DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i1.9767

Prevención del Embarazo Adolescente y Construcción de Masculinidades Positivas

 

Mg. Letty Soraida Quimi Cobos[1]

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-8577-5205

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

 

E/E Angie Melissa Pico Manzaba

[email protected]

https://orcid.org/0009-0005-2441-9820

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

E/E Erika Melisa Pandam Uyungara

[email protected]

https://orcid.org/0009-0008-0038-1882

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

 

E/E Emili Angie Pico Pin

[email protected]

https://orcid.org/0009-0009-2965-8635

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

E/E Jhonny Jesus Parrales Pinargote

[email protected]

https://orcid.org/0009-0006-8200-9691

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

 

E/E Jessica Paulina Paucar Malataxi

[email protected]

https://orcid.org/0009-0005-2526-6133

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

E/E Nathali Silvana Pincay Cordova

[email protected]

https://orcid.org/0009-0001-8714-7384

Universidad Estatal Del Sur de Manabí

Ecuador

 

 

 

RESUMEN

El embarazo adolescente es un fenómeno global que plantea importantes desafíos para la salud y el bienestar de los jóvenes y sus comunidades. Se define como el embarazo ocurrido en adolescentes entre las edades de 10 y 19 años. Se estima que cada año se producen millones de embarazos en adolescentes en todo el mundo, lo que representa un problema de salud pública de gran magnitud. El embarazo en la adolescencia conlleva una serie de riesgos tanto para la madre como para el hijo/a. Las jóvenes embarazadas enfrentan un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, así como de experimentar problemas de salud a largo plazo. Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo examinar la evidencia existente sobre estrategias de prevención del embarazo adolescente y su relación con la construcción de masculinidades positivas, a través de una exhaustiva búsqueda en bases de datos científicas, como PubMed y Google Scholar, Scielo entre otras. Los estudios revisados demostraron que las intervenciones basadas en estas estrategias tuvieron un impacto positivo en la reducción de los índices de embarazo adolescente y en la promoción de actitudes y comportamientos saludables en los hombres jóvenes. En conclusión, la prevención del embarazo adolescente y la construcción de masculinidades positivas están estrechamente relacionadas y requieren enfoques integrales respaldados por evidencia científica, los programas de intervención que promueven la educación sexual integral, enfoques de género transformador y participación activa de los hombres jóvenes en la toma de decisiones sobre su salud reproductiva han demostrado ser efectivos.

 

Palabras clave: embarazo a temprana edad, programa de prevención, educación sexual integral

Preventing Teenage Pregnancy and Building Positive Masculinities

ABSTRACT

Teenage pregnancy is a global phenomenon that poses significant challenges to the health and well-being of young people and their communities. It is defined as pregnancy that occurs in adolescents between the ages of 10 and 19 years. It is estimated that millions of teenage pregnancies occur every year around the world, which represents a major public health problem. Pregnancy in adolescence entails a series of risks for both the mother and the child. Pregnant young women face a higher risk of complications during pregnancy and childbirth, as well as experiencing long-term health problems. This bibliographic review aims to examine the existing evidence on adolescent pregnancy prevention strategies and their relationship with the construction of positive masculinities, through an exhaustive search in scientific databases, such as PubMed and Google Scholar, Scielo among others. The studies reviewed demonstrated that interventions based on these strategies had a positive impact on reducing rates of teenage pregnancy and promoting healthy attitudes and behaviors in young men. In conclusion, the prevention of teenage pregnancy and the construction of positive masculinities are closely related and require comprehensive approaches supported by scientific evidence, intervention programs that promote comprehensive sexual education, transformative gender approaches and active participation of young men in decision-making about their reproductive health have been shown to be effective.

