Reflexiones sobre la Equidad en
la Educación Superior en Argentina y Ecuador
RESUMEN
El trabajo de investigación
se propone como una reflexión sobre la equidad en la educación superior,
tomando en comparación la realidad de dos países latinoamericanos. Para ello,
se plantea como pregunta de investigación: ¿Qué elementos de convergencia existen entre
el criterio de equidad en la educación superior de Ecuador y Argentina? A
partir de la interrogante, el objetivo del estudio es describir el criterio de
equidad en la educación superior de Ecuador y Argentina como elemento para la
determinación de puntos de convergencia entre las dos realidades. La
metodología fue diseñada a partir de la educación comparada, para lo cual se
definió una pregunta general, se seleccionaron las unidades de análisis para
comparación, se obtuvieron resultados por medio de la revisión crítica de
diferentes fuentes de información y se propusieron conclusiones comparativas. De
forma concluyente y partir de los resultados se plantea que Argentina y Ecuador
tienen la convergencia en: (a) concepto de equidad como parte del
sistema educativo universitario, (b) legislación sobre equidad en el sistema
educativo universitario y (c) desafíos de la equidad en la educación superior.
Sin embargo, la diferencia es muy marcada en la forma de acceso a la educación
superior y el criterio de gratuidad.
Palabras clave: universidad;
acceso a la educación; educación comparada
Reflections on Equity in Higher
Education in Ecuador and Argentina
ABSTRACT
The research work is
proposed as a reflection on equity in higher education, comparing the reality
of two Latin American countries. To this end, the research question is: What
elements of convergence exist between the criterion of equity in higher education
between Ecuador and Argentina? Based on this question, the objective of the
study is to describe the criterion of equity in higher education in Ecuador and
Argentina as an element for the determination of points of convergence between
the two realities. The methodology was designed on the basis of comparative
education, for which a general question was defined, the units of analysis for
comparison were selected, results were obtained through the critical review of
different sources of information and comparative conclusions were proposed.
Conclusively, and based on the results, Argentina and Ecuador converge in: (a)
the concept of equity as part of the university education system, (b)
legislation on equity in the university education system and (c) challenges of
equity in higher education. However, the difference is very marked in the form
of access to higher education and the criterion of free education.
Keywords: universities; access to education; comparative education
Artículo recibido 15 noviembre 2023
Aceptado para publicación: 20 diciembre
2023
INTRODUCCIÓN
El presente artículo de
reflexión teórica se plantea a través de una revisión de literatura, apoyada en
el concepto de la equidad en la educación superior. De este modo, se plantea
una revisión de diferntes documentos, incluyendo los normativos para comprender
la realidad entre el concepto de equidad en el sistema educativo ecuatoriano y
el sistema educativo argentino, y así, llegar a puntos de convergencia por
medio de la reflexión y análisis crítico.
La pregunta orientadora de este
trabajo es: ¿Qué elementos de convergencia existen entre el criterio de equidad
en la educación superior entre Ecuador y Argentina?; para ello, se propone como
objetivo: Describir el criterio de equidad en la educación superior de Ecuador
y Argentina como elemento para la determinación de puntos de convergencia entre
las dos realidades.
La esquematización de trabajo
investigativo se introduce con una contextualización general del concepto de
equidad en la educación superior. Luego, en el desarrollo, se describen las
realidades de Argentina y Ecuador para proceder con las conclusiones, en las
que se establecen los puntos de convergencia. De este modo, se comienza con la
construcción conceptual y argumentativa del presente trabajo de fin de curso.
El concepto de equidad es un
elemento de discusión en la educación superior, debido a su complejidad y a las
diferentes variantes que se podrían dar de acuerdo al contexto en el que se
refiera. De hecho, para Valencia et al. (2017) la equidad surge en respuesta a
la desigualdad por el servicio de educación superior, por lo tanto, se han
creado leyes para ir cumpliendo con espacios de exclusión o de segregación en
determinados grupos sociales.
De acuerdo a Valencia et al.
(2017) las reformas educativas se fundamentan en la interacción de los
conceptos de igualdad, derechos, justicia e inclusión. Cada uno de esos
elementos se integra en la legislación de la educación superior, sin ningún
tipo de superioridad entre sí y menos favoreciendo a determinados grupos
sociales. La intención de este proceso es lograr que todos, sin distinción,
tengan acceso a la educación superior.
De forma general, Valencia et
al. (2017) sostiene que los ejes legislativos acerca de la garantía de la
equidad en la educación superior, se basa en los siguientes aspectos: (a)
garantizar la asignación de recursos, (b) crear organismos que garanticen la
equidad, (d) crear de mecanismos de equidad en la educación superior, (e)
desarrollar reglamentos sobre equidad, (f) formar redes universitarias de
seguimiento a la equidad, (g) promocionar la legislación sobre equidad en la
educación superior.
