó de 10 preguntas estructuradas con una escala de Likert compuesta por tres opciones (siempre, a veces, nunca). La escala de Likert es una herramienta de medición utilizada en encuestas y cuestionarios para evaluar actitudes, opiniones o percepciones de los encuestados respecto a una serie de afirmaciones o preguntas, generalmente consta de afirmaciones o enunciados a los cuales los encuestados responden indicando su nivel de acuerdo o desacuerdo. La escala puede variar en el número de opciones que puede ir de tres a siete opciones de medición (Mayo, 2022).

La población y muestra considerada en este estudio corresponde al total de docentes y estudiantes por ser una cantidad pequeña de la cual se podrá obtener información precisa (Ver Tabla 1).

RESULTADOS

Análisis comparativo entre estudiantes y docentes

Una vez realizadas las encuestas a los 50 estudiantes y 12 docentes de las carreras de educación y psicología de una universidad privada de Quito – Ecuador, se obtuvieron los resultados que serán relacionados entre estudiantes y docentes, para obtener un mejor panorama respecto a la implementación de prácticas socioemocionales.

En cuanto a los estudiantes, el 26% (13) indica que siempre perciben la implementación de prácticas socioemocionales en su programa académico. En contraste, los docentes muestran una proporción ligeramente mayor, con un 33.3% (4) afirmando que siempre implementan estas prácticas en su metodología de enseñanza. Esto podría sugerir una brecha de percepción, ya que los docentes tienden a considerar con mayor frecuencia que están incorporando prácticas socioemocionales en comparación con la percepción de los estudiantes.

La opción "A veces" es la más común entre 26 estudiantes (52%) y 5 docentes (41.7%). Sin embargo, es interesante notar que los estudiantes tienen una proporción significativamente mayor que los docentes en esta categoría. Esto podría indicar que, desde la perspectiva de los estudiantes, la aplicación de prácticas socioemocionales puede ser más esporádica o menos consistente de lo que los docentes perciben.

Por último, el 22% de los estudiantes (11) y el 25% de los docentes (3) indican que nunca perciben o implementan prácticas socioemocionales, respectivamente. Aunque estas cifras son relativamente similares, podrían señalar áreas específicas donde la integración de estas prácticas podría ser revaluada o mejorada (Ver Figura 1).

En este sentido, en análisis de esta información, muestra diferencias en la percepción entre estudiantes y docentes, destacando la importancia de un diálogo continuo y una comprensión mutua para optimizar la implementación efectiva de prácticas socioemocionales en el entorno académico.


 

Figura 1 Implementación de prácticas socioemocionales

Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Referente a la percepción de la incorporación de prácticas de fomento de empatía entre estudiantes sugiere algunas diferencias notables. el 34% de los estudiantes (17) indica que siempre siente que las prácticas de fomento de la empatía son parte de la dinámica académica. En contraste, solo el 16.7% de los docentes (2) afirma percibir siempre este componente en la dinámica académica de sus cátedras. Esta diferencia podría indicar una brecha en la percepción entre ambos grupos, donde los estudiantes podrían percibir con mayor frecuencia la presencia de estas prácticas en comparación con lo que los docentes creen que están implementando.

Por su parte, la opción "A veces" es la más común en ambas tablas, siendo elegida por el 54% de los estudiantes (27) y el 58.3% de los docentes (7). Aunque las cifras son similares, esta tendencia sugiere que tanto estudiantes como docentes reconocen la variabilidad en la incorporación de prácticas de fomento de la empatía, indicando que este aspecto puede ser una característica intermitente en la dinámica académica.

En cuanto a la opción "Nunca", el 12% de los estudiantes (6) y el 25% de los docentes (3) seleccionaron esta respuesta. Esta discrepancia podría señalar una brecha en la percepción, donde algunos docentes podrían subestimar la frecuencia con la que los estudiantes sienten que las prácticas de fomento de la empatía están presentes en su experiencia académica (Ver Figura 2).

La relación que existe en estos datos, destaca discrepancias en la percepción de estudiantes y docentes sobre la presencia de prácticas de fomento de la empatía en la dinámica académica, marcando la importancia de la comunicación y la comprensión mutua para fortalecer estos aspectos en el entorno educativo.