 

Keywords: early pregnancy, prevention program, comprehensive sexual education

 

Artículo recibido 27 diciembre 2023

Aceptado para publicación: 31 enero 2024

 


 

INTRODUCCIÓN

La prevención del embarazo adolescente y la construcción de masculinidades positivas son dos áreas fundamentales que requieren atención y acción en la sociedad actual, el embarazo en la adolescencia plantea desafíos significativos tanto para los jóvenes como para la sociedad en general, mientras que la construcción de masculinidades positivas busca desafiar los estereotipos de género y promover relaciones equitativas y respetuosas. Al abordar estos temas de manera integral, podemos sentar las bases para un futuro más saludable y equitativo para los jóvenes. Sin dejar de lado que, el embarazo en la adolescencia es un fenómeno complejo que afecta a millones de jóvenes en todo el mundo. Los embarazos no planificados a una edad temprana pueden tener consecuencias negativas en la vida de los adolescentes, tanto en términos de su desarrollo personal como de sus oportunidades futuras.

Las jóvenes embarazadas a menudo enfrentan dificultades emocionales, sociales y económicas, y pueden experimentar obstáculos para continuar su educación y perseguir sus metas, además, los hijos nacidos de embarazos adolescentes tienen un mayor riesgo de enfrentar desventajas y dificultades en su propio desarrollo. Por otro lado, la construcción de masculinidades positivas es esencial para abordar las desigualdades de género y promover relaciones saludables y respetuosas, las normas y estereotipos de género tradicionales han impuesto expectativas restrictivas y dañinas sobre cómo deben ser y actuar los hombres, esta busca desafiar estos estereotipos y promover una comprensión más amplia y equitativa de la masculinidad.

Al abordar tanto la prevención del embarazo adolescente como la construcción de masculinidades positivas, se pueden lograr avances significativos en la promoción de relaciones saludables y equitativas entre los jóvenes, lo que implica brindar educación integral de la sexualidad que aborde tanto los aspectos biológicos como los emocionales y sociales de la sexualidad, fomentar la participación activa de los hombres jóvenes en la toma de decisiones responsables y el cuidado de su propia salud sexual y reproductiva (1).

En este contexto, desde el Proyecto de Vinculación con la Sociedad “Estrategia educativa para la prevención de embarazo adolescente y la construcción de masculinidades positivas” impulsado desde la Universidad Estatal del Sur de Manabí en apoyo con el MSP - Distrito de Salud 13D03 y la ONG Plan Internacional, se busca fortalecer la estrategia educativa y la construcción de masculinidades positivas, mediante acciones de promoción de la salud y prevención de embarazos adolescentes en la zona Sur de Manabí, para de esta manera contribuir en la modificación de los patrones culturales y por ende la disminución de la incidencia y prevalencia de embarazo en la adolescencia.

DESARROLLO

Embarazo adolescente

La etapa de la adolescencia es un período de rápido desarrollo en el que obtienen nuevas capacidades y se enfrentan a nuevas experiencias. Cabe destacar que, en muchos de los países latinoamericanos, se encuentra un alto porcentaje de jóvenes que tienen relaciones sexuales a temprana edad, aunque esta es una práctica para la que no están del todo preparados. Son múltiples los efectos negativos del embarazo en la adolescencia sobre la vida de las niñas y jóvenes embarazadas, sus familias y comunidades, resaltando que, el embarazo a temprana edad tiene consecuencias biológicas para la madre y para el niño (2). Estas consecuencias se desencadenan como riesgos generados por las condiciones de salud previas al embarazo (malnutrición, bajo peso y talla, necesidades básicas insatisfechas en el control prenatal) y las condiciones socioeconómicas de las adolescentes (pobreza, bajo logro escolar, necesidades básicas insatisfechas).

Anudado a esto, las adolescentes y jóvenes en embarazo tienen mayor riesgo de desertar del sistema educativo, volver a quedar en embarazo y por tanto menor posibilidad de acceder a trabajos dignos, bien remunerados, lo cual constituye las llamadas “trampas de la pobreza”. Este análisis de la relación entre embarazo en la adolescencia y pobreza, amerita considerar que en edades tempranas, la maternidad y la paternidad obstaculizan su escolaridad, lo que disminuye la oportunidad de acceder a empleos calificados, y representa barreras para la construcción de proyectos de vida distintos a la maternidad como única vía para el desarrollo de la mujer; en los dos sentidos, el embarazo en la adolescencia perpetúa la reproducción intergeneracional de la pobreza.