Si bien, puede haber diferentes
aristas sobre la equidad en el acceso a la educación superior, Garbanzo (2007)
explica que la universidad pública es la que tiene doble rol, por un lado,
formar a las personas y, por otro, ofrecer respuestas a las transformaciones
sociales. Sin embargo, el autor es consciente de que la universidad no es una
isla en medio del océano de incertidumbres sobre la equidad, ya que se deben
atender otros factores como la mejora de la educación preuniversitaria, la
disminución de diferencias sociales y, sobre todo, la mejora de las condiciones
económicas de los ciudadanos.
Sobre lo explicado, Garbanzo
(2007) sostiene que las universidades latinoamericanas enfrentan problemas
graves, dentro de ello, el aislamiento de ciertos sectores sociales segregados
históricamente y, por otro lado, ampliar la cobertura de la educación universitaria
pública. En este sentido, queda en evidencia los puntos de convergencia entre
Garbanzo (2007) y Valencia et al. (2017), con respecto a la necesidad de
garantizar la equidad en la educación superior.
De este modo, Lemaitre (2005)
aporta con sus argumentos, mencionando que la equidad suele ser entendida como
la igualdad de oportunidades, sin embargo, son conceptos diferentes. Por ello,
se menciona que la disponibilidad de recursos económicos y humanos puede
mejorar la igualdad, pero esto no es el único factor de exclusión. Para esto,
la autora propone que la equidad debe ser entendida desde sus dimensiones: (a)
equidad y oportunidades, (b) equidad de acceso, (c) equidad de permanencia, (d)
equidad de resultados.
Entonces, la equidad se vuelve
una demanda social que va más allá de las pretensiones políticas de un gobierno
de turno. La idea es atender a los requerimientos de las masas que puede llevar
años siendo sujetos de discriminación, de exclusión. La igualdad de
oportunidades dentro de un sistema social equitativo permite que las personas
se desarrollen y mejoren su calidad de vida.
Como es el caso de este
trabajo, se hace un análisis en respuesta a las inconsistencias entre la
realidad y la práctica sobre la equidad en la educación superior. A pesar de
que, por un lado, se menciona progresar en justicia social, por otro, se puede
excluir aún más. De mismo modo, una mayor equidad no es dar una atención
particular a los grupos humanos en desigualdad, ya que, en la práctica el
privilegio también es un mecanismo de desigualdad.
Sobre la base de este argumento
y los demás plateados por los autores citados, se evidencia que la equidad es
un concepto complejo y requiere de constante análisis y reflexión para no
aislarlo de otros aspectos propios de la educación superior. Por esta razón, es
preciso mencionar la importancia de realizar este ensayo, con el fin de mostrar
la realidad en equidad de la educación superior de Ecuador y Argentina, y
aportar en el debate latinoamericano sobre este tema.
En definitiva, los diferentes
matices que se describen en este trabajo monográfico son indispensables para
darle valor agregado a la formación e investigación en temas de la educación
superior universitaria, ya que con ello se consiguen desplegar argumentos de
puntualización para lograr una esquematización de los países considerados para
la comparación de manuscrito final.
METODOLOGÍA
En el diseño metodológico se
aplicó el proceso de la educación comparada para la búsqueda de semejanzas y
diferencias de la equidad en el sistema educativo argentino y ecuatoriano,
dando a lugar la determinación de las tendencias en el objeto de estudio. En
este sentido, se trabajó bajo los fundamentos de Rama (2022), Caballero et al.
(2016) y Rojas (2017), sobre lo cual se aplicó las fases comparativas a partir
de la definición del problema, formulación de objetivos, selección de unidades
de análisis a comparar, la descripción de resultados y el análisis comparativo a
través de las conclusiones y su síntesis.
La comparación se estableció
por medio de la revisión de artículos científicos y documentos normativos en
los que se declara cómo se fundamenta la equidad en el sistema universitario de
los países en comparación. A partir de los aspectos y fundamentos obtenidos
mediante la revisión documental de los textos citados, se plantearon las
semejanzas y diferencias, logrando establecer una tendencia para el el análisis
crítico.
Los criterios de comparación se
basaron en cómo se manifiesta la equidad en el sistema universitario, el acceso
y selección de estudiantes de nuevo ingreso y el financiamiento de las
universidades públicas y privadas. En este sentido, se realizó una descripción
particular de Argentina y Ecuador, para luego dar a lugar una comparación
crítica que aborda los aspectos que garantizan la equidad en la educación
superior en cada país.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A continuación, se describen
los resultados de la investigación mediante la reflexión crítica de la equidad
como parte del sistema universitario de Argentina y Ecuador:
La equidad como parte del sistema educativo universitario
argentino
Como primer epígrafe de
desarrollo, se presenta el concepto de equidad desde la realidad del sistema de
educación superior de la Argentina. Con base en esta revisión de argumentos de
textos básicos de referencia, se describe un panorama general del objeto de
estudio en esta primera parte.
El desarrollo del concepto de
equidad en Latinoamérica no es un tema reciente de discusión entre los
diferentes gobiernos y sociedad. En especial, se han generado espacios en lo
que se atiende de manera sostenida la equidad en la educación superior como elemento
para restaurar la exclusión social, la cual es una característica de la
realidad histórica de América Latina.