 

Figura 2 Fomento de empatía entre estudiantes

Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

En cuanto a la participación en actividades que promueven el bienestar emocional, el 32% de los estudiantes (16) indica que siempre ha participado en actividades que promueven el bienestar emocional de la universidad. En el caso de los docentes, el 33.3% (4) considera que la participación en tales actividades es parte integral de la experiencia académica que ofrecen. Aunque las cifras son relativamente cercanas, indican una alineación moderada entre la percepción de los estudiantes y los docentes en cuanto a la frecuencia de participación en estas actividades.

La alternativa "A veces" es la más común en ambas tablas, elegida por el 56% de los estudiantes (28) y el 66.7% de los docentes (8). Este hallazgo sugiere que tanto estudiantes como docentes reconocen la variabilidad en la participación en actividades que promueven el bienestar emocional, pero los docentes muestran una propensión ligeramente mayor a considerar estas actividades como parte integral de la experiencia académica.

Por su parte, la opción "Nunca" es seleccionada por el 12% de los estudiantes (6) y el 0% de los docentes. Esta diferencia podría indicar una divergencia en la percepción, donde los docentes no perciben que los estudiantes nunca participen en estas actividades o pueden subestimar la incidencia de esta respuesta. (Ver Figura 3).

Aunque hay ciertas similitudes en la percepción de estudiantes y docentes sobre la participación en actividades que promueven el bienestar emocional, existen diferencias notables en la frecuencia y en la valoración de la integralidad de estas actividades en la experiencia académica. Estos hallazgos destacan la importancia de fomentar una comunicación abierta para comprender mejor las expectativas y experiencias de ambas partes en el contexto universitario.


 

Figura 3 Participación en actividades que promueven el bienestar emocional

Interfaz de usuario gráfica, Gráfico, Gráfico de cajas y bigotes

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Por su parte, la percepción de la contribución positiva de las técnicas socioemocionales al desarrollo cognitivo revela algunas diferencias clave, el 36% de los estudiantes (18) indica que siempre considera que las técnicas socioemocionales contribuyen positivamente a su desarrollo cognitivo. En contraste, el 33.3% de los docentes (4) comparten esta opinión. Aunque las cifras son relativamente cercanas, sugieren que tanto estudiantes como docentes reconocen en gran medida la contribución positiva de estas técnicas al desarrollo cognitivo de los estudiantes.

En cuanto, la opción "A veces" es la más común en ambas tablas, elegida por el 56% de los estudiantes (28) y el 50% de los docentes (6). Esta convergencia en la percepción sugiere que hay una comprensión compartida de la variabilidad en la efectividad de las técnicas socioemocionales en el desarrollo cognitivo.

La opción "Nunca" es seleccionada por el 8% de los estudiantes (4) y el 16.7% de los docentes (2). Aunque estas cifras son relativamente bajas, indican una divergencia en la percepción, donde algunos docentes pueden ser más propensos a pensar que estas técnicas no contribuyen positivamente al desarrollo cognitivo de los estudiantes en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 4).

En contraste de estos datos, se destacan similitudes en la percepción general de estudiantes y docentes sobre la contribución positiva de las técnicas socioemocionales al desarrollo cognitivo. No obstante, existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltando la importancia de una comprensión compartida para optimizar la implementación de estas técnicas en el entorno académico.


 

Figura 4 Técnicas socioemocionales contribuyen al desarrollo cognitivo

Gráfico, Gráfico de cajas y bigotes

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Sobre el impacto de las prácticas socioemocionales en el bienestar emocional revela algunas discrepancias en la percepción entre ambos grupos. El 56% de los estudiantes (28) indica que a veces las prácticas socioemocionales han influido en su bienestar emocional durante su tiempo en la universidad. En el caso de los docentes, el 66.7% (8) sostiene que estas prácticas a veces han influido positivamente en el bienestar emocional de sus estudiantes. Ambos grupos muestran una proporción considerablemente alta en la categoría "A veces", indicando que hay un reconocimiento generalizado de la variabilidad en el impacto de estas prácticas en el bienestar emocional.

La opción "Siempre" es seleccionada por el 18% de los estudiantes (9) y el 25% de los docentes (3). Aunque las cifras son relativamente bajas, sugieren que hay un segmento significativo de estudiantes y docentes que perciben un impacto constante y positivo en el bienestar emocional debido a las prácticas socioemocionales.

Por último, la opción "Nunca" es seleccionada por el 26% de los estudiantes (13) y el 8.3% de los docentes (1). Esta discrepancia podría indicar una diferencia en la percepción, donde algunos docentes podrían subestimar la incidencia de respuestas "Nunca" en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 5).