El embarazo adolescente o embarazo precoz se da cuando el cuerpo ni la mente están preparados para ello: entre el inicio de la adolescencia o pubertad (comienzo de la edad fértil) y el fin de la adolescencia.

Causas

§  Características del hogar

§  El ingreso económico de los padres

§  Niveles de educación

§  Condición de pobreza en el hogar

§  Acceso a una educación sexual integral

§  Garantía del ejercicio de sus derechos

§  Violencia física, psicológica o sexual

§  Matrimonios o uniones forzadas.

 Consecuencias: El embrazo adolescente tiene un impacto negativo tanto para la madre como para el recién nacido como:

§  Malnutrición

§  Partos prematuros

§  Niños con problemas de desarrollo

§  Malformaciones congénitas 28

§  50% de probabilidad de perder la vida durante las primeras semanas.

Las madres adolescentes están expuestas:

§  Falta de atención medica por desconocimiento o por falta de acceso.

§  Riesgo de padecer distintas enfermedades ginecológicas como pre eclampsia o eclampsia.

§  Alto índice de mortalidad

§  Complicaciones como consecuencia de abortos clandestinos.

§  Enfermedades de transmisión sexual.

Prevención

§  Talleres de capacitación sobre salud y derechos sexuales y reproductivos con enfoque de género, protección e interculturalidad.

§  Fortalecer los servicios diferenciados de salud integral en los adolescentes

§  Proveer de manera gratuita métodos anticonceptivos

§  Prevenir embarazos consecutivos en adolescentes anteriormente embarazadas.

§  Promover la educación sexual en las instituciones educativas.

§  Actividades de educación y entretenimiento en instituciones educativas y en la comunidad.


 

Factores determinantes en el embarazo adolescente

Las adolescentes que viven en contextos vulnerables, con menor conocimiento de los impactos del matrimonio infantil, que son cinco o más años menores que sus parejas, o provienen de zona rural, tienen más probabilidad de contraer matrimonio antes de los 18 años, por lo que, algunas niñas y adolescentes que optan por casarse, se refugian en el matrimonio como forma de satisfacer su necesidad de libertad, escapar de la pobreza y de sus familias cuando hay violencia o su vida es difícil. Para algunas, sin embargo, el matrimonio a temprana edad incide en que no alcancen sus objetivos académicos y tengan problemas económicos.

Gráfico 1. Línea de vida: abandono escolar/convivencia/embarazo

Fuente:  Elaboración propia en base a la revisión bibliográfica realizada

Uno de los factores de riesgo del embarazo adolescente son los individuales: menarquía precoz, bajo nivel de aspiraciones académicas, impulsividad, creencias y tabúes que condenan la regulación de la fecundidad y la poca habilidad de planificación familiar. Por otro lado, entre los factores de riesgo familiares para los embarazos adolescentes se encuentran: familias disfuncionales, antecedentes de madre o hermana embarazada a temprana edad, pérdida de figuras significativas y baja escolaridad de los padres (3). Otro factor que está inmerso en el fenómeno del embarazo adolescente es la violencia sexual; este es quizás un problema al que poco se atiende, aludiendo al silencio e impunidad.

Determinantes Sociales de la Salud relacionados con el Embarazo Adolescente

Existen determinantes sociales de salud explican cómo la interacción entre los distintos niveles de condición en la que nace el individuo, constituye desigualdades sociales que hay en la salud, a cada persona le rodean diversos factores de riesgo que van desde los más elementales como la edad, el sexo, factores genéticos, hasta los más complejos como el estilo de vida, educación y condiciones socio-económicas (4). En este sentido, el abordaje del embarazo adolescente empieza a ser concebido como un problema de salud pública, el cual trae consigo diversos factores tales como biológicos, en el cual se da un comienzo de las relaciones sexuales, esto ocurre porque aún no existe la madurez emocional necesaria para implementar una adecuada prevención, es decir, persiste en la adolescente una falta de información y educación concreta y oportuna con relación al ejercicio de la sexualidad y la vida reproductiva desde los primeros años de la niñez, por lo que son los determinantes sociales que influyen en el inicio temprano de su vida sexual.