En este sentido, Fanelli y
Adrogué (2019) hacen un análisis de la equidad en el sistema de educación
superior de la Argentina para explicar, dentro de varios aspectos, las acciones
que se han realizado y se siguen realizando en este país para mantener y fortalecer
la equidad en el acceso, financiamientos, ayudas económicas y graduación de los
estudiantes universitarios argentinos, indistintamente de su condición social,
económica o política.
En los sistemas de educación
superior de América Latina, se ha demostrado el incremento de la matrícula de
estudiantes, ya sea en grado o posgrado (Fanelli & Adrogué, 2019). Bajo
esta premisa la equidad que se ha desarrollado en la década de 2007 hasta 2017
(según el estudio), en especial de la Argentina, suponiendo un interés
particular por los resultados de acceso y graduación, políticas selectivas de
admisión y diversificación institucional.
De hecho, Fanelli y Adrogué
(2019) explican que, en el país, el acceso gratuito y sin restricciones a la
educación pública es un caso particular de la Argentina. Por esta razón, el
debate en torno a la equidad ha puesto un punto de discusión con respecto a la
eliminación de las barreras para que los jóvenes argentinos accedan a programas
de tercer y cuarto nivel.
Por esta razón, las prácticas
de admisión, de gratuidad, de cobro de aranceles y de ayudas económicas han
beneficiado a los jóvenes argentinos con una edad de 25, los cuales según
Fanelli y Adrogué (2019) suelen trabajar y estudiar al mismo tiempo. A pesar de
todos esos progresos mencionados, todavía siguen siendo evidentes las
desigualdades sociales en cuanto al acceso a la educación superior, la
matrícula, la graduación, los apoyos económicos.
Según Ezcurra (2019), informes
de la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos] [Education
at a glance], CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe),
OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
Cultura) todavía muestran una vulneración de las masas en la Argentina. Esto
con relación a las condiciones socioeconómicas de grupos de personas que no
pueden ingresar a la educación superior y tienen que trabajar para sostenerse a
sí mismo y a sus familias.
Con relación a lo mencionado,
Fanelli y Adrogué (2019) comparan a Argentina (24,8% de matrícula de la
educación superior privada) con Chile (84,6% de matrícula de la educación superior
privada) y Uruguay (16,9% de matrícula de la educación superior privada) como
parte del Cono Sur (datos de 2016). Sobre esto, evidencian que el país se
encuentra en el medio en cuanto a la matrícula universitaria privada, siendo
esto un punto de referencia sobre la realidad descrita.
En respuesta a las
desigualdades que se presentan en el sistema de educación superior de la
Argentina, se establecen aspectos importantes en la Ley de Educación Superior,
Ley Nº 24.521. A partir de esto, se reflexiona sobre la atención a la equidad y
el derecho de los jóvenes y adultos argentinos a educarse de forma gratuita y
de libre acceso en programas de grado y posgrado.
Por ello, en el artículo 2 de
esta ley se establece como deber del Estado nacional, las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo siguiente: (a) garantizar la igualdad de
oportunidades, (b) proveer educación superior equitativa, (c) promover
políticas de inclusión, (d) establecer medidas de acceso a personas con
discapacidad, (e) construir mecanismos de articulación entre diferentes
estamentos nacionales como internacionales.
Con miras a que hayan más
oportunidades de acceso y matrícula a la educación, superior, se establece en
el artículo 7 que todos los jóvenes argentinos que aprueben la educación
secundaria puedan ingresar de manera libre e irrestricta a la universidad
(excepto a los mayores de 25 años que tienen requisitos de nivel profesional,
académico y de experiencia para su ingreso).
Si bien se garantiza la equidad
de acceso, se establece como aclaración en la ley que se deben realizar
procesos de nivelación y orientación profesional como vocacional para que se
disminuyan las diferencias entre los estudiantes que ingresan a la educación
superior. Es más, para complementar lo explicado, en el artículo 13 se plantea
el acceso a la educación superior sin ninguna discriminación, obtener becas,
créditos y apoyos económicos. Además, de la puntualización sobre la educación
inclusiva para personas con discapacidad.
Entre los elementos de la
legislación en educación superior de la Argentina previamente descritos, se
articulan otros artículos que se van engranando para garantizar una mayor
equidad en las universidades. Es indispensable que desde la ley se vayan estableciendo
políticas públicas que atenúen las diferencias y desigualdad entre los jóvenes
argentinos que pretenden estudiar una carrera universitaria.
Según Fanelli y Adrogué (2019)
las instituciones de educación superior y las políticas públicas han tenido
cambios a lo largo del tiempo. Esto ha hecho que las estadísticas relacionadas
a este tema sean diferentes en el periodo de 2010 hasta el 2017. De acuerdo a
las autoras, el sistema universitario es bastante heterogéneo en términos de
tamaño y desarrollo, siendo las universidades nacionales las que tienen un 49%
de matrícula de todo el sistema de educación superior público.
En lo que respecta a cifras de
comparación sobre la matrícula en las universidades argentinas, Fanelli y
Adrogué (2019) muestran los datos del 2005 y del 2015, siendo un periodo de 10
años de progreso. Las universidades estatales en el 2005, tuvieron 1.295.989
matriculados, mientras que en el 2015 hubieron 1.490.761 de matriculados. En
cuanto a las universidades privadas en el 2005 hubo 254.117 matriculados, por
otro lado, en el 2015 se incrementó la matrícula a 411.483.