Existen similitudes en la percepción general sobre el impacto de las prácticas socioemocionales en el bienestar emocional, existen diferencias notables en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca". Estos hallazgos resaltan la necesidad de una comunicación más profunda y una comprensión mutua entre estudiantes y docentes para optimizar la implementación de prácticas socioemocionales en el ámbito académico.

 


 

Figura 5 Prácticas socioemocionales en el bienestar emocional

Gráfico, Gráfico de barras, Gráfico de cajas y bigotes

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Por su parte, la percepción de si la diversidad de enfoques pedagógicos ha favorecido la integración de prácticas humanizadoras revela algunas oposiciones en la percepción entre ambos grupos. El 32% de los estudiantes (16) indica que siempre considera que la diversidad de enfoques pedagógicos en su carrera ha favorecido la integración de prácticas humanizadoras. En contraste, el 25% de los docentes (3) comparte esta opinión. Aunque las cifras son relativamente cercanas, sugieren que hay una alineación moderada entre la percepción de los estudiantes y los docentes en cuanto a la influencia de la diversidad de enfoques pedagógicos en la integración de prácticas humanizadoras.

Mientras que, la opción "A veces" es la más común en ambas tablas, elegida por el 46% de los estudiantes (23) y el 50% de los docentes (6). Este hallazgo sugiere que tanto estudiantes como docentes reconocen la variabilidad en la influencia de la diversidad de enfoques pedagógicos en la integración de prácticas humanizadoras, indicando que este aspecto puede ser intermitente en la dinámica académica.

Por su parte, la opción "Nunca" es seleccionada por el 22% de los estudiantes (11) y el 25% de los docentes (3). Aunque estas cifras son relativamente similares, indican una divergencia en la percepción, donde algunos docentes podrían ser más propensos a pensar que la diversidad de enfoques pedagógicos nunca ha favorecido la integración de prácticas humanizadoras en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 6).

En este sentido, el análisis de estos datos enfatiza similitudes en la percepción general de estudiantes y docentes sobre la influencia de la diversidad de enfoques pedagógicos en la integración de prácticas humanizadoras. Sin embargo, existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltando la importancia de una comprensión compartida para optimizar la integración efectiva de prácticas humanizadoras en el entorno académico.

Figura 6 Diversidad de enfoques pedagógicos

Gráfico, Gráfico de barras, Gráfico de cajas y bigotes

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Respecto a la relación con los profesores o estudiantes se ve beneficiada por la implementación de prácticas socioemocionales muestra algunas discrepancias en la percepción entre ambos grupos. El 32% de los estudiantes (16) indica que siempre considera que la relación con sus profesores se ve beneficiada por la implementación de prácticas socioemocionales. En contraste, el 25% de los docentes (3) comparte esta opinión. Aunque las cifras son relativamente cercanas, sugieren que hay una alineación moderada entre la percepción de los estudiantes y los docentes en cuanto al beneficio de las prácticas socioemocionales en la relación docente-estudiante.

La alternativa "A veces" es la más común en ambas tablas, elegida por el 48% de los estudiantes (24) y el 50% de los docentes (6). Este hallazgo sugiere que tanto estudiantes como docentes reconocen la variabilidad en la influencia de las prácticas socioemocionales en la relación profesor-estudiante, indicando que este aspecto puede ser intermitente en la dinámica académica.

En cambio "Nunca" es seleccionada por el 20% de los estudiantes (10) y el 25% de los docentes (3). Aunque estas cifras son relativamente similares, indican una divergencia en la percepción, donde algunos docentes podrían ser más propensos a pensar que la implementación de prácticas socioemocionales nunca beneficia la relación con sus estudiantes en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 7).

La comparación de estos datos subraya similitudes en la percepción general de estudiantes y docentes sobre el beneficio de las prácticas socioemocionales en la relación profesor-estudiante. Sin embargo, existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltando la importancia de una comprensión compartida para optimizar la implementación efectiva de prácticas socioemocionales en el entorno académico.

 

Figura 7 Beneficio en la relación docente – estudiante

Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

Respecto de si las actividades que fomentan la empatía han mejorado la dinámica entre compañeros, revela algunas diferencias en la percepción entre ambos grupos, el 52% de los estudiantes (26) indica que a veces las actividades que fomentan la empatía han mejorado la dinámica entre compañeros. En contraste, el 50% de los docentes (6) sostiene que a veces estas actividades han mejorado la dinámica entre los estudiantes. Ambos grupos muestran una proporción considerablemente alta en la categoría "A veces", indicando que hay un reconocimiento generalizado de la variabilidad en el impacto de estas actividades en la dinámica entre compañeros.