Otro de los factores es el familiar, en el que los miembros del núcleo familiar juegan un rol importante para que se dé el embarazo a temprana edad, este factor se transmite de padres a hijos, donde existe una gran probabilidad de que las hijas de madres adolescentes tiendan a repetir este mismo patrón, esto se puede ver identificado en un hogar donde la adolescente se sienta amenazada por la violencia constante y abuso o por alguna situación en la que entre en controversia su sistema de valores y el de sus padres (5). Esto último es importante resaltarlo, debido a que en ocasiones prevalece en las familias la censura hacia algunos temas, hasta el punto de llegar a la prohibición de relaciones sexuales, por lo que existe entre los hijos e hijas una dificultad en la comunicación hacia los padres, lo anterior, ha sido una barrera para que se dé un cambio en la cultura de la educación sexual, donde es fundamental que se aborde no sólo lo biológico, sino también lo socio-emocional, las cuestiones psicológicas y cognitivas, los derechos al respecto y las responsabilidades individuales y compartidas del ejercicio de la sexualidad.

Por su parte, en el determinante socio económico, uno de los factores que más prevalece en las adolescentes con embarazo a temprana edad es que en algunos casos su calidad de vida no se encuentra en un nivel óptimo, ya que no cuentan con ingreso económico suficiente para sostener sus gastos diarios, esto a su vez trae consecuencias negativas en sus proyectos de vida al abandonar la escolaridad para dedicarse a cuidado del hijo/a (6). En este factor también es importante señalar que la educación tiene mucho grado de relación con la maternidad deseada, esto se explica porque los altos porcentajes de pobreza, miseria y vulnerabilidad social impiden el acceso a la educación, lo que termina desencadenando la deserción en la escuela y el embarazo como una opción para salir de la pobreza.

Lo anterior, guarda relación con el factor sociocultural debido a que prevalece la falta de oportunidades y de realización personal, esto se debe porque es muy usual que la sociedad realice señalamientos y en muchas ocasiones hasta ser excluida de diversos escenarios y del proyecto de vida que pudiese tener. Por tanto, es importante el trabajo acerca de las concepciones sobre cómo instruir su proyecto de Consecuencias del Embarazo Adolescente Consecuencias Físicas

El embarazo puede traer consecuencias devastadoras para la salud de las adolescentes, físicamente no están preparadas para procrear, pues aún su organismo no se encuentra bien desarrollado para el proceso de gestación. Esto provoca un riesgo de padecer preeclampsia, placenta previa, parto prematuro, anemia grave, y rotura prematura de aguas (7). Sumado a esto, el bebé se expone al riesgo de muerte intrauterina, bajo peso al nacer, tendencia a presentar enfermedades cardíacas y problemas funcionales, y crecimiento intrauterino retardado, es muy frecuente que las adolescentes al no tener conocimiento de los síntomas del embarazo, por sus ciclos menstruales irregulares propios de la edad, o por vergüenza y temor, no acudan al control prenatal o lo hagan de manera tardía.

Esto provoca que no se detecten problemas como lo son la diabetes gestacional, infecciones urinarias, afecciones placentarias, escasa ganancia de peso, con malnutrición materna asociada, incluso anemia. Cabe destacar que en su mayoría las adolescentes vienen de hogares de bajos recursos económicos, los cuales les impide llevar una alimentación saludable y balanceada, y por ende un control adecuado del embarazo, incrementando así los riesgos en el embarazo y el parto, aunado a lo anterior, los partos de menores de edad corren un mayor riesgo de endometritis puerperal. Los neonatos, hijos de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer de enfermedades respiratorias, trauma al momento del parto, e incluso mortalidad tanto del recién nacido, como de la madre.