La comparación de la matrícula
en el periodo de estudio, evidencia que la educación pública es la que abarca
la mayor cantidad de estudiantes matriculados. Esto tiene que ver con las
políticas públicas en educación superior que se han venido mencionando en
párrafos anteriores. Sin embargo, se observa que en las universidades privadas
casi se ha duplicado la cantidad de estudiantes matriculados, lo cual muestra
que la educación superior privada ha tenido un mayor crecimiento en la década
de comparación y que la educación superior pública ha mantenido un crecimiento
sostenido pero que no cubre con las posibles demandas de los jóvenes que están
listos para seguir con la universidad (Fanelli & Adrogué, 2019).
En la mayoría de las
instituciones y programas no tienen mecanismos de selección, por lo tanto, no
se suele establecer un número de aspirantes para localizar las vacantes. Esto
también se ve reflejado que en el sistema público no hay un examen de actitud o
de conocimiento para ingresar a la educación, no obstante, se debe tener el
título aprobado de educación secundaria como requisito (Fanelli & Adrogué,
2019).
Lo particular de la Argentina
es un examen no eliminatorio que es obligatorio para todos los estudiantes de
nuevo ingreso. De hecho, según Fanelli y Adrogué (2019) los estudiantes de
primer año de universidad son los que tienen mayor índice de abandono. Por
ello, desde la política pública inscrita en la ley de educación superior se
promueven programas de acercamiento de los estudiantes de secundaria a la
universidad, para que estos conozcan la vida universitaria.
En cuanto al financiamiento de
las universidades y los institutos terciarios no universitarios, Fanelli y
Adrogué (2019) mencionan que los estudiantes no pagan ningún tipo de arancel en
la educación pública. En el año 2015, se destinaba el 1% del PIB a la educación
superior. Esto incluye programas de becas para estudiantes que provienen de
hogares de bajos ingresos económicos.
Desde 1996 se creó un programa
de becas para estudiantes que seguían carreras de medicina, ciencias humanas y
sociales. Según Fanelli y Adrogué (2019) en el 2017, unos 270 mil estudiantes
recibieron algún tipo de becas. De forma particular, las autoras explican que
desde el 2014 se creó un programa denominado Progresar, para brindar becas a
estudiantes entre 18 y 30 años que deseen culminar algún nivel educativo.
Para el caso de las
universidades privadas, se instaura que no existe ningún tipo de ayuda
económica, por lo tanto, hay un arancel establecido por el pago de los estudios
superiores en cada estudiante. Sin embargo, existe un programa de incentivos
para la formación de docentes de instituciones terciarias no universitarias (en
el 2016, recibieron por parte del Estado, 0,21% del PIB) (Fanelli &
Adrogué, 2019).
En Argentina, según
Fanelli y Adrogué (2019) la diferenciación institucional no está tan claramente
marcada como estratificación social, excepto en la división entre el
sector universitario y el terciario no universitario, por el supuesto de
homogeneidad del sector universitario. No obstante, existe también
una percepción social, sostenida por el prestigio del cual gozan las
universidades públicas más grandes y antiguas del país, de cierta
diferencia de estatus presente entre ellas.
En este caso particular de la
realidad sobre la equidad en Argentina, queda todavía un espacio de discusión
sobre esa diferenciación de las universidades públicas, entre las más
prestigiosas y menos prestigiosas. Esto va más allá de lo grande o pequeña de
la universidad o del lugar en el que se encuentre del país, la idea es que se
cubran de forma homogénea las necesidades de formación profesional de calidad
para los universitarios de todo el sistema de educación superior. En este
sentido, más allá del prestigio entre universidades el beneficiario es el
estudiante, el cual se educa para desarrollar competencias profesionales para
aportar luego con la sociedad argentina.
En tanto, para Fanelli y
Adrogué (2019) la universidad en la Argentina, es a su vez, claramente masiva
por su tamaño y presencia de grandes masas de estudiantes matriculados, esto
sostiene al imaginario social de la movilidad social ascendente para todos los
que desean acceder a ella. Sin embargo, este imaginario social en parte se
diluye ante los altos niveles de abandono en los primeros años que ocurre en
las universidades argentinas.
En definitiva, sobre este
último punto todavía hay más temas por tratar, ya que se garantiza el ingreso
gratuito a la educación superior pública en la Argentina y todos esos esfuerzos
sociales y económicos se ven diluidos por el abandono de las carreras. Esto
implica grandes gastos para el estado y cada vez que un estudiante reprueba o
se retira de las carreras universitarias provoca una pérdida económica que no
puede ser percibida, pero que en grandes cantidades de personas puede ser un
punto crítico para la economía del país.
La equidad como parte del sistema educativo universitario
ecuatoriano
Como segundo epígrafe de
desarrollo, se presenta el concepto de equidad desde la realidad del sistema de
educación superior del Ecuador. Con base en esta revisión de argumentos de
textos básicos de referencia, se describe un panorama general del objeto de
estudio en esta segunda parte.