Por su parte, la opción "Siempre" es seleccionada por el 26% de los estudiantes (13) y el 25% de los docentes (3). Aunque las cifras son relativamente bajas, sugieren que hay un segmento significativo de estudiantes y docentes que perciben un impacto constante y positivo en la dinámica entre compañeros debido a las actividades que fomentan la empatía.

Por último, la opción "Nunca" es seleccionada por el 22% de los estudiantes (11) y el 25% de los docentes (3). Aunque estas cifras son relativamente similares, indican una convergencia en la percepción, donde algunos docentes pueden ser más propensos a pensar que estas actividades nunca han mejorado la dinámica entre estudiantes en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 8).

la percepción general de estudiantes y docentes sobre el impacto de las actividades que fomentan la empatía en la dinámica entre compañeros es similar. Aunque existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltan la importancia de una comprensión compartida para optimizar la implementación efectiva de actividades que promueven la empatía en el entorno académico.

 


 

Figura 8 Actividades que fomentan la empatía

Gráfico

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

En cuanto a las respuestas de estudiantes y docentes acerca de si valoran la importancia de integrar aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje revela algunas divergencias en la percepción entre ambos grupos, el 58% de los estudiantes (29) indica que a veces valora la importancia de integrar aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje. En contraste, el 66.7% de los docentes (8) comparte esta opinión. Aunque las cifras son relativamente cercanas, sugieren que hay una alineación moderada entre la percepción de los estudiantes y los docentes en cuanto a la valoración de la importancia de la integración de aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje.

Por su parte, la alternativa "Siempre" es seleccionada por el 30% de los estudiantes (15) y el 33.3% de los docentes (4). Aunque las cifras son relativamente bajas, indican que hay un segmento significativo de estudiantes y docentes que valora constantemente la importancia de integrar aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje.

Finalmente, la opción "Nunca" es seleccionada por el 12% de los estudiantes (6) y el 0% de los docentes. Estas cifras sugieren una discrepancia en la percepción, donde algunos docentes podrían no haber seleccionado la opción "Nunca", indicando una mayor conciencia de la importancia de integrar aspectos emocionales en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 9).

En este referente, la percepción general de estudiantes y docentes sobre la valoración de la importancia de integrar aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje. Aunque existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltan la importancia de una comprensión compartida para optimizar la integración efectiva de aspectos emocionales en el entorno académico.

 


 

Figura 9 Integración de aspectos emocionales

Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

En cuanto a, si la contribución de las prácticas socioemocionales, aportan al desarrollo integral de los estudiantes en la universidad, revela algunas diferencias en la percepción entre ambos grupos, el 58% de los estudiantes indica que a veces considera que la contribución de las prácticas socioemocionales aporta al desarrollo integral de los estudiantes en la universidad. En contraste, el 58.3% de los docentes comparte esta opinión. Ambos grupos muestran una proporción bastante alta en la categoría "A veces", indicando que hay un reconocimiento generalizado de la variabilidad en el impacto de estas prácticas en el desarrollo integral de los estudiantes.

Por su parte, la opción "Siempre" es seleccionada por el 28% de los estudiantes y el 33.3% de los docentes. Aunque las cifras son relativamente bajas, indican que hay un segmento significativo de estudiantes y docentes que considera constantemente que las prácticas socioemocionales aportan al desarrollo integral de los estudiantes.

En cambio, la opción "Nunca" es seleccionada por el 14% de los estudiantes y el 8.3% de los docentes. Estas cifras sugieren que hay una divergencia en la percepción, donde algunos docentes pueden ser menos propensos a pensar que las prácticas socioemocionales nunca aportan al desarrollo integral en comparación con la perspectiva de los estudiantes (Ver Figura 10).

En este sentido, se evidencia en la percepción general de estudiantes y docentes sobre la contribución de las prácticas socioemocionales al desarrollo integral de los estudiantes, que, aunque existen ligeras diferencias en la frecuencia de respuestas "Siempre" y "Nunca", resaltan la importancia de una comprensión compartida para optimizar la implementación efectiva de prácticas socioemocionales en el entorno académico.