Consecuencias Psicológicas

Las adolescentes que quedan embarazadas son más propensas a recibir rechazo y abandono de sus familiares o pareja, lo cual conlleva a un aislamiento y pérdida de la autoestima. Otra consecuencia del embarazo adolescente es la aparición de sentimientos de culpa y vergüenza por haber fallado a sus padres, sentimientos que pueden desencadenar en un rechazo y maltrato hacia el hijo de la menor. Asimismo, pueden surgir conflictos de identidad tanto para la madre adolescente, como para el hijo o hija, al verse involucrada en una relación de madre- hermana y padres- abuelos en donde la autoridad es asumida por los padres de la adolescente. En relación con lo anterior, los sentimientos de culpa de las adolescentes por quedar en embarazo, vienen acompañados de castigos por parte de sus padres u otros familiares, quienes inducen a estos sentimientos de vergüenza y culpa, al sentirse defraudados.

Todo esto provoca que las menores sean agredidas tanto emocional y físicamente, por sus padres, pero también por parte de su pareja. Este escenario desesperanzador genera que las adolescentes descuiden su salud física y emocional, hasta el punto de infringirse daño físico e incluso inducir un aborto (8). Esto puede traer también consecuencias a corto o mediano plazo como lo es el estar más propensa a ejercer la prostitución, consumo de drogas “lícitas” e “ilícitas” Asimismo, se pueden presentar dos panoramas, por un lado que la familia acepte la situación del embarazo precoz y brinde apoyo a la adolescente, su bebé e incluso pareja, o por el contrario, la adolescente que abandona o es expulsada de su hogar materno a raíz del embarazo termina siendo acogida por la familia de su pareja.

Consecuencias Socio-Económicas

Por lo general, las adolescentes embarazadas abandonan sus estudios, limitando las oportunidades de su futuro y la creación de un proyecto de vida, esto teniendo en cuenta que las posibilidades de emplearse son muy reducidas, y los salarios que reciben no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas propias y de su hijo (9). Cabe resaltar, que las adolescentes que son madres tienden a ser propensas a quedar nuevamente embarazadas, eternizando así el círculo de la pobreza, e incrementando el riesgo de que sus hijos sufran de abuso físico, negligencia en sus cuidados, desnutrición y retardo del desarrollo físico y emocional, en el ámbito social se incrementan problemas como la deserción escolar, la pobreza, las desigualdades de género, y se fortalece el círculo de la violencia, vida y sobre todo en sus derechos sexuales y reproductivos.

Masculinidad

A lo largo de los años los varones han sido educados bajo modelos que han moldeado su ser-estar, estos modelos, han definido las masculinidades, como algo propio del género, siendo cada una de éstas únicas, dependiendo la época histórica en que nos ubiquemos. Esto devino en naturalizaciones conductuales que van a delimitar su “hombría”, desde lo meramente considerado como biológico hasta aquello que es construido y esperado como mandato social, donde implícitamente se encuentran encubiertas evidencias de poder. Por lo tanto, se considera relevante señalar que la cotidianeidad de la persona jugará un papel importante, ya que es donde se desarrolla y configuran sus condiciones de existencia, íntimamente relacionadas con el tiempo y espacio histórico en el que se desarrollen (10).

La masculinidad tradicional se ha asociado a lo largo de su trayectoria con características de superioridad, como fortaleza, poder, virilidad, dominio y una pobre presencia de sentimientos y emociones. Esta insuficiencia de todo lo de carácter emocional, empático y concerniente a cuidados, queda más asociado al rol femenino, e inmediatamente vinculado con sinónimos de debilidad (11). De aquí resulta que para el discurso hegemónico este tipo de características no tienen cabida, siendo rasgos no acompasables en los varones, por el simple hecho de que éstos van en dirección contraria a ese “deber ser”. Por lo tanto, las emociones transcurren por otro camino y son tarea para las mujeres y no para el varón, ya que esto significa una pérdida de tiempo para el hombre, por el hecho de que son aspectos que no destacan su hombría, sino que la disminuyen.