Históricamente la educación
superior ecuatoriana estuvo enfocada a segmentos selectos de la población y con
el tiempo ha evolucionado pasando por varias renovaciones y si estas
renovaciones fueron positivas o negativas no es parte del análisis en esta
monografía, sino que tomaremos elementos necesarios para comprender la equidad
como parte del sistema educativo universitario ecuatoriano. Sin embargo, la
educación de ser elitista y enfocada en personas de un nivel socioeconómico alto
en la actualidad la tendencia gira en torno a la masividad declarada un derecho
humano y un bien público al alcance de todos los ecuatorianos (Ayala, 2015).
Un propósito antiguo siempre ha
sido reducir las desigualdades. poniendo en discusión el discurso de la equidad
en el acceso a la educación superior. Esta transición ha tomado varias
iniciativas para superar las inequidades que históricamente tiene el sistema de
educación ecuatoriano. En este contexto surge el concepto de equidad en
educación superior que al ser un concepto complejo se puede enmarcar con varias
dimensiones entre las que se encuentran: el acceso, la permanencia, los
resultados y las oportunidades de estudio (Lemaitre, 2005; Ayala, 2015; Moreno,
2015).
Si nos referimos al acceso
este contempla la cobertura de la educación superior, mientras que la
permanencia es una revisión de indicadores internos para monitorear desde que
el alumno ingresa y se mantiene a lo largo de la carrera y evaluar posibles
factores de la no permanencia. Los resultados se encuentran relacionados con el
nivel socioeconómico, que puede adquirir un estudiante luego de salir de la
universidad, por último, las oportunidades de estudio se refieren a las
carreras que se ofrece dentro del sistema de educación superior (Lemaitre,
2005; Ayala, 2015; Moreno, 2015).
En Ecuador el concepto de
equidad representa permitir el acceso a educarse sin que influyan factores
sociales o personales como etnia, edad, condición económica, geográfica, o
sexo, esta cuestionada equidad conlleva también la igualdad de oportunidades
que representa que los estudiantes puedan acceder a la misma calidad de
educación dentro del sistema. En Ecuador se plantea la dicotomía entre la
calidad y equidad este debate se vierte desde las políticas planteadas que
buscan cambios en beneficio de los más necesitados para promover la
transformación de la sociedad. En Ecuador la educación ha sufrido cambios
acompañada de modificaciones en el marco legal y por supuesto de la expansión
de la educación privada debido al escaso control de universidades que buscan la
mercantilización de la educación superior (Cabrera et al., 2017).
La equidad representa dar a
cada segmento de población lo que necesita en ese contexto para lograr igualdad
se deben distribuir los recursos de manera que favorezca a los segmentos de
población más necesitados, esta equidad implica que el gobierno estudie y
enfoque políticas públicas con el objetivo de redistribuir recursos hacia esos
segmentos de población. Para evaluar si las políticas públicas son equitativas
se requiere de varias dimensiones entre las que se encuentran: horizontalidad,
accesibilidad y disponibilidad, la horizontalidad se refiere a características
de calidad y prestigio, la accesibilidad contempla si los cupos que tiene la
institución realmente se encuentran al alcance de la población.
En cuanto a la disponibilidad
se refiere a la cantidad de cupos, si analizamos el sistema ecuatoriano en la
actualidad uno de los problemas más grandes que tiene precisamente es la
cantidad de cupos, ya que el sistema de educación superior público no logra
cubrir la demanda de la cantidad de estudiantes que egresan de la secundaria y
muchos estudiantes al no lograr un cupo y no poder pagar los costos de una
universidad privada ecuatoriana se ven obligados a migrar a otros países con
mejores condiciones de acceso y costos como es el caso de Argentina (Zúñiga et
al., 2016).
La educación superior
considerada un bien público y un derecho humano en Ecuador está garantizada en
la constitución del país, si revisamos los artículos 26, 27 y 28 tendremos el
marco que permite reconocer el sistema de educación que se garantiza en el país.
En este contexto el artículo Nro. 26 de la Constitución de la República del
Ecuador refiere lo siguiente:
La
educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber
ineludible e inexcusable del Estado. Constituye un área prioritaria de la
política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión
social y condición indispensable para el buen vivir. Las personas, las familias
y la sociedad tienen el derecho y la responsabilidad de participar en el
proceso educativo. (p.17)
En el mencionado artículo
demuestra que el Ecuador garantizará la educación porque es un área primordial
para el desarrollo de la sociedad, el artículo 26 es complementado por el
artículo Nro. 27 de la Constitución de la República del Ecuador que se refiere
a:
La
educación se centrará en el ser humano y garantizará su desarrollo holístico,
en el marco del respeto a los derechos humanos, al medio ambiente sustentable y
a la democracia; será participativa, obligatoria, intercultural, democrática,
incluyente y diversa, de calidad y calidez; impulsará la equidad de género, la
justicia, la solidaridad y la paz; estimulará el sentido crítico, el arte y la
cultura física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de
competencias y capacidades para crear y trabajar. La educación es indispensable
para el conocimiento, el ejercicio de los derechos y la construcción de un país
soberano, y constituye un eje estratégico para el desarrollo nacional. (p.17)
El artículo 27 de la
constitución del Ecuador concuerda y se relaciona con los artículos 4,5, y 6 de
la Ley Orgánica de Educación Superior, esta base normativa permite
contextualizar y afianzar la equidad en el sistema educativo reafirmando que la
formación es base para la construcción de la sociedad, los artículos Nro. 26 y
27 se complementan con el artículo Nro. 28 de la Constitución de la República
del Ecuador y se relaciona con los artículos 2,5,8,11,80 de la Ley Orgánica de
Educación Superior y cierra la contextualización del sistema educativo
declarando que la educación no responderá a la mercantilización y la educación
pública será laica, universal y gratuita hasta el tercer nivel de educación
superior.