 


 

Figura 10 Contribución de las prácticas socioemocionales

Gráfico, Gráfico de cajas y bigotes

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Nota: Elaboración propia, en base a los datos obtenidos en las encuestas

 

El análisis de los resultados de las encuestas de estudiantes y docentes, y la comparación de las respuestas entre ambos, revela una convergencia en la percepción sobre la importancia y el impacto de las prácticas socioemocionales en el entorno académico. Ambos grupos reconocen la variabilidad en la influencia de estas prácticas en aspectos como la dinámica entre compañeros, la relación profesor-estudiante, y el desarrollo integral de los estudiantes. Aunque hay similitudes, las ligeras discrepancias sugieren la necesidad de una comunicación continua y una comprensión compartida para optimizar la implementación efectiva de prácticas socioemocionales en la educación superior. La mayoría de los participantes, tanto estudiantes como docentes, muestran una percepción positiva hacia la integración de aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje, destacando la relevancia de abordar la dimensión emocional en el contexto educativo para promover un ambiente académico más enriquecedor y equitativo.

DISCUSIÓN

La discusión de los resultados muestra variabilidad en la percepción de la influencia de las prácticas socioemocionales, destacada por la mayoría de las respuestas en la categoría "A veces" en ambas encuestas de estudiantes y docentes, plantea la primera problemática significativa. Este fenómeno podría estar relacionado con la complejidad inherente a la adaptación de estas prácticas a diversos estilos de aprendizaje y contextos académicos. La variabilidad podría deberse a factores individuales y experiencias previas, evidenciando la necesidad de estrategias pedagógicas más personalizadas y flexibles (Henao & Herrera, 2023).

La discrepancia en las respuestas entre estudiantes y docentes revela una brecha perceptual en la implementación de prácticas socioemocionales, especialmente en aspectos como la relación profesor-estudiante. Esto sugiere la existencia de desafíos en la aplicación efectiva de estas prácticas, que podrían derivarse de la falta de capacitación específica para los docentes en la integración de dimensiones socioemocionales en la enseñanza (Duk y otros, 2019). Este hallazgo destaca la necesidad de programas de desarrollo profesional que aborden estas brechas y fortalezcan las habilidades de los docentes en este ámbito.

A pesar de las variaciones, el consenso sobre la relevancia de integrar aspectos emocionales en el proceso de aprendizaje señala un reconocimiento generalizado de la importancia de abordar la dimensión emocional en el ámbito educativo superior. Sin embargo, la divergencia en la respuesta a preguntas específicas sobre la relación profesor-estudiante indica la necesidad de estrategias específicas que fortalezcan esta dimensión relacional en el contexto académico.

Los desafíos identificados sugieren oportunidades para el desarrollo y la mejora continua. La implementación de programas de capacitación para docentes, diseñados para fortalecer su comprensión y aplicación de prácticas socioemocionales, podría contribuir significativamente a cerrar la brecha perceptual y mejorar la efectividad de estas prácticas en el entorno académico (Porras y otros, 2023). La adaptación de estas prácticas a diferentes disciplinas y contextos podría requerir enfoques flexibles y personalizados, reconociendo la diversidad inherente a la educación superior.

La variabilidad perceptual, la brecha entre estudiantes y docentes, y la necesidad de capacitación específica para los educadores son desafíos que deben abordarse de manera integral para lograr una implementación efectiva y beneficiosa de estas prácticas en el ámbito académico superior.

CONCLUSIONES

La presente investigación sobre la integración de prácticas socioemocionales en la educación superior revela hallazgos significativos, delineando una perspectiva crítica y fundamentada en los datos obtenidos. La variabilidad en la percepción de estudiantes y docentes destaca la necesidad de una atención más específica en la formación docente. La brecha perceptual indica que, aunque hay consenso en la importancia de la dimensión emocional, se requiere una mayor alineación en la implementación de prácticas socioemocionales.

La diferencia en las respuestas dadas subraya la importancia de estrategias que fortalezcan la conexión entre docente y estudiante, mejorando así la efectividad de las prácticas implementadas.

A pesar de los desafíos identificados, la integración de prácticas socioemocionales tiene un impacto potencialmente positivo en el desarrollo integral de los estudiantes. Este aspecto resalta la necesidad de programas de capacitación que aborden específicamente la diversidad de enfoques pedagógicos en la educación superior.

En cuanto a las limitaciones, la investigación plantea interrogantes sobre la adaptabilidad de estas prácticas a diversas disciplinas. Este aspecto queda como tarea pendiente para investigaciones futuras que podrían explorar en detalle cómo estas prácticas se pueden personalizar para abordar las particularidades de diferentes campos académicos.

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