Tipos de masculinidades

La masculinidad se define como el conjunto de atributos, valores, comportamientos y conductas que son característicos del hombre en una sociedad determinada. Actualmente se cuestiona la presencia de un hombre universal, ya que actuar como hombre varía de acuerdo con el contexto histórico, social, cultural, etcétera. Reconociendo que cada persona aprende de manera distinta a ser hombre o mujer, es válido afirmar que existen muchas formas de ser hombre, ya que en cada cultura se encuentran presentes mecanismos y códigos aprendidos que soportan y explican esta diversidad. Factores como la raza, la orientación sexual, la condición o clase social, hasta la pertenencia a algunos grupos, son factores de diferenciación masculina. Debido a que el concepto de “lo masculino” deriva de una construcción social, su significado se modifica en consonancia con los cambios culturales, ideológicos, económicos e incluso jurídicos de cada sociedad, en una época determinada (12).


 

Tabla 1 Descripción de masculinidades

Tipos

Descripción

Masculinidad hegemónica

Sus integrantes se caracterizan por ser personas importantes, independientes, autónomas, activas, productivas, heterosexuales, y a nivel familiar, proveedoras y con un amplio control sobre sus emociones.

Masculinidad subordinada

En este caso, algún o algunos rasgos de la masculinidad dominante están ausentes; se trata de hombres que no son tan fuertes, cuya capacidad económica no es grande, no comparten rasgos como el autocontrol emocional, pertenecen a una minoría, y no se identifican con el estereotipo o prototipo masculino hegemónico.

Masculinidades alternas

Algunos hombres, al analizar las masculinidades anteriormente señaladas, han llegado a la conclusión de que no desean ejercer ninguna de ellas; que, por el contrario, están dispuestos a analizar y elegir otras conductas, características y actitudes nuevas. De ahí que actualmente haya hombres que toman lo bueno de una y otra forma, obteniendo la posibilidad de elegir cómo relacionarse con otros; reconociendo que la relación no debe ser necesariamente violenta ni implicar atracción sexual; respetar el derecho a definir la preferencia sexual asumir que los hombres tienen derecho a experimentar los mismos sentimientos que las mujeres y de igual forma evaluar positivamente la amistad entre hombres.

El machismo

Este término incluye una serie de comportamientos estereotipados de supremacía masculina, de dominio y control, cuyas manifestaciones son diversas y tienen impacto diferenciado en las personas a quienes se dirige. Pueden ser sutiles, como sugerir la comida o vestimenta para alguien, o extremos, como forzar a otra persona —a través de algún tipo de violencia— a realizar conductas no deseadas justificando de cualquier forma la agresión.

Micromachismos

 

Son mecanismos sutiles de dominación, ejercidos por los hombres hacia las mujeres. Se caracterizan por no ser abiertamente violentos e incluso pueden ser advertidos como aceptables y esperados; por ejemplo, no consensuar o tomar en cuenta a la pareja en las decisiones que impliquen a ambos o descalificar sus opiniones. Una manera sofisticada y socialmente aceptada es la falsa “caballerosidad”. Sin embargo, al ser la masculinidad construida y además socialmente aprendida, entonces es posible modificarla, a través del autorreconocimiento individual, por la exploración física y emocional, así como al permitirse vivir plenamente las emociones y los sentimientos.

Masculinidad y violencia

La tríada de la violencia. La violencia que ejercen los hombres tiene una triple vertiente, ya que pueden desplegarla contra las mujeres, contra otros hombres e incluso contra ellos mismos. La violencia contra las mujeres ha sido legitimada a través de la supuesta supremacía de lo masculino frente a lo femenino, que se ha expresado en la distribución inequitativa de los espacios, las dobles y triples jornadas de trabajo, la falta de oportunidades, el hostigamiento, etcétera. Respecto de la violencia hacia otros hombres es posible decir que con ella se justifica un estatus o nivel de poder; maltratar a quienes son más débiles o por alguna circunstancia no pueden o quieren defenderse, apoyando la idea errónea de que hay hombres que pueden doblegar no sólo a las mujeres, sino que también pueden mostrar más virilidad al abusar de otros hombres.