Por último, en el reglamento de
régimen académico Consejo Educación Superior en su artículo Nro. 3 se declara
que se debe desarrollar la educación superior bajo la perspectiva del bien
público reduciendo las inequidades garantizando la democratización del
conocimiento. Al leer los artículos relacionados con la Educación de la
Constitución de la República del Ecuador, Ley Orgánica de Educación Superior y
del Reglamento de Régimen Académico permiten construir la imagen de un sistema
ideal, sin embargo, esta construcción de un sistema de educación que respete la
equidad es un objetivo de mucho mérito y que pocos logran con éxito, que no
sólo requiere de un marco normativo, sino que demanda de política pública que contribuya
en la práctica a la equidad en el ingreso y permanencia produciendo el impacto
o resultado que requiere y exige la sociedad ecuatoriana (Constitución política
del Ecuador,[Const.]2008, Ley Orgánica de Educación Superior [LOES], 2010;
Reglamento de Régimen Académico Consejo de Educación Superior, 2017).
El decremento de las
inequidades de los estudiantes al acceder a la educación superior es
precisamente una preocupación de todos los sistemas universitarios de América
Latina, y la gratuidad en Ecuador ha sido una importante conquista, pero
inicialmente no se aplicaba a cabalidad y los estudiantes pagaban matricula y
aranceles para con el tiempo aplicar arancel cero en el tercer nivel, el
postgrado en Ecuador en todas las universidades es autofinanciado y se
convierte en una importante fuente de ingresos para las universidades del
sistema de educación superior (Lemaitre, 2005; Ayala, 2015).
La matrícula a nivel de
educación superior en Ecuador se ha incrementado desde el 2007 al 2011 y si
bien este incremento se debe a la eliminación de las barreras de acceso
mediante la gratuidad, promoviendo becas, créditos educativos y otras acciones
afirmativas a favor de personas con discapacidad, raza o etnia, migrantes y
género, luego decae la matrícula por las decisiones de inversión en los más
talentosos cambiando a un acceso a la educación superior mediante un examen que
afecta negativamente la matricula(Ponce y Carrasco, 2016; Merchán et al.,
2021).
El problema radica en que el
gobierno de turno implementó reformas para investir en los más talentosos
segmentando a los estudiantes ecuatorianos en estudiantes de élite y los de
segunda o poco aventajados dejando un mensaje claro basado en la meritocracia
que deja de lado la equidad e igualdad. En este contexto y fruto de las
políticas públicas tomadas en el 2012 la matricula sufre una baja de 10 puntos
(Cabrera et al., 2017).
La primera vez que se introdujo
el examen en los bachilleres como modalidad de acceso a la educación superior
las cifras demostraron que la disparidad en la educación secundaria del Ecuador
era muy amplia y las brechas se amplían conjugadas con las condiciones sociales
donde el menor rendimiento se encuentra en los colegios públicos demostrando
una vez más que la aplicación de las pruebas de ingreso generan restricciones
de acceso a la universidad resaltando negativamente que no es la mejor
estrategia que garantice la igualdad y equidad de ingreso al sistema de
educación superior (Herdoiza, 2015; Merchán et al., 2021).
Todas las acciones afirmativas
tomadas por el sistema de educación superior ecuatoriano disminuyen las
inequidades, pero hoy más que nunca persiste la insatisfacción entre los
estudiantes que ingresan y los que no tienen acceso a la educación superior debido
a que no logran obtener el puntaje necesario para acceder al sistema de
educación superior, y los estudiantes que ingresan se frustran porque no
obtienen el puntaje necesario para ingresar a carreras de alta demanda como
medicina, enfermería, odontología, derecho , ingeniería civil, arquitectura,
entre otras que exigen puntajes altos para el ingreso, generando un incremento
en los índices de abandono de carrera (Herdoiza, 2015; Merchán et al., 2021).
La calidad educativa a nivel
secundario no es la misma en las distintas provincias del Ecuador el área
urbana y de ciudades grandes como Quito, Guayaquil y Cuenca serán las más
beneficiadas en el acceso de estudiantes al sistema de educación superior. Permitir
que sólo ingresen estudiantes con los mejores puntajes al sistema de educación
superior ecuatoriano no es la mejor estrategia de equidad y permite reflexionar
sobre qué pasa con el futuro de aquellos que no tienen acceso al tercer nivel.