Masculinidades y paternidad

En muchas sociedades ser padre es una forma de lograr afianzar la masculinidad. La paternidad es una construcción sociocultural y, por tanto, está influida por la formación de la identidad genérica; no es sólo la reproducción biológica, sino lo que se hace con los productos de esa reproducción lo que determina las diferentes prácticas sociales que integran las funciones y responsabilidades con los hijos e hijas.

Fuente: Tomado de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (2019) (13)

La educación integral de la sexualidad es un enfoque educativo integral que busca proporcionar a las personas conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para tomar decisiones informadas, saludables y responsables en relación con su sexualidad. A continuación, se presentan algunos conceptos clave asociados a la educación integral de la sexualidad:

§  Sexualidad: La sexualidad abarca aspectos físicos, emocionales, sociales y culturales de ser humano. Va más allá de la actividad sexual y se refiere a la forma en que las personas experimentan, expresan y viven su sexualidad en diferentes aspectos de sus vidas.

§  Género: El género se refiere a las características, roles y expectativas socialmente construidas asociadas a ser hombre o mujer en una determinada sociedad. La educación integral de la sexualidad destaca la importancia de la igualdad de género y la no discriminación, promoviendo una comprensión más amplia y respetuosa de la diversidad de identidades de género.

§  Consentimiento: El consentimiento es un elemento central en las relaciones sexuales y se basa en el respeto y la voluntad mutua. La educación integral de la sexualidad enseña la importancia de obtener un consentimiento claro y afirmativo en cualquier actividad sexual y fomenta la comunicación abierta y el respeto de los límites personales.

§  Prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS): La educación integral de la sexualidad incluye información precisa y actualizada sobre las ETS, sus formas de transmisión y prevención. Promueve la importancia del uso adecuado de métodos anticonceptivos y la necesidad de realizarse pruebas de detección regularmente.

§  Planificación familiar: La educación integral de la sexualidad aborda la importancia de la planificación familiar y el acceso a métodos anticonceptivos. Proporciona información sobre diferentes métodos disponibles, su eficacia y cómo utilizarlos de manera correcta y responsable.

§  Relaciones saludables: La educación integral de la sexualidad promueve el desarrollo de relaciones saludables, basadas en el respeto mutuo, la comunicación abierta y la toma de decisiones compartida. Se enfatiza la importancia de establecer límites claros, comprender la importancia del consentimiento y abordar los aspectos emocionales de las relaciones.

§  Derechos sexuales y reproductivos: La educación integral de la sexualidad se basa en el reconocimiento y promoción de los derechos sexuales y reproductivos de las personas. Esto incluye el derecho a la información, la atención de la salud sexual y reproductiva, el acceso a servicios y la toma de decisiones libres e informadas sobre la propia sexualidad y reproducción (14).

CONCLUSIONES

La prevención del embarazo adolescente y la construcción de masculinidades positivas son dos temas interrelacionados y de gran importancia en la sociedad actual, ambos abordan aspectos fundamentales de la vida de los jóvenes y tienen un impacto significativo en su bienestar y desarrollo. La prevención del embarazo adolescente es esencial para garantizar el futuro y las oportunidades de los jóvenes, ya que, el embarazo en la adolescencia tiene consecuencias negativas tanto para los jóvenes como para sus hijos, las jóvenes embarazadas a menudo enfrentan desafíos emocionales, sociales y económicos significativos, y pueden experimentar dificultades para continuar su educación y alcanzar sus metas personales.

En este contexto, la construcción de masculinidades positivas es fundamental, estas promueven una comprensión equitativa y respetuosa de los roles de género, desafiando los estereotipos y normas sociales restrictivas que perpetúan la desigualdad de género. Al educar a los jóvenes sobre la importancia del consentimiento, la igualdad de género y el respeto mutuo, se puede fomentar una cultura en la que la prevención del embarazo adolescente sea más efectiva. Esta, busca empoderar a los hombres jóvenes para que asuman un papel activo en la prevención del embarazo adolescente, lo que implica promover la responsabilidad sexual y reproductiva, alentando a los hombres jóvenes a participar en la planificación familiar, el uso de anticonceptivos y la comunicación abierta y respetuosa con sus parejas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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[1] Autor principal

Correspondencia: [email protected]