(Ayala, 2015; Herdoiza, 2015; Merchán et al., 2021).
Un factor que afecta
negativamente el acceso al sistema de educación ecuatoriano público son los
cupos que, en la actualidad no logran satisfacer a la cantidad de estudiantes
de secundaria a nivel nacional, Con este antecedente es importante considerar que
mediante el mecanismo de mérito no se promueve equidad e igualdad peor aún la
libre elección de una carrera por lo que muchos consideran este efecto como un
fracaso para la sociedad ecuatoriana(Ayala, 2015; Herdoiza, 2015; Merchán et
al., 2021).
En este contexto, es
conveniente que las autoridades tomen cartas en este tema y analicen
alternativas de política pública que contribuyan a redistribuir los recursos
hacia aquellos segmentos de población objetivo. Una sola estrategia no va
permitir solucionar los problemas de acceso, equidad, igualad y calidad en la
educación superior. pero es importante que se fomente el estudio e
implementación de varias políticas públicas de permitan un acceso más
equilibrado y equitativo de los estudiantes de secundaria hacia el sistema de
educación superior del Ecuador.
Como se ha descrito en
epígrafes anteriores Ecuador al igual que todos los países del mundo tienen
preocupación por la equidad de acceso a la educación superior, esta
preocupación debe traducirse en el caso ecuatoriano en incrementar los cupos
del sistema de educación superior lo que implicaría una mayor inversión del
presupuesto general del estado en educación superior, otro desafío de la mano
de presupuesto reside en como cubrir ese aumento de demanda en condiciones de
equidad e igualdad, pues el sistema se encuentra en crisis sin poder atender la
cantidad de estudiantes que reclaman acceso a la carrera que desean y mejores
condiciones que no se basen en meritocracia cuyo resultado les permitan salir
del círculo de la pobreza (Cabrera et al., 2017; Zúñiga et al., 2016).
Otro factor importante a
considerar es la disparidad en la calidad de la secundaria, son evidentes los
resultados más bajos que tienen los bachilleres fruto del sistema público
frente al sistema privado, el gobierno ecuatoriano debe tomar decisiones sobre
el tema y reducir las diferencias entre la calidad educativa de la secundaria
ecuatoriana (Zúñiga et al., 2016; Cabrera et al., 2017).
Si bien es cierto que la
educación es considerada una herramienta para el desarrollo de la sociedad, en
Ecuador no se permite un acceso en condiciones de equidad, igualdad y calidad
en el sistema. Las pruebas demuestran que los estudiantes que no obtuvieron los
puntajes para ingresar a la carrera deseada repitieron varias veces esta, lo
que les obligó a perder tiempo, cambiarse de ciudad, y en otros casos
demuestran que tienen que seleccionar una carrera distinta a la que desean con
el riesgo inminente de la deserción, incluso el gobierno no es consciente de
las limitaciones económicas familiares que implica cambiarse de ciudad, y otra
vez aumentan las posibilidades de deserción con la consecuente pérdida de un
estudiante y un pobre resultado de impacto sumado a la pérdida de la inversión
del estado (Merchán et al. 2021).
El reto del sistema ecuatoriano que actualmente favorece las
inequidades debe traducirse en tomar en cuenta todas las consecuencias que se
tienen como producto de las políticas públicas para reducir el índice de
deserción aumentando las oportunidades de ingreso y por ende sea traducido en
un mayor impacto en la sociedad. La equidad integra igualdad, para garantizar
la verdadera justicia Ecuador debe fortalecer un proyecto educativo que permita
la formación de profesionales con equidad, igualdad, y calidad.
CONCLUSIONES
El concepto de equidad tiene
diferentes perspectivas y unidades de análisis, por ello, se requiere de un
constante debate social, político, económico y educativo. Este concepto es
elemental para el desarrollo de las personas, sobre todo, porque en la
educación se pueden llegar a notar las diferencias que existen entre los
estudiantes, además, de que no todos pueden seguir una carrera por sus
condiciones sociales, políticas, económicas, entre otras.
La restauración y el acceso es
importante cuando se habla de equidad, ya que aún persisten grupos sociales que
son sujetos de exclusión histórica. Estas personas vulnerables son las que
tienen mayor problema para ingresar, mantener una carrera y luego terminarla.
Por este motivo, se crean acciones legales, políticas públicas, programas,
financiamientos, asistencia social, entre otros aspectos para garantizar una
educación universal. Ahora, en el caso de la universidad, debe ser masiva,
equitativa, inclusiva y justa; todo esto, dentro del marco de la equidad ante
las diferencias sociales.
En el caso de la Argentina, el
concepto de equidad en el sistema educativo universitario ha tenido grandes
transformaciones a lo largo de la historia. De allí que, en la actualidad se
han incrementado las acciones para mantener y fortalecer la equidad de
matrícula, asistencia y graduación de los estudiantes. Por este motivo, se
puede decir que la educación pública argentina tiende a ser masiva para que más
estudiantes sigan una carrera, sin embargo, todavía quedan rezagos sociales que
impiden obtener lo propuesto por los gobiernos de turno y la sociedad
argentina.
La legislación de educación
superior en la Argentina consagra los aspectos fundamentales sobre la equidad,
para esto, existen varios artículos como literales que garantizan la gratuidad,
el libre acceso, el financiamiento, el apoyo social, entre otros. Esto es
relevante para atender las necesidades de los grupos vulnerables, que son los
que menos posibilidades tienen de comenzar y finalizar una carrera
universitaria.
Los desafíos sobre la equidad
de acceso a la educación superior en Argentina siguen siendo grandes aspectos a
tratar. Sobre todo, por la inversión que requieren aún más las universidades
públicas, que son las que abarcan la mayor cantidad de estudiantes matriculados.
En especial a los estudiantes del primer año de carrera que es el más crítico para
los universitarios, lo que implica altas cantidades de deserción. De este modo,
el gasto que generan las pérdidas y retiros de la universidad, al final afectan
a todo el sistema educativo de educación superior.
Pasando a la realidad del
Ecuador, la universalización en la educación secundaria no se ve reflejada en
la equidad del acceso al sistema de educación superior, existe una brecha entre
la educación secundaria pública y privada que debe ser atendida con el fin de
que los estudiantes reciban la misma calidad educativa independientemente del
colegio que provengan.
El examen de ingreso no puede
ser la única estrategia para acceder a la educación superior por que limita las
oportunidades de los segmentos de población desfavorecidos que provienen de
colegios del sector público y de sectores rurales. La gratuidad en la educación
superior en Ecuador como política pública no contribuye a la igualdad y equidad
por los limitados cupos de ingreso al sistema de educación superior público, pues
refuerza la meritocracia dejando de lado las acciones afirmativas.
La propuesta de política
pública en Ecuador debe permitir el acceso de los segmentos de población más
necesitados que les permita finalizar los estudios y obtener un título, para
conseguirlo sin duda se requiere una redistribución equitativa de recursos. Las
estrategias o políticas públicas por sí solas no podrán contribuir a solucionar
la problemática de la educación superior, sino que se requiere de mayor
inversión y recursos por parte del estado, además de políticas integrales que
tomen en cuenta todas las brechas de la educación superior y secundaria.
Si bien en Ecuador existen
problemas a nivel de educación superior, se encuentra lejos de tener un sistema
educativo que contemple la justicia basada en la equidad, igualdad y calidad,
por lo que se requiere que las autoridades propongan estrategias integrales que
mejoren las oportunidades de la población con el objetivo de contribuir a la
sociedad ecuatoriana de manera integral.
Con relación a las dos realidades
previamente descritas, en el Ecuador y la Argentina se han hechos grandes
esfuerzos en la educación superior para garantizar la equidad. Sin embargo, han
tomado caminos diferentes por las características y complejidades de cada
sociedad. Sobre todo, en cuanto a la educación pública, lo que no representa
una gran diferencia con respecto a la educación privada. Es decir, las
universidades públicas no pueden satisfacer las necesidades de matrícula de los
estudiantes, provocando que pocos puedan estudiar una carrera universitaria, ya
que no tienen el ingreso suficiente para invertir en la educación privada.
Si bien en la Argentina, el
acceso a la educación superior pública no requiere de un examen de ingreso, en
el Ecuador es diferente, ya que cada año se han aplicado exámenes de ingresos
nacionales para la educación superior. Esto ha provocado que los estudiantes
que no aprueben o logren el puntaje deseado no ingresen al sistema educativo
superior. Por otro lado, las diferencias muy marcadas entre provincias e
instituciones de educación secundaria públicas y privadas dejan en evidencia
las brechas de calidad de educación entre ellas.
A pesar de que se garantice la
universalización de la educación en los dos países, la falta de recursos e
inversión presupuestaria en las universidades públicas del Ecuador conlleva a que
no se mantengan adecuados procesos de equidad en el ingreso reduciéndose a la
meritocracia, sin embargo, se financia a varias universidades privadas
(cofinanciadas) para becas y descuentos a estudiantes, de acuerdo a sus
condiciones sociales y económicas. Estas acciones son insuficientes versus la
demanda de estudiantes que quieren ingresar al sistema de la educación
superior.
De este modo, los puntos de
convergencia entre la educación superior argentina y ecuatoriana demuestran que
a nivel legislativo se mantienen características similares en cuanto a promover
la equidad. La diferencia radica en las acciones que se realizan, ya que se
requiere de una mayor cantidad de cupos e inversión en las universidades
públicas del Ecuador para que sea un panorama similar de acceso como el de la
Argentina.
Es así que, la equidad sigue
siendo un punto de debate para estos dos países. Si bien, se tienen
diferencias, la universidad latinoamericana históricamente ha requerido de
acciones afirmativas y política pública adecuada. Del mismo modo, los desafíos
para cada uno de los países son variados, pero se orientan hacia una mayor
justicia social y equidad en la educación superior. El objetivo de la equidad
es darle la oportunidad al segmento de población que más lo necesita para que
obtengan un título y puedan mejorar su calidad de vida, lo que produce impacto
y resultados en el desarrollo del país.
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